La conservadora maltesa Roberta Metsola, elegida como nueva presidenta del Parlamento Europeo
Ha logrado 458 votos, la mayoría absoluta necesaria, en primera votación.
Roberta Metsola, maltesa y conservadora, abogada especializada en Derecho Comunitario, es desde hoy la nueva presidenta del Parlamento Europeo. La hasta ahora vicepresidenta primera de la Cámara, que llevaba una semana técnicamente como presidenta en funciones tras la inesperada muerte de su predecesor, el italiano David Sassoli, asciende y se convierte en la tercera mujer en la historia en ocupar el cargo, tras Simone Veil y Nicole Fontaine. Un regalo de los europarlamentarios en el día de su 43º cumpleaños, que la convierte en la persona más joven que ha estado nunca al frente de la institución.
A las 9 de la mañana, al inicio de la sesión plenaria en Estrasburgo, se han presentado las tres candidatas que aún llegaban a la batalla final, tras la retirada del candidato conservador polaco Kosma Zlotowski: se trataba de la popular Metsola, Alice Bah Kuhnke (sueca, por Los Verdes) y Sira Rego (española de IU, por La Izquierda). Metsola ha recibido 458 de los 616 votos válidos, esto es, mayoría absoluta en la primera ronda de votación, con el apoyo de los tres primeros grupos del Europarlamento. Bah Kuhnke ha sido segunda, con 101, y Rego tercera, con 57.
En los discursos de petición de voto, la maltesa, que ya se sabía ganadora, instó previamente a “redescubrir el objetivo de Helmut Kohl y François Mitterrand”, respectivamente antiguos canciller alemán y presidente francés, para “dejar atrás los desacuerdos del pasado y mirar al futuro”. “Nuestra institución es única en el mundo, debemos reforzarla, no podemos tener miedo de hacer reformas”, apuntó Metsola, que llamó a que se haga efectiva la promesa de dar a la Eurocámara el derecho a la iniciativa legislativa y transformar la institución hacia una “más moderna y eficiente”. “En nuestro Parlamento es la fuerza de los argumentos la que importa, no la geografía”, señaló.
Ante la apasionada defensa del derecho al aborto que promulgaron las otras dos candidatas vista la firme oposición manifestada desde siempre por la nueva presidenta, Metsola hizo una mención a la lucha por la “igualdad real” entre hombres y mujeres, al tiempo que prometió no “acobardarse” ante decisiones difíciles.
Que todos vuelva a creer en la UE
Tras conocer su nombramiento, acogido con un enorme aplauso en el plenario, ha saludado a sus contrincantes y a los portavoces de los grupos del Parlamento Europeo y se ha dirigido de nuevo a la Cámara, hablando inicialmente en maltés, prometiendo trabajar “por todos los ciudadanos”. Ha recordado que toma el relevo a Sassoli y en su camino se mantiene, para crear “una nueva vía” para este mundo. “Honraré su figura como presidente”, ha prometido, “a favor de la política de esperanza”. “Quiero que todos vuelvan a creer en nuestros proyectos (...). Conseguir más justicia, libertad e igualdad”.
Ha abogado por luchar contra la “narrativa antieuropea”, el aislacionismo y el nacionalismo, que son “falsas ilusiones”. “Debemos contrarrestar esta narrativa que entra de manera fácil y rápida. La información falsa amplificada durante la pandemia aumenta el cinismo fácil y las soluciones baratas de nacionalismo, autoritarismo, proteccionismo y aislamiento”.
“Europa va de lo contrario, de nosotros”, ha enfatizado. Ha citado expresamente a los jueces, víctimas de ataques (no ha citado a Polonia, pero estaba claro), a los sanitarios, las mujeres o las fuerzas del orden, quienes necesitan las políticas de la UE. Ha hablado de los derechos LGTBI, que siempre han estado en su programa, no así el aborto, del que es cerrada enemiga.
Más tarde, en rueda de prensa, y ante la insistencia de los informadores, ha dicho que “en el ámbito de la salud reproductiva y sexual, no hay duda de que son derechos que se tienen que proteger mejor”, y que hace falta “tener acceso a una asistencia en este ámbito, para combatir la violencia sexual”. Nada sobre la libertad de las mujeres a elegir sobre lo que atañe a su propio cuerpo. Ha anunciado, al respecto, que ha decido no votar de ahora en adelante.
No quiere hablar de choque de generaciones, entiende que la suya, que viene de las Erasmus, sabe del trabajo común necesario pero con el añadido de entender “la diferencia” como parte de la UE. “Tenemos que romper la burbuja de Bruselas y Estrasburgo para llegar a quienes viven en otros pueblos en Europa”, defiende. También ha hecho un llamamiento por una Europa fuerte, con más voz en el mundo, especialmente centrados hay que estar en los jóvenes (este año está dedicado a ellos en la UE) y no se puede dejar en manos “de otra generación” la solución al cambio climático, añade. “Es un destino que nos une, mañana es demasiado tarde”, indica.
Economía y medio ambiente han de ir de la mano, por eso pide un acceso fácil a financiación y un entorno “amable” para las empresas que asuman el riesgo de estar en mejores condiciones, más limpias, hacer la transición verde y superar de paso la crisis actual. Hay que estar “en cabeza”, “dirigir los cambios” de la nueva economía. Europa está en cabeza, dice, y eso la hace sentirse “orgullosa”, pero anima a ir más allá.
Ha cargado contra quieren tratan de menoscabar los valores de la UE. “Es una necesidad para todos nosotros”, reivindica. Denuncia “ataques inaceptables” a la estabilidad en Ucrania o Bielorrusia, y si quiere ser “creíble” a nivel mundial, debe encontrar su fuerza en sus “valores”. Los ácratas y totalitarios tienen frente a ellos a Bruselas, ensalza.
La “experiencia de curación” que tiene Europa, que viene de las guerras mundiales, debe servir para superar también la separación de Chipre, un tema espinoso que aún colea en la UE. “Aquellos que intentan destruir a Europa deberían saber que se van a encontrar a esta cámara enfrente (...). No lo aceptaremos nunca”, ha dicho, citando ataques híbridos de dictadores “que nunca conseguirán dividirnos”.
La recién elegida presidenta de la Eurocámara aseguró que el proyecto europeo debe equivaler a que “nos defendamos los unos a los otros, unidos, y defendamos los principios de nuestras madres y padres fundadores que nos llevaron de las cenizas de la guerra y el Holocausto a la paz y la prosperidad”.
“Esta casa importa, y cuando la gente nos busque para defender nuestros valores encontrarán un aliado”, afirmó Metsola.
Ha dado dos nombres propios, muy sensibles: los de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia y el informador eslovaco Jan Kuciak, asesinados hace pocos años y recuerdo de que la libertad de prensa sufre amenazas incluso en los Veintiseite. Delicado, porque la nueva presidenta es maltesa y se ha enfrentado al Gobierno de entonces para pedir que se aclaren las circunstancias de esa muerte, un escándalo nacional.
Metsola ha afirmado sentirse “sobre hombros de gigantes” al apoyarse sobre las dos mujeres que la precedieron en el cargo, Veil y Fontaine. Ha defendido aquellas a las que “se ha robado su vida este año”, mujeres asesinadas, un guiño cuando ella yo ha apoyado la creación de la violencia machista como crimen europeo.
“Europa ha vuelto, Europa es el futuro. Viva Europa”, ha concluido.