La justicia belga mantiene en la cárcel a la exvicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili, por el 'Qatargate'
La política griega había pedido seguir en libertad vigilada con un brazalete electrónico.
Navidades entre rejas para la Eva Kaili. La justicia belga ha decidido prorrogar por un mes la estancia en la prisión de la exvicepresidenta del Parlamento Europeo por su implicación en el conocido como Qatargate.
El Tribunal de primera instancia de Bruselas escuchó a Kaili a primera hora en una vista celebrada una semana más tarde que la del resto de imputados, ya que la socialista griega pidió un aplazamiento para preparar su defensa.
Su equipo legal informó de que había pedido la libertad bajo vigilancia, utilizando un brazalete electrónico, alegando que está cooperando con la investigación. Sin embargo, el órgano judicial ha optado por mantenerla en prisión preventiva, aunque la medida es recurrible en las próximas 24 horas, como adelanta Europa Press.
El letrado de la europarlamentaria socialista también expuso que su defendida rechaza “todos los cargos de corrupción” que se le imputan y que está “participando activamente” en la investigación, aunque no dio más detalles de la vista, celebrada a puerta cerrada, molesto por las filtraciones del caso que ha habido a la prensa y que la Fiscalía belga ya está investigando.
Según detalles de la investigación publicados durante la semana por el diario Le Soir, Kaili ha admitido ante los investigadores que pidió a su padre que escondiera parte de los miles de euros que había en su domicilio, aunque niega haber participado en la organización criminal que movió los sobornos.
Kaili está acusada de pertenencia a organización criminal, corrupción y blanqueo de capitales, al igual que su pareja, el asistente europarlamentario italiano Francesco Giorgi, y el exeurodiputado socialista Pier Antonio Panzeri, ambos en prisión preventiva. También se encuentra bajo libertad vigilada un cuarto imputado.
Giorgi, para quien el Tribunal confirmó la prisión provisional el pasado día 14, ha confesado ante el juez de instrucción su participación en una organización que recibía presuntamente sobornos de Qatar y de Marruecos para ganar peso político y económico en la UE a través de su influencia en el Parlamento Europeo.