La manera 'prohibida' de ponerse la mascarilla y que se ve a menudo
Y posiblemente siga viéndose, a pesar de todo.
Cerca de un año después seguimos cometiendo errores en la “sencilla” tarea de ponernos una mascarilla. No hace falta llevar la nariz destapada (prohibido) o utilizarla como cubrementón (prohibidísimo) para que su utilidad se vea reducida y los riesgos de contagio se disparen.
Un estudio elaborado por la Universidad de Delft, Países Bajos, compartido por varios expertos, ha mostrado la cantidad de aire que una mascarilla mal ajustada deja pasar, probando diferentes tipos, como las FFP2 o las quirúrgicas.
El vídeo deja pocas dudas:
Extrapolando esos datos a los diferentes ‘usos’ que se le da a una mascarilla se muestra lo peligroso de una tendencia habitual entre muchos ciudadanos: cruzar las gomas en forma de ‘x’ en la oreja en lugar de llevarlas en paralelo.
Cruzarlas provoca que escape algo de aire por las pequeñas aberturas que se forman. Una cantidad que parece minúscula pero con efectos mucho mayores de lo que podría intuirse. Según aclara el periodista especializado Rafael López, “un hueco del 2% de la superficie deja escapar el 50% del aire sin filtrar”.
En su respuesta a este tuit, José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado, EEUU, ha recalcado lo crucial de llevar la mascarilla bien. Las gomas “no sellan muy bien de por sí”, apunta el especialista, “pero con las gomas de esta manera (cruzadas) aumentamos muchísimo la cantidad de aire que entra y sale sin ser filtrado.