La decisión de Meghan Markle y el príncipe Enrique que rompe con la tradición de la monarquía británica
El Palacio de Buckingham difunde un comunicado sobre el nacimiento del bebé.
El príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle desean mantener “en privado” todo lo que rodea el nacimiento de su bebé, previsto para este mes de abril, según un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham.
Esta decisión rompe con la tradición que cumplía hasta ahora la familia real británica. Los últimos en acatarla fueron su hermano Guillermo y Catalina, que presentaron a sus tres hijos a la prensa mundial en la puerta del hospital inmediatamente después de los nacimientos.
“Sus Altezas Reales han tomado la decisión personal de mantener en privado sus planes en torno a la llegada del bebé”, se lee en el comunicado. “El duque y la duquesa están ansiosos por compartir la emocionante noticia con todo el mundo una vez hayan tenido la oportunidad de celebrar en privado y en familia”, continúa.
Con estas palabras se desliza que, muy probablemente, no habrá foto oficial a la salida del hospital y tampoco ninguna información previa relativa al nacimiento ni dónde tendrá lugar.
Algunos medios de prensa británicos publicaron que la pareja estaría contemplando un parto en casa, lo que también rompería con la tradición que siguieron Guillermo y Catalina de tener a sus hijos en el ala privada del hospital St Mary de Londres.
Una fuente citada por el diario The Sun mantiene que los duques de Sussex quieren un marco “más privado” para el alumbramiento: “Ella solo quiere un parto normal, natural para establecer lazos con su bebé sin tener que matarse en acicalarse y arreglarse el pelo solo para las fotos”, dice.
Enrique y Meghan mantienen por ahora su residencia oficial en el Palacio de Kensington, donde viven Guillermo y Catalina, pero según los medios planean mudarse antes del nacimiento a su nueva casa, Frogmore Cottage, en los terrenos del castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros al oeste de Londres.