La Nochevieja de los que la trabajan: cuatro historias de personas que empiezan 2022 dándolo todo
Un marinero, una doctora, un taxista y un policía nos cuentan cómo es trabajar mientras el resto de España festeja.
Nochevieja es sinónimo de uvas, champán, resaca y mucha lentejuela. Pero mientras la mayoría de españoles se reúne para brindar con las Campanadas, reírse con Cachitos o para despedir el año bailando, un buen puñado de ciudadanos trabajan para que todo siga funcionando.
Personal sanitario, bomberos, policías, periodistas, camareros, barrenderos... la lista de profesiones que no pueden permitirse parar en Fin de Año es larga. En El HuffPost hemos hablado con algunas de esas personas que van a trabajar esta Nochevieja o que lo han hecho otros años para que nos cuenten su experiencia.
Víctor, jefe de máquinas en un barco pesquero, 40 años
Hay dos tipos de personas que trabajan en Fin de Año, las que tienen que hacerlo escuchando el ruido de la celebración de fondo o en la lejanía y aquellos totalmente ajenos a los vaivenes de esta noche. El segundo es el caso de Víctor. Cuando suenen las campanadas él se encontrará a miles de kilómetros de su hogar, Ribeira (Galicia), en la inmensidad del océano Atlántico. La banda sonora que le acompañará durante esa jornada será el ruido de las máquinas de las que está al cargo en un barco pesquero, al sur de las Islas Malvinas.
Su oficio no es de esos que le permitan volver a casa al finalizar la jornada laboral, mucho menos pedir días libres por una determinada celebración. “Este año las fiestas navideñas tocan en el mar como otras tantas veces, echaremos abordo la Navidad, Fin de Año y el día de Reyes”, explica a El HuffPost desde su camarote. A sus 40 años -recién cumplidos en el barco-, recuerda que “no es la primera vez que paso las navidades fuera de casa, de hecho ya he perdido la cuenta y tendría que hacer memoria para saber cuántas he estado fuera”.
El gallego precisa que tanto Nochebuena como Nochevieja o cualquier día festivo no se diferencian de los demás. “La tripulación seguirá realizando las guardias y los marineros con sus jornadas de trabajo, ya que el barco no para la producción las 24 horas al día y los 7 días de la semana hasta que finalice la campaña, después de unos 90 días”, anota.
Eso sí, en la cena es donde sí se marca la diferencia, pues el cocinero y la empresa ponen todo su esfuerzo. No faltarán en la mesa el marisco, el cochinillo y los clásicos dulces navideños. También habrá uvas, “pero dado a la diferencia horaria de 4 horas con España, las diferentes nacionalidades de la tripulación (españoles, chilenos, peruanos e indonesios), no tomaremos las uvas al son de las campanadas”. Además, Víctor recuerda que solo habrá una copita simbólica tras la cena. Por dos motivos, el primero las estrictas normas de precaución que existen en el mar y por respeto a los compañeros que no pueden disfrutar de ese momento, aquellos que estarán de guardia en el puente, en la máquina o en la cubierta.
Andrea, residente del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, 25 años
Andrea no se olvidará nunca de esta Nochevieja. Esta gallega, residente de medicina interna del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, pasará la noche trabajando en una guardia de 24 horas. Empezará a las ocho de la mañana del día 31 y volverá a casa a la misma hora que los que salgan de fiesta, a las ocho de la mañana del día 1.
A pesar de que se prevé una noche larga, a la médico le apetece. “Nos hemos peleado un poco por hacer esa noche”, bromea en una entrevista con El HuffPost. ¿Las razones? “Por el dinero y porque de entre los días festivos a elegir, los ‘mayores’ del hospital nos dicen que es la mejor noche, que se lo pasan muy bien”, cuenta Andrea.
De hecho, la doctora cuenta que no tendría que haber trabajado la Nochevieja y que, de primeras iba a hacerlo en Reyes, pero decidió cambiarlo y se muestra “contenta” aunque pronostica que se va a comer “a todos los borrachos”. “Por vivir la experiencia un año”, explica sobre su decisión de decantarse por la última noche del año.
Para fin de año, Andrea y sus compañeros ya tienen algunos planes. “La cena que pone la cafetería será especial, pero nos pondremos de acuerdo para llevar algo cada uno y tener una cena un poco más decente y especial”, cuenta la doctora. Además, si sigue la tradición de años anteriores “llevaremos también champán para brindar”.
Andrea, gallega pero residente en Madrid, despedirá el año lejos de su familia pero no lo afronta con pena. “Como voy a estar acompañada pues me da igual, porque voy a estar con gente toda la noche y también tengo gente con la que comer el día 1. Me apetece”, asegura la médico. Otro gallo cantaría si no tuviera compañía: “Me parecería horrible estar sola en un piso la noche de fin de año”.
Alberto, taxista de 34 años, de Vigo
Quien haya salido en Nochevieja sabrá que uno de los momentos críticos de la noche es conseguir un taxi para volver a casa después de horas celebrando la entrada del año nuevo. El gremio es esencial en la primera noche del año y Alberto, taxista de 34 años de Vigo, da fe de ello.
Alberto ha trabajado varias noches de fin de año y todavía se está pensando si hacerlo este año o no. Una cosa es segura: “Las uvas siempre en casa, eso es innegociable”. El taxista cuenta en una llamada con El HuffPost que siempre hace un parón con su familia y que, de trabajar, esta Nochevieja volverá a hacerlo.
“Normalmente madrugo y trabajo hasta el mediodía, y a partir de ahí paro hasta después de las Campanadas. Es una noche muy larga, puede alargarse desde la 1 de la madrugada hasta las 9 de la mañana, o hasta que el cuerpo aguante, y sin parar de trabajar. Solo hay un pequeño descanso entre las 3 y las 4, pero sigue habiendo demanda”, relata Alberto sobre su jornada.
El taxista cuenta que es una “noche complicada” y que llevar a buenos o malos clientes es “cuestión de suerte”. “Puedes llevar desde chavales borrachísimos hasta personas mayores que vuelven a su casa después de cenar con su familia”, bromea. Con todo, apunta que es una noche en la que “hay que tener mucho cuidado” con la gente que puede subirse al coche y que, a modo de precaución, él siempre lleva el coche cerrado. A pesar de que pueda surgir algún problema, Alberto cuenta que por lo general se ha encontrado “a gente majísima”.
Nochevieja es para los taxistas la noche con más trabajo del año. “Solo se puede comparar con algún San Juan o alguna Reconquista —la fiesta local de Vigo—”, cuenta Alberto, que señala que aún así no se llega al nivel de fin de año, especialmente cuando llegan las 7 de la mañana y todo el mundo quiere volver a casa.
A pesar de que el trabajo es intenso, hay clientes que hacen la noche más amena, como revela el taxista vigués en una anécdota. “Un señor me fue contando chistes todo el trayecto, me hizo hasta un monólogo, yo creo que era un cómico profesional”, cuenta Alberto. “Al final terminé regalándole el servicio porque me hizo reír muchísimo”, añade.
“Realmente el taxi es como un psicólogo. La gente te cuenta tu vida, sus problemas, aunque tú tengas los tuyos o un mal día, tienes que mantener la compostura de cara al público”, señala Alberto. Esta Nochevieja, llueva o haga frío, los taxistas volverán a patrullar las calles para llevar de nuevo a sus casas a los que han decidido empezar el año dándolo todo o los que, como él, hayan tenido que trabajar en la primera noche de 2022.
Jesús, agente de policía en Madrid, 32 años
Mientras miles de familias ven desde su televisor qué vestido lleva Pedroche o cuánta gente ha podido ir este año a la Puerta del Sol por la pandemia, Jesús -nombre ficticio- estará en una sala con muchas pantallas viendo las cámaras que velan por la seguridad de todos los madrileños. Este agente del Cuerpo Nacional de Policía cuenta a El HuffPost -en una conversación fuera de servicio, por supuesto- que este año puede pasar Nochebuena en casa con la familia, pero Nochevieja y Reyes “tocará estar trabajando a un Ryanair de distancia aproximadamente” por lo que “el aguinaldo navideño se lo vuelven a llevar Renfe y diversas compañías aéreas”.
No obstante, lo lleva con el humor que le caracteriza y recuerda que “en este trabajo nos debemos al servicio público, más de una vez ha tocado trabajar en navidades u otras fechas especiales”. ¿Cuesta acostumbrarse? Jesús lo resume muy bien. “No diré que te acostumbras pero es una responsabilidad a la que nos debemos, al igual que otros sectores como el sanitario o el de la hostelería, por ejemplo”, reconoce.
Si en Nochebuena puede “cenar con la familia, repartir y abrir regalos y disfrutar de la magia capitalista de estas fechas”, el escenario es muy distinto para despedir el 2021. Su misión en Nochevieja será “cuidar silenciosamente de que otras personas pueda pasar una buena noche y rezar para que funcione bien el aire acondicionado”, anota con ironía incluida.
El policía adelanta que el menú no está decidido todavía, cuenta con que sean unas “buenas chuletitas de cordero en Nochebuena, con perdón de los veganos”. ¿Y las uvas? Jesús adelanta que “con suerte, las tomaré viendo a Ibai Llanos y Ramón García desde mi móvil en streaming, con mi compañero al lado, mientras recordamos los buenos tiempos del Grand Prix y deseamos que la noche sea tranquila”.
En ese momento tratarán de reunirse los compañeros del turno para cumplir con la costumbre de las uvas y picar algo. “Al final somos como nuestra segunda familia”, destaca para concretar la segunda parte de su Nochevieja, puesto que “más tarde tenemos un coche con luces navideñas incorporadas en el puente superior” y “probablemente saldremos a dar un par de vueltas en él si alguien nos necesita”. La jornada se prevé completa, puesto que “a partir de las 6 de la mañana, además de porras también tendremos churros”, sentencia con mucho humor.