La economía de la zona euro vuelve a crecer
La economía europea, así como la española, comienzan a mostrar signos de recuperación. Unos signos que, aunque a priori sea muy pronto para establecer si la zona euro se está recuperando -pues siguen existiendo muchos riesgos en la economía-, sí podemos decir que la economía, tras las amenazas de recesión, comienza a despegar, junto al resto de bloques económicos.
Este tirón de la economía no solo se ha observado en Europa: si miramos el crecimiento de Estados Unidos, podemos observar cómo, pese a las previsiones a la baja, el PIB volvió a experimentar repuntes que lo situaron en el 3,2%. La economía parece mostrar signos alcistas, algo que los mercados y los países agradecen tras unos meses en los que la economía estaba muy castigada.
Durante el primer trimestre de 2019, la economía de la zona euro ha duplicado el crecimiento en comparación con el último trimestre de 2018. Durante este primer trimestre, la economía de la zona euro se ha expandido, situando el crecimiento de esta en el 0,4%. Por otro lado, la Unión Europea creció a ritmos del 0,5%, un 0,2% más que en el trimestre anterior, donde los crecimientos se situaban en el 0,3%.
Además, si observamos en cifras interanuales, comparándolas con las obtenidas en el primer trimestre del año precedente, la economía de la zona euro creció un 1,2%. A su vez, el conjunto de países que conforman la Unión Europea lo hicieron al 1,5%. Unas cifras más moderadas, pero que, aun así, tenemos que ser conscientes de que las previsiones para la Unión Europea, en declaraciones del Banco Central Europeo, arrojaban ritmos más modestos.
Estamos ante los mejores resultados macroeconómicos desde 2008, ya que tanto en materia de desempleo, como en ritmos de crecimiento, la economía de la zona euro ha experimentado una expansión que aporta respiro a una economía que, meses atrás, se mostraba agotada, impasible ante las actuaciones del Banco Central Europeo y las políticas de carácter expansivo que estos aportaban.
En materia de crecimientos individuales, estos se han intensificado en países como España o Francia, los cuales crecieron un 0,7% y un 0,3%, respectivamente. En el caso de España, ha sido el país que más ha crecido de la zona euro y muy significativamente por encima de su media, creciendo una décima por encima que en el trimestre anterior. En términos interanuales, esta creció al 2,4%, otra décima por encima del mismo trimestre del año precedente.
En el caso de Francia, esta mantuvo su crecimiento en el 0,3% durante el primer trimestre del año. Además, cabe destacar la salida de Italia de la recesión técnica que les acechaba a finales de 2018 y principios de 2019. Una salida que, aunque se haya producido de una forma muy superficial, sitúa a Italia fuera de ese riesgo de recesión técnica que le ponía en serios aprietos y que, con un 130% de deuda sobre PIB, lastraba la confianza en el país.
Está claro que estos crecimientos pueden significar el resultado de la aplicación permanente de políticas expansivas por parte de las autoridades monetarias. Además, el BCE, ante la desaceleración y el exceso de moderación en los crecimientos previstos, optó, al igual que la Reserva Federal, por mantener los tipos de interés en su rango más bajo posible; siendo su intención la de mantener esas condiciones de financiación favorables e inyectar liquidez al mercado, a través de las TLTRO.
No obstante, ahora, ante los ritmos de crecimiento de este primer trimestre, la economía europea vuelve a ganar oxígeno. En materia de desempleo, como comentábamos, los datos muestran una cierta recuperación. Aunque aún hay países como España, donde el desempleo decrece, pero de una forma muy gradual, nos encontramos con países como República Checa, donde su tasa de desempleo arrojaba un 1,9%; Alemania, con un 3,2%; y Holanda, que mostraba un 3,3%.
Como podemos observar, unas tasas de desempleo que, en algunos casos, superan incluso el pleno empleo que se ha obtenido en los Estados Unidos y que sus líderes celebraban. Sin embargo, en materia de desempleo juvenil, la Unión Europea sigue mostrando un gran elenco de jóvenes –menores de 25 años- en situación de desempleo. Concretamente, la tasa se sitúa en el 14,5%, una contracción de una décima y que aporta un poco de optimismo a los jóvenes europeos.
Si observamos las tasas por países, podemos ver cómo los descensos de estas tasas de desempleo juvenil se intensifican más en países como Alemania, Holanda o la República Checa, donde, respectivamente, sus tasas fueron del 5,6%, 6,3% y 6,4%. Sin embargo, liderando las mayores tasas de desempleo juvenil se encuentran Grecia, Italia y España, los cuales, respectivamente, muestran tasas del 39,7%, 33,7% y 30,2%.
Unas tasas de desempleo juvenil que, comparándolas con las obtenidas en tasas de desempleo generales, siguen distando mucho de los objetivos planteados. Para los países de la Unión Europea y la zona euro, el desempleo juvenil sigue siendo un gran reto. Además, países como España, Italia y Grecia son los países de la zona euro en los que, tanto tasa de desempleo como tasa de desempleo juvenil siguen siendo excesivamente elevadas.
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