La lección que aprendió Iker Jiménez con la experiencia más aterradora de su vida
"En aquel momento aprendí lo que era el miedo sobrenatural".
Iker Jiménez contó este domingo en Cuarto Milenio (Cuatro) la experiencia paranormal más aterradora que ha vivido y la enorme lección que aprendió acerca de la sugestión.
En unas vacaciones en Ibiza, Jiménez y Carmen Porter, su mujer y compañera, coincidieron con una pareja formada por un futbolista de élite y su mujer. Quedaron para cenar con ellos y durante la velada, la pareja les contó una experiencia que les puso "los pelos de punta".
"Esta pareja vivía en un chalé de lujo en Reino Unido. Una noche, de madrugada ella se levantó con una sed incontrolable", contó Jiménez.
La mujer del futbolista fue al baño de la habitación a beber agua y al mirar por el espejo vio que había una figura sentada en el hueco que ella había dejado en la cama. "Parecía una anciana que llevaba una especie de capirote y una luminaria entre las manos", relató Jiménez lo que le había contado la pareja.
Tras aquella aterradora experiencia, la pareja empezó a indagar y así supieron que la urbanización de chalés estaba construida sobre un antiguo sanatorio psiquiátrico y que en la zona, otros vecinos cercanos y también futbolistas habían experimentado fenómenos similares. "Nos contaron aquella historia y nos quedamos impactados", afirmó Jiménez.
Tras la cena con esta pareja, Jiménez y Porter volvieron a casa desde el norte de Ibiza recorriendo una carretera serpenteante que atravesaba una amplia zona de monte cuando les pasó algo.
"Mientras estábamos hablando de lo que nos habían contado, al girar una curva en la más absoluta negrura, nos encontramos una figura oscura aguardando en un lado de la carretera con una especie de luminaria en la mano, con una especie de capirote", aseguró.
Jiménez afirmó que en aquel momento supo lo que era el miedo sobrenatural. "Nos quedamos sobrecogidos y pensamos que no podía ser. Ni Carmen ni yo tuvimos ninguna duda, era la anciana, ¡llevaba el candil!", narró.
Jiménez pegó un frenazo y cuando estaban al borde del infarto, se fijaron en que detrás de la anciana había otras dos figuras más pequeñas.
La realidad era bien distinta de lo que su imaginación les estaba haciendo ver. Al parecer, hubo un apagón en la zona, algo que por allí ocurre con bastante frecuencia, y una mujer que vivía en una casa asilada con sus dos hijas había cogido un candil para ir a otra casa cercana a pedir ayuda. Y como hacía frío, se había echado una manta negra por la cabeza.
"A veces, las sorpresas y los miedos le pueden llevar a uno poco menos que a la tumba y en este caso no había historia sobrenatural", concluyó Jiménez a modo de moraleja.
Puedes ver la anécdota completa aquí.