Se queja de que "no puede defecar tranquilo" y el restaurante le da la respuesta más contundente
"Nunca me había pasado algo así", se lamenta.
Un aprieto puede poner en apuros a cualquiera, o si no que se lo digan a este comensal que vivió, un terrible momento en un restaurante.
El sujeto en cuestión se ausentó de la mesa por "asuntos mayores" y se queja amargamente de que no le dejaron "defecar tranquilo".
"Nunca me había pasado algo así", se lamenta. El usuario afirma que "un brasas" golpeaba su puerta "cada 10 segundos". "Cuando salí, para mi sorpresa, me encuentro a uno de los camareros con cara de pocos amigos e increpándome por, a su juicio y el de otro cliente, 'llevar media hora en el baño y no contestar a sus llamadas", se queja el comensal, que sentencia: "Ambas cosas falsas".
Pero la cosa no ha quedado ahí, el restaurante se ha defendido de la crítica y ha alegado que intentaron ser "lo más prudentes y respetuosos posible" y que evitaron caer en la "chulería y altivez" que el consumidor les "imputa" en su comentario.
"Nosotros no tarificamos el tiempo que pasa un cliente en el baño", se defienden. Y explican lo ocurrido: "El encargado llego a pensar que le podía estar pasando algo al tardar tanto y llamó a la puerta para interesarse".
Desde el local afirman que tienen un testigo que confirma que nadie respondía al otro lado de la puerta del baño.