La ilusión... de pensar en el regalo para una persona especial
Seis sugerencias que, seguro, harán tu vida —y la de otros— más feliz.
Tres, dos, uno... ¡Ya! Comienzan las jornadas maratonianas de compras en busca del regalo perfecto. Que, para muchos, termina convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza.
Revertir la situación y transformarla en un momento lleno de entusiasmo sólo requiere de una palabra: ilusión. La de tenerla y contagiarla y conseguir hacer realidad la frase 'Tu ilusión es mi ilusión'. Una vez marcada a fuego en la cabeza ya sólo quedan los pasos más sencillos: recordar a quién va destinado ese regalo, qué nos une a esa persona y cómo de especial es para nosotros.
Seis sugerencias que, seguro, harán tu vida —y la de otros— más feliz.
¿Por qué?
Es Navidad, es el momento en el que todas las ilusiones se disparan y (casi) todos los excesos no es que estén permitidos, es que son casi una necesidad: exceso de amor, de emoción, de abrazos, de besos...
No hay nada más bonito que regalar a esas personas a las que tanto quieres, porque el simple hecho de pensar en ellos hace que te sientas querido. Y la Navidad es el momento perfecto para recompensarles por todo lo que te dan.
¿A quién?
Plantéate un reto: obviamente está la gente más cercana, aquellos con los que tendrás detalles esos días especiales en los que vienen Papa Noel y los Reyes Magos. Pero, además, seguro que hay alguna persona que ha marcado tu vida: el profesor que contribuyó a que seas el que eres; el dependiente del supermercado que todos los días te alegra la mañana con un simple 'buenos días'; el vecino que siempre que puede te echa una mano; y el compañero de trabajo que, de forma callada, hace que tus días sean más sencillos.
Piensa en esas personas que forman parte de tu vida pero nunca te paras a agradecerles el mucho bien que te hacen con pequeños gestos.
¿Qué regalar?
¿No te ha pasado muchas veces que algo sin demasiado valor económico adquiere más valor que el más lujoso de los regalos? Una frase en un papel, una flor, un dibujo con una dedicatoria.... o, simplemente, un mensaje personalizado. Lo importante no es el qué, sino el sentimiento que transmite lo que regalas. Y acuérdate de la cara que puso esa persona tan especial cuando le entregaste aquello por su cumpleaños. ¿En serio hace falta algo más?
Pero si quieres acertar, analiza cómo es de verdad esa gente que te importa. Dedica unos minutos a recordar sus formas de hablar, de vestir, qué suele llevar en las manos, en el pelo... ¿Le gustan los accesorios, cuidarse la piel o prefiere vivir experiencias?
Hazlo tú mismo y regálalo
Si nada te convence, siempre puedes hacer algo tú mismo. En este caso, las posibilidades son igual de infinitas que si compras un regalo. Por ejemplo, puedes hacer un álbum de fotos (físico o digital) con sus mejores momentos y después echaros unas risas juntos. O puedes elegir la mejor de esas instantáneas y hacerle un cuadro con ella.
Pero también puedes sorprender organizando una atardecer en el parque para ver las estrellas, apuntándote a hacer con él un taller de manualidades al que no quiere ir solo o yendo juntos al museo a ver ese cuadro que tanto admira. En el fondo, los dos sabéis que lo realmente importante es compartir una ilusión.
Cuenta con que, al final, son esos detalles los que se recuerdan para siempre. No importa lo que sea, lo que realmente contará es que vendrá de ti.
Cuándo regalarlo
Este año no vas a respetar ni fechas ni horarios. No esperes al 24 o 25 de diciembre, o al 6. Si ya tienes el regalo perfecto, ¿para qué esperar? Dáselo el 29 o cuando más te apetezca, así el detalle adquirirá más valor porque no está ligado a un día concreto.
Cómo darlo
De una vez, sin preámbulos. O déjaselo en algún sitio para que lo encuentre por sorpresa. O plantea un juego. Puedes hacer unas tarjetas con preguntas sobre vuestra relación. A medida que acierte, puede dar un paso hacia adelante o hacia atrás para llegar hasta el codiciado tesoro. Tú decides cómo prefieres hacerlo.