La ilusión de los encuentros: "Y que no vuelva a pasar tanto tiempo para vernos"
Puede que la última vez os mandaseis un SMS para acordar hora y lugar. Ahora, con un WhatsApp basta.
Los reencuentros en Navidad no se reducen a la familia. El año está lleno de buenos propósitos de los que todo el mundo se acuerda cuando se acercan estas fechas, entre ellos esa cita pendiente para la que nunca encuentras un hueco. "A ver cuándo tomamos un café"... Un clásico.
Resulta que, paradojas de la vida, nos esforzamos más por conseguir unas horas para ello justo cuando más se nos acumulan los planes entre cenas, decoraciones y compras navideñas. El espíritu de la Navidad nos posee y los anuncios de reencuentros nos afectan.
La ilusión es enorme porque si algo está claro es que el tiempo ha pasado. Puede que la última vez esperaras un SMS en el Nokia 3310 para acordar hora y lugar, y ahora un WhatsApp basta. Sí, el tiempo ha pasado.
Por eso, la mejor opción es quedar en el que siempre fue vuestro punto de encuentro, comprobar que se han cumplido los sueños del instituto y que la complicidad sigue existiendo, y acabar con la mandíbula desencajada por las risas y con algún suspiro por la nostalgia.
El cúmulo de emociones hace que ocurran muchas cosas cuando te reencuentras con un viejo amigo en Navidad:
1. Cuando os encontráis te quedas bloqueado: un abrazo puede ser demasiado después de tanto tiempo y con dos besos puede que te quedes corto. Igual hasta pareces un poco borde. Pero al final te invade la nostalgia y la ilusión, y te dejas llevar por la exaltación de la amistad.
2. Antes a ochenta grados bajo cero os atrevíais con un batido frío con mucha nata y virutas de chocolate, muy navideño. Ahora preferís un café hirviendo que os queme el paladar (eso no os impedirá hablar de todo) para entrar en calor. No toleráis igual el frío y os habéis pasado al mundo de la cafeína. Definitivamente, sois adultos.
3. Si sois mujeres, dedicáis los primeros diez minutos de conversación a subrayar lo estupendas que os veis la una a la otra. Con 15 años pensabais que el tiempo os pasaría factura, pero ahora os dais cuenta de que cumplir años tiene su punto.
4. No descartes que ocurra lo contrario, somos humanos: sientes un poquito de satisfacción culpable cuando compruebas que te conservas mejor.
5. Pensabais que la moda Friends duraría para siempre y que a estas alturas seríais algo así como Rachel (con su mismo pelo, el que todo el mundo quería) y Mónica, pero sufres un golpe de realidad y te das cuenta de que la vida evoluciona. El tiempo pasa para todos y ahora es el momento de otros influencers.
6. Aunque se supone que ya sois mucho más adultos, te dejas llevar por el espíritu adolescente. Cualquier comentario absurdo e inocente sirve para echaros unas risas.
7. Pero sabes que algo de la madurez ha calado en ti cuando también habláis de salud y de cómo os cuidáis. La época de los Cheetos sin límite a media tarde ya es historia.
8. Repasáis la vida de todos vuestros amigos y conocidos comunes, y descubrís que algunos de ellos son pareja.
9. Y también repasáis las bandas sonoras. Antes, incluso en Navidad, vuestro hit era una canción del verano que servía para todo el año y sonaba en bucle en Nochevieja. Algo muy, muy pop, del estilo Duro de pelar o Yo quiero bailar. Ahora intentáis adaptaros un poco más a las fechas y tenéis la ventaja de Spotify (el discman ya es algo muy vintage) para buscar esas viejas canciones y escucharlas juntos. Aunque no perdemos la oportunidad de incorporar al villancico un 'tra tra' como Rosalía manda.
10. Os intercambiáis todos los usuarios de todas vuestras redes sociales porque el messenger se ha quedado obsoleto. Si quieres llamar su atención cuando no estéis frente a frente, el zumbido del chat ya no es una opción. Mejor una mención en stories. Ahora sois amigos de la infancia y colegas 2.0.
11. Comentáis los planes de Navidad y notáis el gran cambio. Hace años vuestro ocio dependía de la paga o del extra del aguinaldo, ahora depende de lo que gastes en regalos.
12. Los silencios no son incómodos. Sencillamente, no los hay.
13. Hablando y hablando, os dais cuenta de que vuestras viejas quedadas de cine para ver películas de terror adolescente se han transformado en citas para ver los títulos de acción real de Disney, mucho más apropiadas para estas fechas. Y pensabas que lo de la factoría era cosa de niños...
14. También te sigues rindiendo ante esas películas navideñas que reponen en televisión desde que nacieron los canales generalistas.
15. Y cuando sigues hablando de cine, recuerdas que eran otros tiempos cuando en el top de tu lista de actores estaba Johnny Depp o Winona Ryder. Ahora ese puesto es para las grandes damas y señores, como Meryl Streep o Robert Redford.
16. Habéis llegado a la conclusión de que la vida os ha hecho madurar. Antes vuestra mayor responsabilidad era mantener con vida a tu Furby o al Tamagotchi. Ahora los que más os preocupa es cuál de estos regalos les hará más ilusión a vuestros sobrinos para encargárselos a los Reyes Magos.
17. Esto llega a su fin y ya sabías cómo os ibais a despedir incluso desde antes de quedar: "Que no vuelva a pasar tanto tiempo hasta el próximo café. ¡Feliz Navidad!".