La provincia de Guadalajara explota en colores durante el otoño
Los parques naturales del Alto Tajo y el Barranco del Río Dulce muestran todo su esplendor esta época del año.
Castilla-La Mancha tiene la suerte de congregar paisajes de alto valor ecológico, en los que la biodiversidad presente en sus ecosistemas hacen de ella una región única. Cuando los días comienzan a acortarse y las temperaturas bajan, dejando atrás un caluroso y sofocante verano, llega el estallido de color a las sierras y zonas boscosas del sistema ibérico. Allí se encuentran dos de los parques naturales más fascinantes de España.
El Parque Natural del Barranco del Río Dulce, íntegro en la provincia de Guadalajara; y el Alto Tajo, que se comparte con Cuenca para que ambas provincias puedan presumir de este magnífico paraje, son de los mejores conservados en Europa. Aquí el río más largo de la península ibérica comienza su gran andadura hasta desembocar en Lisboa.
El Alto Tajo está de aniversario, cumpliendo dos décadas desde que se catalogase Parque Natural, y además ahora luchará por ser el próximo parque nacional que se declare en España. En esta época ofrece una estampa visual propia de los mejores óleos, con una amplia gama de tonalidades cálidas y ocres, contrastando con el azul turquesa de las cristalinas aguas del Tajo y los verdes de los pinares y sabinares.
El consejero de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, José Luis Escudero, ha puesto claramente de manifiesto que merece la pena conocerlo: “Invito a todas las personas a que visiten esta joya natural de nuestro patrimonio, van a disfrutar de una inmensa red de hoces y cañones fluviales, de los más extensos e importantes no solamente de España sino de Europa”.
Además de ser un emplazamiento con una riqueza faunística importante, destacando mamíferos como los tejones, las nutrias o los ciervos y varias especies de aves rapaces, este lugar contiene hasta un 20% de las diferentes especies florísticas ibéricas, poniendo de manifiesto su alto valor ecológico. Y no solo eso, sino que las singulares formas presentes gracias a su geología en forma de cuchillos o agujas de roca caliza observadas en las angostas hoces y cañones pertinentes, contrastan con las llanas parameras de las áreas más elevadas, formando un entorno con una gran diversidad de paisajes.
Todo ello le sitúa en una posición privilegiada para dar el salto a parque nacional, lo que conllevaría un aumento del turismo en el área del hasta ahora parque natural. Los visitantes pueden asimismo sentir una experiencia más propia del norte de Europa, recorriendo los diferentes centros de interpretación, dónde existe la posibilidad de aprender todos los secretos, así como visualizar las diferentes rutas diseñadas y recomendadas.
No se queda atrás el Barranco del Rio Dulce. Aquí el agua ha labrado la roca caliza dejando una impresionante hoz con una cobertura vegetal que se vuelve amarilla en esta época, formando una de las postales de naturaleza más fotogénica de todo el país.
Uno de los miradores, el que contempla desde lo más alto este paisaje, lleva el nombre del famoso naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, pionero en enseñarnos la belleza natural de nuestro país en la serie El hombre y la Tierra”, y que eligió este precioso entorno para el rodaje de varios capítulos, mostrándonos todos sus encantos. A día de hoy, en la ruta que transcurre por la parte inferior, se puede pasar por la caseta de grabación que utilizaba todo el equipo.
Es en los meses de octubre y noviembre la vegetación residente en estas zonas húmedas sufren cambios en la coloración de sus hojas, y finalmente terminan desprendiéndose. Es un espectáculo natural con una fecha de caducidad que llega tan rápido como lo hacen las primeras nieves. Este ciclo natural convierte a los Parques Naturales del Alto Tajo y del Barranco del Río Dulce en espectáculos naturales, los que sin duda se deben de contemplar al menos una vez en la vida para apreciar este regalo que la naturaleza nos ofrece cada año por estas fechas.
La crisis del coronavirus nos está haciendo valorar más nuestros espacios naturales protegidos, y aún más, aquellos que tenemos cerca de casa. En ellos buscamos el descanso, pero también la calidad que ofrecen este tipo de ecosistemas. Quizá ahora sea el momento de recordar, que muy cerca de casa tenemos estos espacios únicos, y probablemente también comencemos a valorarlos como se merecen.