La desesperación de uno de los mejores profesores de España en el inicio del curso: "Es insostenible"
Toni García lamenta la falta de preparación y las prisas con las que se ha iniciado la 'vuelta al cole'.
Toni García es una de las voces más reputadas de la educación en España tras haber sido nombrado ‘Mejor Docente de Primaria de España en 2018’ en los II Premios Educa Abanca. Este director del centro escolar Joaquín Carrión, del municipio murciano de San Javier, no duda en alzar la voz y mostrar su desencanto ante el convulso inicio del nuevo curso escolar.
No es para menos: este martes, el colegio Juan Luis Vives de Huelva se ha convertido en el primer centro en cerrar sus puertas como medida preventiva tras el positivo por coronavirus de dos de sus profesores. Además, más de 200 colegios de toda España ya han registrado incidencias por la covid-19. Y solo estamos a mitad de septiembre. Todos estos datos, junto a las grandes cifras de incidencia en España, hacen que García no sea precisamente positivo, más bien todo lo contrario.
“Toda la comunidad educativa está de acuerdo en que había que bajar la ratio más allá de los 20 alumnos y contratar más personal, algo que no se ha hecho. Los responsables políticos saben que es insostenible y que se van a tener que ir cerrando centros poco a poco. Este ritmo de contagios es inabordable, está habiendo casos sin que hayan empezado todas las comunidades con todos los alumnos. A largo plazo es inaguantable”, se lamenta profundamente.
De hecho, llega a asegurar que cree que “algunos dirigentes están rezando para que se den casos y haya que cerrar”. “Los políticos de autonomías y del ministerio saben que es inviable y si no lo saben no comprendería como una persona con tan poco conocimiento está en un cargo así”, añade.
García achaca errores de preparación y anticipación, algo que les ha llevado a improvisar sobre la marcha en puntos tan básicos como el control del profesorado. Este director murciano cuenta que este lunes, fecha en la que empezaba el curso en su colegio, es cuando les hicieron las pruebas serológicas voluntarias para saber qué profesores tienen anticuerpos para hacerles la PCR.
“Se han hecho con los niños dentro y con los profesores viéndose. No tienen ninguna razón de ser. Es una falta de previsión del gobierno autonómico y del gobierno nacional, estas pruebas tendrían que haberse hecho a principios de septiembre, con tiempo para tener los resultados varios días antes de que llegaran los niños”, afirma.
García relata que, de los 42 profesores que hay en el centro, ya tiene a cuatro haciendo cuarentena por contacto. “Si en las pruebas me salen tres positivos tenemos que hacer una trazabilidad para ver con quién han estado en contacto directo y a lo mejor del total tengo que dejar a 10 ó 15 en cuarentena, es decir, tengo que cerrar el centro”, describe.
Además, recuerda que los centros públicos no pueden contratar a nadie en caso de tener positivos en la plantilla y que el proceso es enviar las bajas a la consejería de Educación y que ellos sean los que hacen los actos de adjudicación semanales para reemplazarlos.
“Hoy por hoy es una auténtica irresponsabilidad. Si un lunes me salen varios profesores con positivo hasta el próximo lunes no tengo reemplazo. Entonces igual tengo que cerrar”, resume.
Pero no solo en las pruebas se puede ver la falta de preparación. Tampoco se ha hecho nada para acomodar colegios e institutos para dar clases al aire libre. “Hubiera estado bien poner carpas para que haya zona sombreada y corriera aire. No habría pasado nada y hubiera sido muy acertado”, se queja.
Más de lo mismo con la ventilación en interiores. Nadie ha planteado una alternativa distinta a la de abrir las ventanas. García cita una y otra vez a José Luis Jiménez, experto español de la Universidad de Colorado y autor de un estudio sobre la transmisión del coronavirus por aerosoles. Este propone como solución un filtro portátil de bajo coste que funciona como un ventilador y renueva el aire del aula.
“Medidas de inversión más allá de lo más básico no se han tomado. Parece que cuando se gasta en educación en España sea un gasto y cuando es para ocio una inversión”, reflexiona molesto este director que, junto a otros colegas, se queja de la tremenda responsabilidad que les han cargado.
“Todos los directores decimos que nos han dejado con toda la responsabilidad a nosotros para coordinar las entradas y los recreos, mantener la salud de los alumnos y profesores, hacer un plan de contingencia... Todo ha quedado en manos de los equipos directivos cuando no somos sanitarios. Tenemos nuestro coordinador covid que es un profesor del centro, pero no tenemos ni sanitarios ni nada, solo una persona de contacto por si sucede algo”, sentencia.
Fiel defensor de tres planes distintos
En cada intervención, García siempre ha dejado claro que su postura está donde esté un modelo con tres planes: uno del 100% presencial, otro 50% presencial y la otra mitad telemático y luego un 100% telemático.
“Cada uno con unas condiciones propias de incidencia, tasa de positividad, etc y dependiendo de las que haya en el momento aplicar uno u otro. Al 100% presencial con los 20 alumnos por clase de ratio no habría empezado nunca, lo habría hecho con una enseñanza híbrida porque ahora mismo los datos no aconsejan juntar a más de 500 alumnos en un instituto o colegio. Es inviable”, reitera.
Sin embargo y a pesar de las prisas, García siempre ha estado convencido de que iba a comenzar el curso escolar en septiembre de manera presencial. “Por cabezonería del ministerio y de las consejerías tenía claro que iban a abrir sí o sí, pero no se ha hecho bien”, se sincera este docente, fiel defensor de la educación presencial en todo momento, siempre y cuando existan condiciones “sanitarias buenas”.
“Yo creo que esa cabezonería viene por la conciliación familiar más que otra cosa porque cambios significativos para mejorar los aspectos pedagógicos no ha habido ninguno”, incide.
García pone de ejemplo a Dinamarca, donde explica que han bajado las ratios y han buscado espacios para dar clases como museos, bibliotecas, hoteles o lugares abiertos. “Aquí se podría hacer muchísimo más y en ese sentido no se hizo nada, lo único bajar la ratio a 20 alumnos en muchas autonomías... cifra que sigue siendo un número alto y que no da para estar cinco horas metidos en un sitio cerrado”, subraya.
Al final a García y al resto de docentes solo les queda confiar en que salga bien casi por azar. “Solo se ha hecho empezar al 100% y que sea lo que Dios quiera”, concluye.