La Bien Aparecida, comerse Cantabria en Madrid
El restaurante del grupo Cañadio se ha ganado un lugar en la competitiva calle Jorge Juan, la milla de oro de la restauración madrileña.
La oferta de restaurantes en Madrid está disparada en estos momentos. A la vuelta del verano se han abierto diversos establecimientos en los que llama la atención la apuesta de algún chef estrellado como es Dani García con Lobito de Mar o Diego Guerrero con Dspeakeasy, y también ha levantado mucho polvo el traslado y apertura de restaurante a la calle Ibiza de la mano del chef internacional José Andrés con el proyecto BuIbiza.
A mí en esta ocasión me gustaría hacer un pequeño homenaje a esos restaurantes que están resistiendo este mercado tan convulso en los que los negocios han alcanzado una rotación difícil de imaginar. Está claro que se ha desvelado la gastronomía como uno de los grandes negocios en los últimos años y donde muchos inversores quieren sacar partido de este pastel tan grande.
La Bien Aparecida fue abierto por el grupo Cañadio a principios del año 2016 y ya parece todo un clásico de la capital. En la calle más competitiva de Madrid, se ha hecho con un lugar preferencial para el difícil público de la zona, que se llena de ejecutivos y abogados buscando buenos restaurantes donde poder tener una reunión o simplemente disfrutar de una gran comida. Curiosamente el local que ocupa hoy La Bien Aparecida en su día fue la sede del bufete Uría Menéndez en Madrid.
El restaurante es tremendamente agradable, los claros y la madera dominan la decoración del mismo. Disponen de varios comedores y una apetecible terraza donde acomodar hasta 100 personas. Este es otro de los grandes méritos del restaurante: mantener el nivel para tantos comensales es una proeza. Sin duda, se trata de la apuesta más arriesgada del grupo Cañadio, que cuenta con otros tres establecimientos en Madrid como son el mismo Cañadio, La Primera y La Maruca.
La cocina es ligeramente diferente a la del grupo, en manos de José Manuel de Dios. La apuesta ha sido por ir un poco más allá y adentrarse en la alta cocina, consiguiendo un sol Repsol en su primera temporada y apareciendo cada vez más en las apuestas para una estrella Michelin, que no las desmerecería ya que es probablemente el restaurante sin estrella donde mejor se come de la ciudad.
Una de las fortalezas de esta casa es que tiene pocas debilidades: posee las manos más finas que conozco para el tratamiento de la verdura, un alto conocimiento de producto marino y el que es mi arroz favorito de Madrid. La carta es apetecible, donde el precio medio está entorno a los 50€ por comensal, además de dos menús degustación que cotizan a 64€ y 95€. Cualquiera de las opciones es un gran acierto. Como recomendación, en ninguna de mis comidas en La Bien Aparecida pueden faltar las croquetas de huevo cocido y lacón, especialidad de la casa, además de su tarta de queso, junto con la del restaurante Pedegrú la mejor de Madrid, o la “colmena” de merengue como postres.