La mujer de Josep María Mainat reaparece de la forma más surrealista tras las acusaciones de asesinato
Sonsoles Ónega no daba crédito con las imágenes emitidas de Ángela Dobrowolski en 'Ya es mediodía'.
El ‘caso Mainat’ no deja de enredarse. Mientras Josep María Mainat pedía tranquilidad en un comunicado este miércoles en el que recalcaba que él y sus hijos se habían tenido que cambiar “tres veces de domicilio” en los últimos meses, el show sigue a las puertas de su casa.
La escena surrealista vivida la semana pasada con un escort —y su exnovia— a la puerta en Ya es mediodía (Telecinco) era solo el principio. Este jueves, el reportero Marc Calderó se trasladó a la puerta de la casa del productor para intentar conseguir las primeras palabras de Ángela Dobrowolski tras las acusaciones de asesinato. Y sí las ha conseguido, pero la emisión del programa de Sonsoles Ónega ha sido de lo más loco.
Dobrowolski ha salido a hablar con los periodistas ataviada con una peluca rubia gafas de sol y mascarilla negra, aunque se ha limitado a darles croissants de chocolate. ”¿Por qué hablar cuando se puede comer?”, les dijo a los periodistas presentes en la puerta de su domicilio. “Esto es una pena”, enfatizó ante la negativa de los reporteros que siguieron preguntándole por sus asuntos pendientes con la justicia. Puedes ver el momento aquí.
“Encima que tengo el gesto de educación de sacaros unos croissants ya que estáis todo el día aquí”, siguió diciendo la mujer del productor, que finalmente entró en su domicilio.
Tras la conexión, Ónega le preguntó a Calderó si había cogido uno de los dulces, algo que el reportero negó argumentando que “estamos en pandemia”.
“Hace bastante tiempo que no vivía una situación tan surrealista”, señaló el reportero ante el incrédulo rostro de Ónega, que acabó zanjando el tema recalcando que “nunca pasa inadvertida la casa de los Mainat”.