La figura de Sofía, la otra damnificada de los escándalos del rey Juan Carlos I
A todos nos sorprende la actitud de la reina emérita: poniendo buena cara, apareciendo con él en algunos actos públicos e incluso luciendo su anillo de casada.
Recién estrenado el estado de alarma en España, Casa Real sorprendía el pasado domingo a la sociedad española con un comunicado en el que Felipe VI anunciaba su renuncia a la herencia de su padre y la retirada de la asignación mensual al monarca emérito.
Esta decisión es consecuencia directa de las informaciones que en las últimas semanas vienen apareciendo en prensa y que podrían llevar al rey emérito delante de la justicia: cuentas en Suiza, tramas ilegales de comisiones, donaciones a mujeres, amenazas de Corinna…
Todo estas noticias han puesto contra las cuerdas a la monarquía y la primera de las reacciones, la de su hijo, el rey Felipe VI, ha llegado ya. Él es uno de los principales damnificados por los “turbios” asuntos de su padre. Pero ¿qué hay de su mujer, la reina Sofía?
A muchos nos sorprende la actitud de doña Sofía durante todo este tiempo: poniendo buena cara, apareciendo con él en algunos actos públicos —hace sólo unos días acudieron juntos al funeral del empresario Plácido Arango— e incluso luciendo su anillo de casada.
“Es difícil entender que haya aguantado sabiendo que don Juan Carlos ha tenido un montón de amantes y que esas infidelidades son públicas. Pero que ahora soporte que, además de estar implicado en turbios asuntos económicos, le haya regalado un montón de dinero a sus amantes y que esté tan tranquila es sorprendente”, confiesa Pilar Eyre, periodista y autora del libro La soledad de la reina.
Eyre recuerda que semanas después de salir a la luz las imágenes del viaje a Irlanda del rey emérito con Marta Gayá —la mallorquina con la que se le relacionó durante muchos años— hubo un acto público presidido por el matrimonio y Sofía se dirigió al grupo de periodistas para recriminarles que le llamasen rey emérito porque no le gustaba y a ella tampoco. Un gesto que reivindicaba su papel en la Casa Real y su unión en ese papel. “Al principio admirábamos la dignidad con la que soportaba las infidelidades... Ahora pienso que ella era una conocedora de todos estos rollos y que con tal de seguir siendo reina pues no le ha importado callar”, afirma Eyre.
Y con Corinna llegó el final
La última aparición de la reina Sofía tuvo lugar el 6 de marzo, en el besapiés del Cristo de Medinaceli en Madrid al que acudió como cada año. Desde entonces no se la ha vuelto a ver en un acto público, confirma Almudena Martínez Fornés, corresponsal de la Casa Real del diario ABC.
Hoy por hoy, no se sabe nada del paradero de la madre del rey y de dónde está pasando el aislamiento por la crisis del coronavirus. Como informa Vanitatis, Casa Real tampoco dispone de esa información. Aún así, algunos miembros de su entorno apuntan a que pueda estar en Grecia, con su familia, a los que cada vez visita con más frecuencia.
Dadas las especiales circunstancias por las que atravesamos todos, tardaremos un tiempo en ver a la reina emérita en un acto público pero, en general, tampoco se espera un cambio de actitud por su parte ante los últimos acontecimientos. La periodista de ABC no cree que Sofía vaya a tomar ninguna decisión que muestre un distanciamiento con su marido y mantendrá su vida personal y laboral como hasta ahora. Por su parte, Pilar Eyre confiesa que “ahora sería muy elegante que hicieran un documento público en el que quedase claro que a partir de ahora van a llevar vidas totalmente separadas”.
Hace ya tiempo que nadie trata de ocultar que el matrimonio entre Juan Carlos y Sofía está roto, incluso antes de que todos supiésemos de la existencia de Corinna zu Sayn-Wittgenstein en 2102, cuando Juan Carlos tuvo que ser operado por una rotura de cadera durante una cacería en Botswana.
La prensa especializada ya sabía quién era aquella princesa alemana mucho antes, pues ella fue la que no se movió de su lado cuando Juan Carlos I fue intervenido de un nódulo en el pulmón. “Hace tiempo que ellos sólo se comunican a través de sus secretarias”, asegura Eyre. Los dos residen en Zarzuela, doña Sofía con su hermana, que se ha convertido en su principal apoyo, pero cada uno en un ala completamente independiente.
La emérita tampoco comparte mucha vida con los reyes Felipe y Letizia, y eso que viven a menos de un kilómetro. Ahora que va a hacer un año del rifirrafe vivido en la Catedral de Mallorca entre la reina, la emérita y las niñas, poco sorprende saber la escasa-nula relación que los reyes tienen con Sofía.
“Felipe y Letizia saben que todo lo que venga de don Juan Carlos y doña Sofía les va a perjudicar. No creo que ya vayamos a ver a los reyes con sus padres” asegura Pilar Eyre. Con las que Sofía sigue manteniendo una estrecha y cariñosa relación es con sus hijas Elena y Cristina y con sus nietos. Con ellos sí que ejerce de abuela, como hemos visto en numerosas ocasiones.
A sus 81 años, la reina émérita se enfrenta a sus momentos más bajos de popularidad y muchos la consideran una de las víctimas de los líos de su marido. “Doña Sofía no es la víctima de lo que ha hecho su marido. Las víctimas somos los españoles. Ella ha vivido muy bien, ha sido muy querida y valorada”, corrige Pilar Eyre. Ahora, en estos tiempos de nubes negras, prefiere el silencio y mantener esa actitud de “aquí no pasa nada”, mientras disfruta de sus grandes aficiones y se mantiene implicada en la causa animalista y ecologista, “donde está siempre que se la reclama”, puntualiza Eyre.