La oda a Las Ramblas de Enric González que conmueve a los internautas
"¿Cómo imaginar cerrado el espacio más abierto del mundo?", se pregunta el corresponsal de 'El Mundo' en una columna emocionante.
El periodista barcelonés Enric González se ha convertido en tendencia en Twitter en la mañana de hoy gracias a la columna que ha publicado en su diario, El Mundo, en la que hace una semblanza de La Rambla que es toda una declaración de amor en mitad del horror yihadista.
Escrito desde París, donde ahora ejerce como corresponsal, el texto arranca apostando por el silencio para honrar a las víctimas, para dar paso a lo que verdaderamente conoce bien el autor: el escenario del atentado. "Han tancat la Rambla", "han cerrado La Rambla", dice, y toca contar cómo es y qué representa la principal arteria de la Ciudad Condal.
"Se trata de un lugar empapado en sangre vieja, en dramas, en sudor, en poesía. Es un espacio para multitudes deambulantes que durante siglos ha conocido violencia y sueños. Es, por definición, un espacio abierto, una representación (desaseada y ruidosa, si quieren) de la libertad", escribe González. Por ella ha pasado de todo: una Guerra Civil, atracos, fiestas del FC Barcelona -las cuenta un perico confeso-, los Sant Jordi de cada año... lo que ha hecho de Barcelona una ciudad "tan invivible que medio mundo quiere vivir en ella".
Enric González saca a pasear, por donde ayer había muertos y heridos, a Antonio Gaudí, a Gato Pérez, Manuel Vázquez Montalbán o Maruja Torres, y hasta recuerda su juventud, cuando España cambiaba ante sus ojos, en una terraza de esa rambla.
Las palabras que más hondo han calado en los tuiteros, hasta convertir el artículo en viral, son en realidad prestadas: "Hace años -escribe-, Jaume Sisa, chico del Poble Sec y, por tanto, de los barrios bajos, escribió una canción desolada con el título Han tancat la Rambla. Traduzco del catalán la primera estrofa: "Han cerrado la Rambla, han echado a todo el mundo, han vaciado los árboles de pájaros y flores". Esta vez, la Rambla se cierra por matanza. Tras el horror del crimen, el asombro ante lo imposible: ¿cómo imaginar cerrado el espacio más abierto del mundo?".