La aterradora reflexión sobre las sectas de la periodista Isabel Morillo en 'Salvados'
Personas con estudios e ingresos elevados cayeron en las redes del culto de un médico chamánico.
Este domingo Salvados ha dedicado un programa al caso de Ángel Lara, el médico sevillano que engañó y jugó con la salud de decenas de personas a las que arrastró a una secta chamánica magufa.
El programa de Jordi Évole ha accedido a grabaciones inéditas de sus procedimientos y ha contactado con pacientes pasados y presentes de Lara para ahondar en sus métodos de captación y extorsión a los que caían en sus redes, entre los que había gente con estudios y buenos ingresos.
La periodista Isabel Morillo, autora del reportaje que sacó a la luz el culto de Lara y que publicó El Confidencial, lo resume bien en este momento del programa:
Lara se valía del aislamiento para que sus víctimas se quedarán en la secta y de proyectar una sensación de pertenencia y secreto compartido para engancharlas. "Lo que funciona es el 'yo te voy a llevar a otro sitio en el que tú vas a ser especial'. Ser uno de los elegidos te engancha", recuerda un expaciente.
"Te parece que sales espiritualmente y mentalmente reforzado, es un estado de hipnotismo", destaca otro. "Hay una sensación doble porque mientras lo haces piensas que te lleva a un nivel superior, pero piensas que si lo cuentas te van a responder que estás loco", detalla.
Combinaba el supuesto tratamiento de dolencias con la creación de magufadas espirituales, algo de lo que es difícil defenderse si ya has entrado a su juego, y más para personas enfermas y vulnerables.
Cada paciente acababa entregando 400 euros al mes en efectivo y se veía enredado en una trama cada vez más compleja y sádica en la que Lara, aprovechándose de la debilidad de la enfermedad (propia o de un familiar), les ponía retos y los alejaba de la Seguridad Social.
Los que se rendían al culto debían adoptar un "nombre exótico", según un expaciente, y se les prohibía tomar medicamentos. "Nos hizo ver que la medicina convencional no era buena", recuerda un estafado.
Entre las locuras que encomendaba a sus víctimas estaba dormir en el suelo, en la calle, levantarse de madrugada, dar paseos por lugares peligrosos... Y en las sesiones ensalzaba el nazismo y obligaba a los integrantes de su grupo, 30 personas, a pegarse unos a otros.
A un enfermo de cáncer le recomendó meter los pies en agua fría. A otro le soltó que "el alzheimer no existe". Una de sus víctimas recuerda que en una sesión aconsejó beber orina porque "tiene más vitaminas y minerales que las pastillas".
Cuando alguien quería abandonar el grupo se dedicaba a humillarlos y llamaba al resto de la secta para que presionaran a esa persona para que pagara por dejarlo. "Mandé un correo y Ángel Lara me dijo que mi libertad valía 8.000 euros", relata un paciente.
Las personas que aún siguen confiando en Lara lo defienden en Salvados. "La gente entró porque le dio la gana, no era nada obligado y quien quiso marcharse se fue", asegura uno. "Todo se hacía de forma singular, como una clase de arte dramático", añade.
Otro trata de encubrir las barbaridades que los inducía a hacer pero un familiar menor de edad lo destapa ante las cámaras:
Lo aterrador es que algunos de sus expacientes recuerdan que los tratamientos disparatados "al principio fueron bien". Otros creen que "él se cree lo que hace, todo se le dispara, se emborracha de poder".
El propio Lara defiende sus métodos asegurando que "el chamanismo no debe relacionarse con un negro con maracas, ni un chino maldito. Es una medicina de altísimo nivel". Una de sus víctimas revela que el tipo de homeopatía que usaba "era la homeopatía unicista, te busca un sólo remedio para tu persona".
El Colegio de Médicos de Sevilla ha suspendido cautelarmente a Lara mientras finaliza la investigación por el expediente disciplinario que le ha abierto, y ha puesto el caso en conocimiento de la Consejería de Salud andaluza y de la Fiscalía, al ver indicios de delito.