La ignorada Albacete y sus cinco soberbios rincones que hay que visitar
Esta provincia manchega nunca, o casi nunca, se baraja como un destino indispensable ni como propuesta para una escapada.
Además de la popular canción “Una vieja y un viejo va pa’ Albacete...”, de ser el lugar del que vienen los humoristas Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, de que son tradicionales sus cuchillos y navajas, y de que si paras en La Roda tienes que probar sus ricos miguelitos, ¿qué más sabes de Albacete?
Nunca, o casi nunca, se baraja como lugar indispensable a visitar o como propuesta para una escapada. Esta provincia manchega, a la que rodean Valencia, Alicante, Ciudad Real, Cuenca, Murcia, Jaén y Granada, parece permanecer escondida entre ellas y olvidada como destino turístico de nuestro país.
Pero esta es una tierra que atesora siglos de historia y que puede presumir de un importante patrimonio histórico en forma de castillos, villas medievales, yacimientos prehistóricos y restos de batallas cruciales. Además también es un territorio privilegiado por naturaleza, con insólitos espacios naturales protegidos, como el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.
Aquí, cinco de los rincones de Albacete que son visita obligada, argumentos de peso para convertir la provincia en una perfecta propuesta de escapada.
Se trata de un monumental pasadizo modernista situado entre las calles Tinte y Mayor, en el centro de la capital albaceteña. Fue declarado Bien de Interés Cultural, además de ser considerada una de las calles más bonitas de España y uno de los lugares de Albacete más fotografiados en Instagram.
El pasaje, cubierto por un tragaluz de hierro y láminas de cristal, fue mandado construir por Gabriel Lodares en 1925 y diseñado por Buenaventura Ferrando Castells como una hilera de columnas renacentistas entre las que se abren los comercios. Sobre ellas asoman balcones decorados con rejería típica de la ciudad y adornados con motivos mitológicos.
La hoz del Júcar, además de ser un espacio de gran valor natural por los paisajes verticales excavados en las montañas por el curso del río Júcar, está jalonada por pueblos de interesante arquitectura y monumentos. Entre ellos destacan Jorquera y Alcalá del Júcar.
El primero de ellos llama la atención desde lejos pues esta villa medieval se levanta sobre un meandro del río. Alcalá del Júcar, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es uno de los pueblos más pintorescos de la provincia y merece la pena el paseo hasta su castillo, así como la visita a algunas de las casas-cuevas que se abren en la ladera de la montaña.
La fortaleza de origen almohade que preside la población y uno de los episodios más importantes de la Guerra de Succesión Española han hecho reconocido el nombre del pueblo albaceteño de Almansa y se han convertido en dos fuertes reclamos turísticos.
El castillo, declarado Monumento Histórico-Artístico, es una de las fortalezas mejor conservadas de Castilla-La Mancha, aunque a punto estuvo de ser derruido a principios del siglo XX cuando el alcalde denunció su estado ruinoso.
En la Oficina de Turismo, los amantes y aficionados a la historia de España pueden disfrutar de la visita al Centro de Interpretación-Museo Batalla de Almansa, donde descubrirán interesantes detalles del episodio bélico que tuvo lugar aquí el 25 de abril de 1707. Además, podrán acercarse hasta los escenarios que fueron campo de batalla de la contienda.
En el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, el nacimiento del río Mundo, el principal afluente del río Segura, es un verdadero espectáculo. Se trata de una cascada de más de 300 metros de altitud que en otoño y en primavera, en época de lluvias, se muestra en todo su esplendor.
Todo comienza en la Cueva de los Chorros, una red de galerías y cavidades por las que se filtra el agua de la lluvia, que se precipitan por la cueva y que dan lugar a un fenómeno conocido como el 'reventón', que no es otra cosa que el brusco aumento del caudal de salida que parece hacer reventar la entrada de la cueva. Tras precipitarse al vacío, el agua forma saltos, cascadas y pozas que se conocen como Las Calderetas.
Entre el 7 y el 17 de septiembre se celebra la Feria de Albacete, la gran fiesta de la ciudad y de la provincia, y una de las más antiguas de España.
Cabalgata, música, comida, actividades infantiles, atracciones para todos los públicos, trajes regionales... el programa por las celebraciones de la Virgen de los Llanos es una propuesta de 24 horas durante 10 días que disfrutan casi 3 millones de personas cada año.
El principal escenario de estas fiestas es el Recinto Ferial, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Fue levantada en 1783 en el centro de la ciudad y presume de una singular arquitectura que la convierten en un edificio único en España.