La inflamación intestinal puede aumentar el riesgo de demencia
Los desequilibrios de las bacterias del intestino aceleran la neurodegeneración.
La salud deficiente del intestino puede tener importantes secuelas para el cerebro. En este sentido, un nuevo estudio ha demostrado que las personas que tienen enfermedades intestinales inflamatorias tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar demencia.
Alteraciones intestinales en Parkinson
Ya se ha comentado en otros artículos de este blog que existen actualmente muchas evidencias científicas que demuestran que la enfermedad de Parkinson está íntimamente ligada a problemas intestinales.
Estos problemas pueden iniciarse por la formación de agregados tóxicos de proteínas que podrían viajar desde el intestino hasta cerebro a través de un nervio muy importante que conecta los dos órganos y que se denomina nervio vago.
Por otra parte, se sabe que las alteraciones en los microorganismos del intestino, muy comunes en los enfermos de Parkinson, también pueden contribuir a problemas cognitivos y motores típicos de esta enfermedad. En este sentido, también se ha observado previamente que las personas que sufren enfermedades intestinales inflamatorias tienen además un mayor riesgo de desarrollar Parkinson.
Colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y demencia
Los datos recientes demuestran que las enfermedades intestinales inflamatorias, tales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn en la que se presentan síntomas como dolores estomacales y deposiciones sanguinolentas, aumentan el riesgo de demencia. De hecho, se ha observado que asociado con estas enfermedades las personas pueden presentar síntomas de demencia años antes que en personas sin estos problemas intestinales.
Estos datos indicarían que hay una conexión entre el intestino inflamado y el declive cognitivo. Un nuevo estudio efectuado la población de Taiwán con 1.742 personas mayores de 45 años que presentaban alguna de estas enfermedades intestinales inflamatorias ha demostrado que estas personas tenían un riesgo 2,5 veces mayor de padecer demencia que aquellos que gozaban de un intestino saludable. Además, los primeros síntomas de demencia aparecían unos siete años antes de lo esperado, es decir, aproximadamente a los 76 años.
No obstante, los investigadores del estudio advierten que hay otros muchos factores que también pueden intervenir en esta evolución como pueden ser el tipo de estilo de vida, la alimentación, los tratamientos farmacológicos y el estado anímico.
La microbiota intestinal regula los déficits cognitivos en Alzheimer
Otra enfermedad mental que no está exenta de problemas intestinales es el Alzheimer. En esta enfermedad también se han observado alteraciones en los perfiles de las bacterias del intestino.
Una nueva investigación ha intentado correlacionar los cambios en la microbiota intestinal y la evolución en la patogénesis del Alzheimer. Cabe mencionar que este estudio se ha hecho en animales de experimentación cual su correlación al ser humano no es directa sin embargo, los datos sean muy interesantes porque revelan que cuando la microbiota intestinal está alterada aumenta la producción de depósitos del péptido amiloide. El amiloide es uno de los factores de la patología de esta enfermedad neurodegenerativa, por lo que la mayor producción de estos depósitos también podría relacionarse con un progreso más acelerado del Alzheimer.
Todo apunta entonces a que los desequilibrios de las bacterias del intestino aceleran la neurodegeneración. Por lo que sería interesante establecer también intervenciones para mejorar el estado intestinal que seguramente repercutirían en una mejor salud mental.
En ese sentido, en otros artículos he comentado los beneficios constatados de la dieta mediterránea tanto en la salud intestinal como en la salud del cerebro. Esta dieta es la favorita de ambos órganos.