La economía no basta para salvar al Gobierno de Pedro Sánchez

El PP se ve ya en Moncloa, propulsado por la supuesta cuasi mayoría en Andalucía del próximo día 19J. Una especie de inevitabilidad parece haberse instalado en las filas socialistas, como si los logros económicos y los avances sociales que acumula este Gobierno no sirvieran para poder continuar en 2023. Pero no es solo la inflación —que el sueldo alcance para menos— lo que está opacando logros como los 20 millones de empleados conseguidos por primera vez, un 30% de aumento del salario mínimo en tres años, los menos de tres millones de parados o la subida de las pensiones ligada al IPC. ¿Por qué no lo rentabiliza Sánchez?

“Los datos económicos buenos no bastarán ni van a influir en las elecciones andaluzas; no da tiempo, pero para unas generales puede que sí”. El economista Emilio Ontiveros, presidente de Afi, defiende que pese a la posible atmósfera de la calle “la situación económica no es mala: el paro reduciéndose, la economía creciendo al 4,1%, la inversión extranjera entrando en España, y los 100.000 millones de los fondos europeos. Un extranjero nos mira desde arriba, somos un buen lugar. La inflación sí, como en Alemania, pero se moderará”.

Su optimismo lo comparten los grandes empresarios en foros privados. El turismo ha vuelto al país en tromba sin esperar a la tradicional temporada alta, tanto que en los destinos vacacionales no quieren ni pensar lo que sucederá en julio y agosto. El panorama empresarial ha cambiado mucho, el 34% de las empresas medianas son exportadoras. “En Europa saben que somos de fiar, somos el único país grande que no reniega de la UE. Para los extranjeros tenemos una economía barata, con fibra hasta donde se fríe el último torrezno de Soria y una transición energética y una falta de dependencia de Rusia que no la tienen otros”, asegura un alto cargo de una gran multinacional.

Sin embargo, los ciudadanos no lo tienen en cuenta a la hora de expresar lo que votarían en unas elecciones generales, como si todos esos datos les fueran ajenos. El economista Daniel Fuentes, director de Kreab Research explica que a este Gobierno “los datos económicos buenos no le premian, ni siquiera los de creación de empleo o hacerlo bien en economía le acompaña. Sin embargo, los datos de la inflación, que previsiblemente seguirán siendo regulares, le van a hacer daño. La evolución del paro y el poder adquisitivo son claves”.

Un notable economista socialista está de acuerdo en que por mucho que te toquen los combustibles, si cuando llegas al súper te han subido todo y al final de mes estás más ajustado que antes, “ese clima optimista que hay en algunas esferas, no cala. Pero no es solo esa la cuestión. En Moncloa son conscientes de que algunos de los cambios de la última remodelación no han servido de mucho y de que el nuevo portavoz en el Congreso no cuaja, como tampoco ministros como Escrivá o Raquel Sánchez. Aún así, en Génova son prudentes con lo que puede pasar de aquí a las generales”.

Sin embargo, en las filas socialistas tienen la sensación de que el Gobierno se ha instalado en una especie de inevitabilidad. Consideran que mientras en la pandemia tomaron la iniciativa actuando con la hoja de ruta en la mano, desde el estado de alarma a los ERTES, ahora se está dejando arrastrar por la corriente europea para ver hasta dónde lleva. “Igual es el momento de buscar un pacto de rentas al estilo de los Pactos de la Moncloa en el que estén todos los actores esenciales desde las grandes del IBEX, a los sindicatos o el sector público”, asegura un diputado socialista, que se lamenta de la escasa repercusión de las buenas nuevas, como por ejemplo los 11.000 millones para chips.

Algunos en el grupo parlamentario piensan que hay que volver a marcar la agenda, porque actualmente se ha perdido esa capacidad. “Tampoco ayuda mucho a la hora de poner a trabajar a todos los territorios en la misma causa, transmitir la idea de que no vamos a adelantar elecciones. Con un año y medio por delante, y dado el cortoplacismo habitual en política, muchos ven un horizonte lejano aún. En cambio, si generas incertidumbre sobre que igual puedes hacer coincidir las generales con las municipales y autonómicas de mayo de 2023, activarás a tus líderes regionales. Además, puedes estar fastidiando las expectativas electorales de Yolanda, algo que no conviene, porque das tiempo a Pablo Iglesias a machacarla”, apunta una diputada con inquietud por el medio plazo.

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es para la mayoría de los socialistas una pieza necesaria para unir a la izquierda del PSOE. La consideran una aliada frente a Podemos, del que han desconfiado desde sus inicios, y creen que hay que armar bien las estrategias electorales para no hundir su proyecto.

Esa imagen interna de que falta fuelle no coincide con la que existe en el nuevo equipo de dirección del PP, donde ven al presidente más difícil de doblegar de lo que expresan en público. “Pedro Sánchez ha podido con la pandemia, con la guerra, es un líder que si le pinchas no sangra. No será empático pero eso le permite mantener la calma y evita que tome decisiones viscerales. Ahora tiene un buen equipo en Moncloa con Óscar López y Antonio Hernando. Sánchez se está erigiendo en el gran líder del sur. Aquí tenemos una frontera que hay que vigilar. Ya lo dijo el rey Felipe en el discurso de la OTAN, que no hay que descuidar el avance del yihadismo en el flanco sur. La cumbre de la OTAN en Madrid el 29 y 30 de junio le hará crecer a ojos de la ciudadanía. Se está trabajando mucho ese perfil internacional y hay que reconocer que le está rentando más allá del logro de la excepción ibérica”, dicen fuentes de Génova.

Ahora solo le falta que los votantes le perciban igual que el equipo de Feijóo, preocupado porque su jefe, acostumbrado a ser presidente, logre mantener el pulso con Sánchez.