La derecha trata de superar las tensiones entre Meloni y Berlusconi en Italia
Hasta los hijos del magnate han tenido que mediar entre la neofascista y Forza Italia para calmar los ánimos, cuando llega la semana decisiva de la formación de Gobierno.
La coalición de derechas que ganó las elecciones en Italia se esfuerza por superar el desencuentro entre su líder, Giorgia Meloni, y al fundador de la alianza, Silvio Berlusconi, quienes podrían reunirse hoy mismo para escenificar su reconciliación y acudir unidos ante el jefe del Estado para recibir el encargo de formar Gobierno.
La posibilidad de que esas tensiones impidan la formación de un Ejecutivo ha sido rechazada por el tercer líder de la coalición, el ultraderechista Matteo Salvini, que se ha mostrado “seguro de que entre Giorgia e Silvio volverá la armonía”, pero ambas formaciones trabajan intensamente en las últimas horas para superar unas tensiones que muestran las fisuras de la coalición incluso antes de llegar a poder.
“Tras la disputa, habrá recomposición. Meloni no es rencorosa. Es una mujer fuerte y pragmática. El país tiene muchos problemas. No puede esperar”, asegura Guido Crosetto, cofundador de los ultras Hermanos de Italia (FdI) junto a la futura primera ministra y uno de sus hombres de confianza que suena para formar parte de su Ejecutivo.
Crosetto está convencido de que “nadie quiere hacer un gobierno sin Forza Italia” (FI), en referencia al partido de Berlusconi, porque “significaría hacerse mucho daño a sí mismo. No sucederá. Ni tampoco irá solo a consultas” ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, añade sobre una posibilidad repetida estos días por los medios locales.
Las tensiones entre Meloni, de 45 años y Berlusconi, de 86, que representan dos formas muy distintas de hacer política, provienen del rol que le está tocando jugar en la formación del Gobierno al magnate y tres veces primer ministro, al que parece que le cuesta asumir su papel de secundario, tras lograr un 9% de los votos, como Salvini, frente al 26% de la líder de FdI.
“Hubo una petición específica de Berlusconi para (su colaboradora Licia) Ronzulli (como ministra de Sanidad). Meloni decidió elegir otra figura. Podrían haber cambiado de objetivo y, en cambio, se metieron en un tira y afloja, entre amenazas, actos, gestos, votos, etc. Podrían haber pedido otro tipo de compensación”, explica Crosetto en una entrevista. Y envía un mensaje claro a su aliado: “Berlusconi debería elegir a las personas para el Gobierno con la vara de medir con la que ha hecho fortuna en sus empresas, seleccionando a los mejores entre todos”.
El desencuentro llegó a su punto culminante la noche del viernes, cuando la líder de FdI respondió a los periodistas que le preguntaron sobre unos apuntes de Berlusconi fotografiados en la sesión inaugural del Senado en los que se podía leer: “Giorgia Meloni: un comportamiento obstinado, prepotente, arrogante y ofensivo”. “Le faltaba solo un punto: que no acepto extorsiones”, dijo visiblemente enfadada la más que probable futura jefa del Ejecutivo, molesta también por la a decisión de Berlusconi de no votar a Iganzio La Russa, el tercer fundador de FdI junto a Meloni y Crosetto, para la presidencia del Senado.
“Cuando hay problemas hay que afrontarlos con sabiduría, moderación y diálogo mutuo, y eso es lo que haremos estos días”, aseguró por su parte el senador de FI Maurizio Gasparri, “confiado” en que la coalición no se dividirá: “Antes de las elecciones habíamos establecido que indicaríamos al presidente Mattarella el líder del partido más votado. pero la modalidad de las conversaciones la decidirán Meloni, Berlusconi y Salvini”.
Este lunes se ha sabido que la familia del exprimer ministro ha intervenido para mediar en el desencuentro. En concreto, según el Corriere della Sera, Meloni habló en dos ocasiones la semana pasada con Pier Silvio Berlusconi, consejero delegado del grupo audiovisual Mediaset.
“Los hijos mayores del ex premier presionaron a su padre y le instaron a poner fin al conflicto con su aliado para llegar a un entendimiento. También porque en los últimos días Meloni había apelado directamente a los familiares de Berlusconi, explicándoles que había plena voluntad de solucionar el conflicto, detrás del cual - garantizó - no había razones personales”, escribe el diario.
También a la izquierda
Y mientras tanto crece la tensión entre Meloni y el líder progresista Enrico Letta, que este sábado en una reunión de partidos socialdemócratas en Berlín aseguró que la elección de los nuevos presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado forma parte de “una lógica perversa e incendiaria”, confirma “las peores preocupaciones en toda Europa” y “va en contra de los intereses del país”.
Lorenzo Fontana, ultraconservador y admirador en el pasado del presidente ruso, Vladimir Putin, se ha situado al frente de Cámara Baja, mientras que La Russa tiene un pasado posfascista del que no parece haber renegado, a tenor de los bustos del dictador Benito Mussolini que tiene en su casa.
La respuesta de Meloni fue inmediata, al considerar las declaraciones de Letta “extremadamente graves”, pues representan “un daño para Italia, sus más altas instituciones y su credibilidad internacional” y le pidió que se disculpase “inmediatamente”, a lo que el secretario del Partido Democrático respondió que no es su labor ordenar a la oposición lo que tiene que decir.
Con el Parlamento ya constituido, Mattarella deberá iniciar la ronda de consultas para formar Gobierno en los próximos días, previsiblemente el jueves próximo.