La desgracia de depender tanto del turismo
La mejora en la economía se transforma en bonus de directivos y no mejoras de la sociedad.
Estamos entre la espada y la pared: La economía nos da de comer y la enfermedad nos mata. Esta parece ser la difícil disyuntiva en estos últimos meses de 2020.
Para los que están aún recuperándose de la enfermedad o los que no han podido llegar a despedirse de familiares que han fallecido por la covid-19 creo que podrán ver las prioridades de manera más clara. Igualmente pasará a los trabajadores sanitarios que han luchado como titanes para salvar miles de vidas y han tenido que resignarse a perder a muchos pacientes por falta de recursos, incluyendo muchos héroes que trabajaban a pecho descubierto sin EPIs ni defensas.
Los que no lo tienen tan claro son los que solo se preocupan por la economía. La economía, nos dicen, este año perderá muchos puntos ganados, y tardaremos en recuperar la situación pre-covid-19.
Seamos honestos, la situación en nuestro país no era la mejor. No para la mayoría de los trabajadores que rozan salarios mínimos, o que están infravalorados y llevan años con la amenaza de la calle ante cualquier cambio de rumbo de su dirección empresarial, como ha pasado con Nissan.
La economía tiene gran afán de probar que podemos seguir creciendo año tras año, y este crecimiento facilita que engorden los bolsillos de empresarios y altos cargos, y no tanto de la mano de obra productiva con salarios tan bajos como sus convenios lo permitan. La mejora en la economía se transforma en bonus de directivos y no mejoras de la sociedad.
¿Realmente notamos en los bolsillos si el PIB sube el 1.2 o el 2.5%?
Los capitales generados no se reinvierten en cambiar el sistema productivo para parecerse a los países industriales que dan trabajo a los millones de turistas que llenan nuestras playas todos los años, y que se esperan como agua de mayo.
En esta España de regiones en fase 1, 2, o si hay suerte 3, de vez en cuando tenemos ejemplos de responsabilidad política absoluta, como es el ejemplo de Castilla y León, o la ciudad de Barcelona, donde se prima la recuperación y la limitación de riesgos, y luego tenemos a la señora Ayuso en la Comunidad de Madrid que, dependiendo del día, critica los fallos del Gobierno central sin ningún tipo de capacidad reflexiva en torno a las razones de que la comunidad que dirige es la que más muertos y casos tiene, o exige (con los datos conocidos) pasar de fase.
Quería las terracitas abiertas rápido, y ahora quiere las tiendas abiertas…no me sorprende nada. Ayuso es la Bolsonaro o Boris Johnson de Madrid, y en Reino Unido hemos empezado la desescalada con un número de contagios y muertos diarios mayor que cuando se comenzó el encierro o, mejor dicho, el encierro “de boquilla”, ya que aquí nunca ha habido un encierro serio. Pregúntenselo a Dominic Cummings, con sus viajes estando enfermo con COVID-19, y en diversas ocasiones llegó a viajar más de 400 kilómetros de distancia de su residencia en Londres sin ninguna consecuencia… acordaros de esos madrileños inundando los pisos de la costa o los pueblos de las dos Castillas en plena crisis. Muchos de ellos con la extraña capacidad de exigir que la economía se abra de par en par mientras que hace nada exigían que España estuviera blindada ante el coronavirus.
Pues alguien que piensa parecido a Ayuso y que ha donado en el pasado unas cuantas perras gordas al partido de la presidenta de la Comunidad de Madrid es Miguel Ángel Ramírez Alonso, presidente del equipo de fútbol de Las Palmas.
Algunas de las Islas Canarias están en fase 3 y con un porcentaje de enfermos minúsculo en comparación con otras comunidades autónomas, y Gran Canaria quizás sea una de las nuevas regiones en fase 3 en los próximos días.
Pues el “experto en pandemias” (probablemente, otro más) que preside la Unión Deportiva Las Palmas, pide que haya partidos con público en los estadios ya. La lógica no va mucho con esta petición en cuestión, solo le preocupa la economía y atraer ya turismo.
En entrevista en la Cope decía: “tenemos una mínima posibilidad de demostrarle al mundo que se puede veranear en las Islas Canarias de una manera segura. […] La plataforma mediática a través del fútbol puede ayudar muchísimo. Veía una ventaja para dar a conocer al mundo que España está saliendo de la crisis”.
Reino Unido el día 1 de junio lunes anunció 111 muertos, pero la cifra creció curiosamente en 556 respecto al día anterior en el juego de trileros al que nos tiene acostumbrado Boris… no hay medidas, los muertos siguen fluyendo, y Miguel Ángel Ramírez quiere abrir las puertas de par en par para que llenen las islas.
Nada a extrañar cuando resulta que este defensor del turismo patrio ahora mismo se encuentra inmerso en diversas causas judiciales por presuntos delitos penales contra la hacienda pública y contra los derechos de los trabajadores. Trabajadores a los que pondrá a trabajar para incrementar su patrimonio tan pronto como le sea posible, y oigan, ¿si Brasil, EE UU o Reino Unido no ponen pegas y “conviven” o, mejor dicho, mueren con la enfermedad... por qué no nosotros? ¿Quieren de verdad arriesgar un contagio mayor que en la primera ola?
El turismo perpetúa depender de otros, imponiendo salarios básicos unidos a la temporalidad, y esto hace que muchas regiones tengan miles de trabajadores sobreexplotados en verano y en precariedad el resto del año.
El turismo en un futuro inmediato tendrá que seguir tirando de la economía, y no se va a tirar por la borda una industria que saca ventaja de nuestro clima, nuestros paisajes y comida, pero a medio y largo plazo debería dejar de ser nuestra primera industria, y quizás podamos dejar de lado el sambenito de país solamente turístico… quizás sea el momento en esta crisis de reinventar nuestra economía, y poner los medios desde el gobierno en reindustrializar el país, quizás centrándonos en nuevas tecnologías, en medio ambiente o volviendo a la España vacía para poder lograr reactivar ciertas áreas usando los recursos que ahora mismo no están utilizando.
Preferiría honestamente, tener que quedarme sin viajar a España desde Reino Unido este verano si así se consigue evitar hordas de turistas que no saben lo que es el confinamiento, llenando bares y playas en mi país, donde la gente se ha ganado con esfuerzo tener un verano normal… aunque sea sin turistas.