La larga marcha ultra hasta la implantación
¿Ha existido realmente un “hecho diferencial” español con respecto a la presencia de la ultraderecha en la vida pública?
Como periodista e historiador, he investigado y estudiado el fenómeno de la extrema derecha en España durante más de cuarenta años. Además de numerosos reportajes y artículos en periódicos y revistas, he escritos dos libros clave: Los hijos del 20-N. Historia violenta del fascismo español (1993) y Descenso a los fascismos (1998). El tema también ha formado parte de La transición sangrienta. Una historia violenta del proceso democrático en España, editado por primera vez en 2010.
La idea de elaborar La larga marcha ultra nació, sin duda, el lunes 22 de julio de 2019, cuando se abrió la sesión plenaria del Congreso de los Diputados con una novedad sin precedentes en la democracia española. Con Vox, por primera vez desde la muerte de Franco, se estrenaba un grupo parlamentario ultraderechista con veinticuatro diputados, que se definía a sí mismo como “la voz de la España viva” y traía al hemiciclo términos jamás escuchados en sede parlamentaria: “sofocante dictadura progre”, “oligarquías progres”, “los enemigos de España”, “profanar tumbas”, “efecto llamada de la inmigración ilegal”, “orgía de subvenciones”, “disparatada agenda de ingeniería social”, “casta LGTB”, “cultura de la muerte”, “fanáticos subvencionados”, “feminismo supremacista”, “la derechita cobarde”…
De repente, me pregunté: ¿Por qué la extrema derecha en España ha tardado más de cuarenta años en entrar, con la fuerza de los votos, en el Congreso y en los gobiernos de ayuntamientos y autonomías? ¿Cuál ha sido el largo camino hacia su ”visibilización” e implantación en España mientras en países vecinos como Francia, Italia o Alemania están establecidos desde hacía décadas? ¿Ha existido realmente un “hecho diferencial” español con respecto a la presencia de la ultraderecha en la vida pública?
Para responder a tales interrogantes comencé a elaborar La larga marcha ultra, un libro donde explico las causas profundas e históricas de este fenómeno, desde la muerte de Franco hasta de Vox, y en el que desvelo la evolución del “complejo ultraderechista” español, un conglomerado de procedencia heterogénea (ultranacionalistas, falangistas, terceristas, nacional revolucionarios, neofascistas, neonazis, integristas católicos, posfranquistas…) pero que coincide en cinco ejes fundamentales: la defensa a ultranza de la unidad de España frente a las autonomías, el discurso antiinmigración, la denuncia de la corrupción, la inseguridad ciudadana y la recuperación del papel de España en el mundo con su supuesta grandeza de otros tiempos.
A través de esta investigación, he profundizado en el universo de la ultraderecha española a lo largo de casi cincuenta años de nuestra historia, relatada en tres actos que fluyen encadenados y cronológicos con una contundencia de causa-efecto.
El primero, Una transición de nostálgicos y neofascistas, recorre la transición política española desde el naufragio del franquismo sin Franco, con personajes como Blas Piñar, el reguero de sangre y de violencia en torno a Fuerza Nueva y sus escisiones juveniles, la esclerosis de Falage, los orígenes del neofascismo español, las tramas negras parapoliciales, los efectos del fracasado golpe del 23-F y las conspiraciones del golpismo, hasta desembocar en las elecciones de 1982, con el triunfo del PSOE y la disolución de la “vieja” ultraderecha.
El segundo acto, bajo el enunciado de Racismo y xenofobia. «Los españoles primero», investiga la realidad de los ultras españoles a partir de los gobiernos del PSOE y bajo el PP de José María Aznar, el filón de la xenofobia como arma política; el relevo en el 20-N del Quinto Centenario, la ruptura de la renovación generacional ultra, las actividades neonazis, los skinheads, el auge de los partidos xenófobos en Europa, el símbolo Ynestrillas y los fracasos de los predilectos de Le Pen para dirigir a la extrema derecha española.
Por fin, el tercer acto, Hacia la implantación, desvela la búsqueda de la nueva identidad e inserción ultra con el nuevo siglo, sus discursos ultranacionalistas, el combate cultural, la “nueva derecha” y las estrategias transversales, hasta culminar esta larga marcha con la implantación de Vox siguiendo los pasos del lepenismo. La composición del nuevo partido ultra, su discurso político y la procedencia de sus cuadros resultan elocuentes.
En la actualidad, estamos asistiendo a la “normalización” de Vox en la vida política española y al “blanqueo” de su ideología. Basta recordar que muchos medios de comunicación ya se refieren a los grupos de extrema derecha (sobre todo tras el éxito electoral de Meloni en Italia) con el eufemismo de «la derecha dura». Aquí está el peligro. Como escribió Umberto Eco en 1995: «El “fascismo eterno” puede volver todavía con las apariencias más inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice a cada una de sus formas nuevas, todos los días, en todos los rincones del mundo». Antes, Primo Levi advirtió en 1989: “Es poco probable que se den de nuevo, y simultáneamente, todos los factores que desencadenaron la locura nazi, pero se están perfilando algunos signos precursores. […] Pocos son los países que pueden garantizar su inmunidad a una futura marea de violencia engendrada por la intolerancia, por la lívido de poder, por razones económicas, por el fanatismo religioso o político, por los conflictos raciales. Es necesario, por consiguiente, afinar nuestros sentidos, desconfiar de los profetas, de los encantadores, de quienes dicen y escriben “grandes palabras” que no se apoyan en buenas razones”.
La larga marcha ultra propone un viaje clarificador, documentado, y una explicación histórica para conocer esta parte oculta, y oscura, de nuestra historia reciente. En este trayecto largo y tortuoso, el único objetivo de este autor ha consistido en relatar y explicar la realidad con hechos y datos contrastados, buscándola hasta dónde ha sido posible encontrarla. A fondo.