La mediocridad con la que intentan engatusarnos
Pedro Duque, que conste que me cae bien, sí marcó un antes y un después el siglo pasado cuando se convirtió en el primer astronauta español. Suerte que tuvo de poder contemplar nuestro planeta desde lejos y descubrir lo insignificantes que somos las personas en lo infinito del universo (¿habrá aprendido algo?). Pero como ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, este ingeniero, uno de los fichajes estelares (nunca mejor dicho) de Pedro Sánchez tras la inolvidable moción de censura de 2018, ha pasado sin pena ni gloria durante esta legislatura. Lo extraño es que repita.
Esto viene a cuento por el Lanzamiento de nuevos candidatos 2019 -como si de móviles se tratara- con los que los partidos políticos intentan captarnos de cara a las elecciones. En el desfile de esta temporada electoral destacan militares, toreros, periodistas, deportistas, hijo de expresidentes, civiles con el corazón roto... Y me pregunto si para el final de la pasarela, en la retaguardia, se reservan a fichajes expertos en política como Belén Esteban, Mario Vaquerizo, Rosalía, Ferran Adrià, Isa Pantoja, Paula Echeverría o por supuesto Malú. Lo de “zapatero a tus zapatos”, en este tiempo de followers, influencers y like its... Está out, fuera de cobertura.
Es penosa la mediocridad con la que nuestros presuntos futuros presidentes intentan engancharnos y engatusarnos. Una mezquindad que ahora, abierta la veda de entrevistas, queda en evidencia con la falta de credibilidad y la espontaneidad con la que responden a los periodistas en directo. Sean zurdos, diestros o ambidiestros, y sin importar qué se les pregunte, todos repiten la misma cantinela, o sea “el mensaje” que han aprendido de memoria tal como hacían con los ríos de España en el cole.
Yo aprovecharía la verdadera especialidad de esos flamantes fichajes (a los que después sugeriría volver a sus propias labores): la ciencia militar para crear una estrategia contra la violencia de género, los mejores lances del capote en la arena para el bienestar y la salud de la sociedad, el arte de la interpretación para saber escuchar, reflexionar, decir y actuar o cómo encestar una canasta útil sin aspavientos para marcar tantos frente a la crisis económica. Pero por favor, acabemos con las chorradas: políticos a politiquear. Y si no son capaces de ganar las elecciones sin artificios, que concursen por ejemplo en Gran Hermano VIP, Supervivientes o Got Talent, y que gane el mejor.