La ciencia que hemos aprendido con Sheldon Cooper
“Sheldon, ¿me puedes explicar algo de ciencia?”, pregunta Penny en una escena de The Big Bang Theory. Por supuesto, Sheldon se queda desconcertado con la petición, pero decide asumir el reto y lo convierte en una especie de experimento. A lo largo de sus doce temporadas, The Big Bang Theory también nos ha explicado “algo de ciencia”. No es el motivo principal que nos ha llevado hasta la serie, cuyo objetivo principal es hacernos reír, como en cualquier comedia, pero es un conocimiento que la serie nos ha ido transmitiendo casi sin que nos diéramos cuenta. Íbamos por los bazinga y aprendíamos sobre electrones.
En The Big Bang Theory se han tomado la ciencia de una forma mucho más seria de lo que parece. En vez de hacer que fuera simplemente parte del bagaje de los personajes, la han introducido dentro de las tramas, teniendo un papel clave en muchas ocasiones, y se han asegurado que estuviera tratada de forma rigurosa gracias a un equipo de asesores encabezado por David Saltzberg, lo que ha hecho que lograra el respeto de la comunidad científica. Son numerosos los científicos que han aparecido en la serie, incluyendo Stephen Hawking. Y, de hecho, el personaje de Sheldon Cooper llegó a ser nombrado en el discurso de aceptación del Premio Nobel de los físicos Andre Greim y Konstantin Novoselov, en el año 2010, que hicieron referencia a uno de los episodios de la popular sitcom.
Coincidiendo con el final de la serie, la Fundación Dr. Antoni Esteve ha publicado un libro gratuito en el que se explican los conceptos científicos que aparecen en The Big Bang Theory y que reivindica el potencial de la serie como herramienta de divulgación. Entre los conceptos que se explican en el libro, destaca la teoría de cuerdas, que está íntimamente asociada al mayor momento de crisis que ha experimentado el personaje de Sheldon Cooper. Para él, la teoría de cuerdas siempre ha sido la que mejor unifica todos los conocimientos que tenemos sobre el universo y, en consecuencia, le ha dedicado veinte años de su vida, discutiendo apasionadamente con otros personajes que discrepaban de su convencimiento, como Leslie o Dennis Kim, en las primeras temporadas. Cuando en marzo de 2014 el programa de experimentos BICEP2 detectó ondas con una intensidad muy superior a la propuesta en la teoría de cuerdas, los guionistas de la serie lo incorporaron al guion, demostrando estar atentos a lo que ocurría en la comunidad científica, llevando a Sheldon a verse por primera vez con la sensación de haber perdido el tiempo. Esta crisis fue uno de los puntos más importantes del personaje y sin ella no se explica su evolución en las últimas temporadas, pues implicó una cierta cura de humildad.
En las escenas más humorísticas también se puede encontrar un origen científico. Es el caso de la famosa expresión “bazinga”, que el personaje utilizó repetidamente y fue muy popular entre los fans de la serie. El episodio en el que la utilizó por primer vez, Sheldon estaba intentando resolver una pregunta científica: “¿por qué los electrones no tienen masa cuando viajan a través del grafeno?”. Esta pregunta, cuya respuesta se explica de forma detallada en el libro, es lo que le lleva a meterse en una piscina de bolas y a empezar a contar protones y neutrones, con la posterior aparición de Leonard intentando sacarle de su obsesión y Sheldon respondiendo con su archifamoso “bazinga”.
Durante las doce temporadas de The Big Bang Theory ha popularizado conceptos como el gato de Schrödinger y ha explorado temas como la mecánica cuántica, el bosón de Higgs, la antimateria o la teoría del multiverso. Cuestiones que han entrado en millones de hogares gracias a la popularidad de la serie y sus divertidos personajes, ayudando a la divulgación del conocimiento científico. Ahora que la The Big Bang Theory termina, los espectadores pueden descubrir la ciencia que se esconde detrás de la serie y ampliar sus conocimientos a través del libro gratuito que ha publicado la Fundación Dr. Antoni Esteve y que se puede descargar en su página web.