La hibridación como tendencia post Covid-19

La hibridación como tendencia post Covid-19

metamorworks via Getty Images

Hibridación, dícese “de la fusión de dos células de distinta estirpe para dar lugar a otra de características mixtas”.

Es una palabra que nos resulta extraña, pero con una mínima reflexión, veremos que ha estado presente a lo largo de nuestra historia y no exclusivamente en el contexto biológico.

Olvidándonos de la historia y trayendo este concepto al presente nos encontramos en un auténtico proceso de hibridación en el que las dos “células” son lo físico y lo digital, que no paran de evolucionar como podemos ver en el siguiente gráfico:  

Este proceso que afecta prácticamente a todas las actividades tiene una especial importancia en ámbitos como el laboral, la educación y la salud.

Laboral

El teletrabajo ha llegado a la fuerza, pero ha llegado para quedarse y ello implicará un cambio en los modelos de relación laboral de las organizaciones que pasarán de un sistema obsoleto basado en el presencialismo a otro mixto más flexible que obligará a redefinir los modelos de gestión y productividad.

Esta evolución implicará cambios profundos en aspectos relacionados con los beneficios sociales, horarios, métricas, sistemas de objetivos, evaluaciones, trabajo en equipo, etc., en definitiva, una reinvención de las relaciones entre empresa y trabajador y de los modelos dirección.

En paralelo y como parte de este proceso, aparecerá un nuevo concepto de liderazgo, quizás de autoliderazgo en el que todos los profesionales adquirirán un mayor protagonismo en la actividad que realizan y en las decisiones que tendrán que adoptar. La delegación, otra de las grandes reivindicaciones del ámbito de la gestión, tendrá su gran oportunidad.

Nuevos modelos que aparecen y otros basados en un status quo trasnochado que tiene que desaparecer, aquí no hay “hibridación” posible, su tiempo ha llegado a su fin. 

Educación

Sin duda lo urgente es resolver el final del presente curso, pero en paralelo es imprescindible centrarse en mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Y un modelo mixto “físico/remoto” aparece como la solución ideal.

Uno de los errores más habituales, y no exclusivo del ámbito educativo, es la de automatizar con nuevas tecnologías los procesos, las metodologías y usos tradicionales.

Pasar los documentos a pdf o grabar las clases en vídeo y ponerlas a disposición de los estudiantes, puede servir para salir del paso, pero desde luego no se aproxima a la solución que se necesita.

Un aspecto de gran impacto general, pero que en este ámbito adquiere una relevancia especial es la denominada brecha digital.

En una entrevista a Neil Selwyn, autor de ¿Es buena la tecnología para la educación? compartida en este medio, comentaba dos aspectos que parecen esenciales.

“Mi gran preocupación es la llamada -brecha digital de los deberes-, el hecho de que grandes minorías de estudiantes no tengan buenos dispositivos o conectividad para hacer las tareas en casa”.

“Y luego están las dificultades mentales, emocionales y sociales de intentar aprender online aislado de tu escuela, así como de tus compañeros de clase y profesores”.

En un futuro inmediato, mientras se trabaja en la transformación del modelo educativo, parece imprescindible la adopción de algunas medidas como:

  • Garantizar que todos los estudiantes pueden estar conectados, equipados y formados en las habilidades y capacidades esenciales para la teleeducación.
  • Asegurar que todos los profesores están formados para el desarrollo de su actividad “en digital”.
  • Disponer en los centros educativos de las herramientas mínimas necesarias para desarrollar la educación en remoto.
  • Sensibilizar y desarrollar una adecuada formación en materia de seguridad y privacidad, tanto a estudiantes como a profesores.

Salud

La pandemia del coronavirus va a marcar un punto de inflexión en la adopción en España de la telemedicina, que, como es evidente, permite un uso más eficiente de los recursos y alivia la presión asistencial sobre la red sanitaria.

A partir de ahora, muchos contactos médico-paciente se realizarán de manera virtual y éstos serán informados con evidencias del entorno real, donde tecnologías como Internet de las Cosas (IdC) tendrán un protagonismo especial.

Según la firma Deloitte, para el 2025 (hoy este horizonte se ha acercado sustancialmente) el hogar será un lugar habitual para el cuidado/seguimiento rutinario de la salud y más del 70% de los españoles realizarán una vídeo-consulta.

Lo que está ocurriendo en la cuarentena tiene que ver con la pérdida del miedo a las herramientas, por lo que muchos pacientes han contactado digitalmente y de forma gratuita con sus médicos. Una situación que desde el punto de vista económico no es sostenible.

No obstante, el reto es mucho mayor y tiene que ver con el diseño y desarrollo de modelos más integrados (visión única) e híbridos (físico/virtual) en las relaciones y seguimiento de los pacientes. Por fin pasaremos del tradicional “pida cita” a recibir digitalmente en nuestros dispositivos las opciones para la próxima revisión que, según el diagnóstico, será física o virtual.

Al igual que en otros sectores, la aceleración en la adopción del uso de dispositivos y aplicaciones digitales ha sido una de las únicas noticias positivas de esta crisis y ahora es el momento de avanzar en muchas de las ideas que las compañías tenían ralentizadas en su estrategia por potencial (ahora se ha visto que equivocadamente) falta de asimilación por parte de sus clientes/pacientes.

Se quedan fuera muchos sectores en los que la hibridación es una realidad como, por supuesto la industria, la agricultura o el sector financiero, pero con estos que hemos comentado son suficientes para ver la hibridación como una gran tendencia en la que lo digital le irá comiendo terreno a lo físico, hasta que este último se convierta en un ámbito exclusivo de actividades de aportación de valor en el que las tareas rutinarias que puedan ser digitalizadas, lo serán.

Aparece, lógicamente, el problema del empleo, pero esta crisis nos ha demostrado que ese es un reto que abordar sin cuestionarse la evidencia de la necesidad de automatización de todos los procesos que sean susceptibles de serlo y aprovechar la tecnología para crear un mundo más eficiente, habitable y seguro.