La mesa de diálogo se reúne con previsión de cerrar acuerdos y con la "desjudicialización" de fondo
Las partes vuelven a sentarse en una mesa diez meses después y tras el estallido del escándalo Pegasus sobre el espionaje a los líderes catalanes que congeló las relaciones.
Lo habían avisado y han cumplido. El Gobierno y la Generalitat han celebrado este miércoles la tercera reunión de la mesa de diálogo, tal y como acordaron Pedro Sánchez y Pere Aragonès en el encuentro que mantuvieron a mediados de julio. La cita ha empezado a la hora establecida en La Moncloa y ha tenido una hora y 45 minutos de duración en la que la previsión era la de cerrar acuerdos y con la “desjudicialización” como tema de fondo, aunque hasta el momento no hayan aclarado en qué consiste exactamente.
En la reunión, precedida por ese encuentro bilateral en el que se abordaron el desarrollo y despliegue de los fondos europeos en Cataluña, se esperan anuncios en esta línea. Sin embargo, este martes la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, afirmó que el Gobierno y la Generalitat estaban aún ultimando “los detalles” del acuerdo para el encuentro de este miércoles.
Además, la cita se celebra en plena tormenta política en Cataluña, después de que el TSJC haya enviado a juicio a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, por los delitos de prevaricación y falsedad documental, por fraccionar contratos de la Institució de les Lletres Catalanes que dirigió hasta 2018 para adjudicárselos a un amigo. Ahora, ERC tiene que decidir si, con su voto, se le retira el escaño.
¿Quién se sentará a la mesa?
Se trata de la tercera reunión de la mesa de diálogo, la segunda con Aragonès en el cargo: la primera fue en febrero de 2020 en Madrid con el expresidente Quim Torra, y la segunda tuvo lugar el 15 de septiembre de 2021 en Barcelona. En esta ocasión, Aragonès y Sánchez no participan en el encuentro.
La delegación del Ejecutivo Central ha estado encabezada por el ministro Bolaños; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, y la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.
La parte catalana la han integrado la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà; el conseller de Empresa, Roger Torrent; el de Interior, Joan Ignasi Elena, y la de Cultura, Natàlia Garriga.
Ausencia de JxCat
Como ya ocurrió en la segunda reunión en septiembre de 2021 —a la que por parte de la Generalitat acudieron solo Vilagrà y Torrent—, la delegación que envía el presidente catalán se compone íntegramente de consellers de ERC.
JxCat da por enterrada la mesa de diálogo y apuesta por abrir una nueva etapa que permita, a través de la “confrontación democrática” con el Estado, forzar una “negociación real”.
Al término del encuentro, tanto Bolaños como Vilagrà, desde la sede de la delegación del Govern en Madrid, comparecerán ante los medios para explicar los asuntos tratados.
Tras Pegasus
La mesa de diálogo tiene lugar tras un periodo de congelación de las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat por el escándalo de las escuchas a líderes independentistas con el software Pegasus, que provocó la retirada del apoyo parlamentario de ERC al Gobierno y supuso el cese de la directora del CNI, Paz Esteban.
Aunque se no ha hecho público el orden del día, se prevé que la mesa aborde la “desjudicialización” del conflicto catalán, sin concretar qué ámbitos puede abarcar este concepto, y podría tratar otros aspectos relacionados con la protección del catalán, han explicado fuentes consultadas, una cuestión del departamento de Natàlia Garriga.
Esta reunión de la mesa viene precedida también por varios encuentros previos entre Bolaños y Vilagrà. En uno de ellos, cerraron un acuerdo metodológico sobre el diálogo entre ambos gobiernos que llamaron ‘Acuerdo marco para el diálogo y la negociación’ y que fijaba dos reuniones de la mesa “como mínimo” en lo que queda de año.
En una de esas citas pactaron avanzar en la “desjudicialización del conflicto político” ―sin que hasta la fecha hayan aclarado qué supone― y un punto que el Govern considera una garantía frente a Pegasus, como es garantizar los derechos fundamentales, la privacidad y la libertad política e ideológica” de las posiciones políticas en Cataluña.
Reforma del delito de sedición
A este respecto Vilagrá afirmó que se abría la opción de una “agenda antirrepresiva para los próximos meses”, que puede incluir medidas concretas y modificaciones legislativas como la reforma del delito de sedición.
Sobre este punto, el Gobierno de Sánchez se ha venido mostrando favorable a acometer esta reforma aunque con la puntualización de que actualmente no es posible porque no existe una mayoría parlamentaria suficiente. Este mismo martes Isabel Rodríguez se volvió a expresar en esta línea al señalar “la dificultad” que entrañaría una reforma del Código Penal para modificar el delito de sedición.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rodríguez ha insistido en que el Gobierno “valora positivamente” que España “pudiera acercarse” a modificaciones de otros países de su entorno relativas al delito de sedición, pero a continuación ha dicho que son “conscientes” de la “dificultad” que entrañan las mayorías parlamentarias que se requieren.
Orígenes del diálogo
La mesa es fruto del pacto de investidura de Pedro Sánchez entre ERC y el PSOE, que buscaban encauzar el conflicto político catalán a través de la vía del diálogo.
La reunión inaugural tuvo lugar el 26 de febrero de 2020 en Madrid y estuvo encabezada por Pedro Sánchez y por quien en aquel momento era aún el presidente de la Generalitat, Quim Torra, un encuentro que sirvió para hablar de metodología de trabajo y planificar sesiones más regulares, pero esa dinámica se vio truncada tres semanas después por el estallido de la pandemia del coronavirus.
Tras más de un año sin actividad, y ya con Aragonès al frente de la Generalitat tras las elecciones catalanas del 14 de febrero de 2021, la mesa de diálogo volvió a reunirse el 15 de septiembre del pasado año, esta vez en Barcelona, donde coincidieron cuatro ministros y dos consellers de ERC, sin presencia de JxCat.