La amenaza de la ultraderecha se hace carne en Italia y eleva la preocupación de la UE

La amenaza de la ultraderecha se hace carne en Italia y eleva la preocupación de la UE

Bruselas espera una "cooperación constructiva" con Meloni pero se tienta la ropa: si Hungría es su modelo, el estado de derecho peligra. Y cada día hay más amenazas.

Es la fórmula deseada por la ultraderecha: malestar, falta de oportunidades, reveses, contratiempos, malos gestores, políticas que no funcionan. Todo eso sumado genera crisis y es cuando los partidos de la derecha extrema se presentan ante el público como salvadores de la patria. Con el populismo y el ultranacionalismo por banderas, se hacen fuertes en la esperanza de los que ya no saben a qué puerta tocar. Lobos con piel de cordero.

Ese es el escenario de Italia, desde ayer, donde Giorgia Meloni, líder de los neofascistas Hermanos de Italia, ha ganado las elecciones y mandará con el apoyo de una derecha tan extrema como la suya, la de la Liga Norte, y otra más moderada, la de Forza Italia. No por menos esperado -las encuestas acertaron de lleno- deja se producir escalofríos en una Europa donde el fantasma de los totalitarismos parecía lejano. No, hoy en su seno hay dos países en manos de la ultraderecha, Hungría y Polonia, que no hacen más que sacar los pies del tiesto y poner en tela de juicio el estado de derecho. Son parte no desdeñable de la política de Bulgaria, Alemania o España y el pasado 11 de septiembre, además, ganaron las elecciones como muleta de la derecha clásica en Suecia. Italia se suma a ellos, con Budapest y Varsovia como espejos en los que mirarse.

Lógicamente, preocupa a la Comisión Europea, por más que formalmente no se meta en resultado electoral alguno. “Esperamos una cooperación constructiva”, ha sido la sucinta reacción del portavoz jefe de la CE, Eric Mamer.  A dos días de las elecciones, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha lanzó un aviso desde la Universidad de Princeton, donde daba un discurso: Bruselas trabajará con “cualquier gobierno democrático”, aunque cuentan con “instrumentos” para responder a los países miembros que se alejen de la “buena dirección”. “Si las cosas se ponen difíciles, tenemos herramientas, como se ha visto en Polonia y en Hungría”, dejó claro.

  Matteo Salvini y Giorgia Meloni cuchichean en un mitin en Roma. el pasado 22 de septiembre. ALBERTO PIZZOLI via Getty Images

La ultraderecha y hasta el neofascismo como el de Meloni se están creciendo en estos tiempos de incertidumbre, con la guerra de Ucrania y sus consecuencias económicas y energéticas en cada casa, en cada oficina, que le han caído encima a una Europa que parecía empezar a respirar tras la pandemia de coronavirus. En este momento no hay grandes convocatorias electorales en los Veintisiete, pero si las hubiera, como ayer en Italia, no serían descartables otras victorias, aprovechando la ola de necesidad.

Ya esta primavera, y pese al choque con Bruselas que amenaza los fondos de cohesión, Viktor Orbán revalido el cargo en Hungría y en Francia, la ultra Marine Le Pen se plantó en la segunda vuelta de las presidenciales, haciéndoselo pasar mal al presidente, el liberal Emmanuel Macron. Es verdad que es un país en el que, como en Alemania, están funcionando los cordones sanitarios para aislar a estas formaciones extremistas, pero el ascenso ahí está. Un día podrán gobernar solos, o quizá no.

El peligro existe y no es sólo para cada país, sino para toda la UE, porque dichas formaciones son marcadamente antieuropeas, euroescépticas, salvo cuando se rebaja el tono en campaña, como ha hecho Meloni. En sus manos están también las mayorías que el club comunitario se ha impuesto en sus protocolos originales, que necesitan unanimidad, fácilmente bloqueable si el ánimo así lo da, como ya han hecho húngaros y polacos. De Hermanos de Italia o de la Liga Norte pueden depender la política fiscal de todos, la de migraciones, los presupuestos... de todos.

Habrá que estar muy pendientes del papel de Silvio Berlusconi, el tercero en discordia en el hipotético nuevo gobierno de Italia. El Partido Popular Europeo, al que pertenece su Forza Italia, felicitó este lunes al exprimer ministro italiano y le consideró una “brújula para los valores proeuropeos”, quien debe vigilar a sus dos compañeros. “Estamos seguros de que Forza Italia guiará al próximo gobierno hacia un camino que sirva los intereses del pueblo italiano como parte de una Europa fuerte y estable”, ha escrito el partido en redes sociales.

Se abre el debate del blanqueamiento o la tolerancia que los conservadores de siempre en Europa están teniendo con este tipo de formaciones, a las que buscan como aliados en Gobiernos nacionales o regionales para poder llegar a mayorías necesarias, con el coste democrático que eso conlleva. España, el PP y Vox no escapan de ello.

Cómo están las cosas

La extrema derecha en Europa está presente tanto en parlamentos nacionales como regionales, así como en algunos gobiernos. Además de en la futura Italia, en Hungría forma parte de su ejecutivo y en Francia la Agrupación Nacional de Marine Le Pen logró un resultado histórico en las elecciones a la Asamblea Nacional de junio de 2022, al pasar de 8 diputados a 89, sobre un total de 577. El resultado en Italia se produce días después de que en Suecia la extrema derecha, representada por los Demócratas de Suecia (DS), se convirtieran en la segunda fuerza política y, posiblemente, en clave para la formación del nuevo gobierno, informa EFE, que ha hecho un repaso país por país.

Italia

La coalición formada por los Hermanos de Italia (FdI), Liga y Forza Italia (FI) ganó las elecciones de este domingo en Italia con el 44,1 % de los votos, y la encargada de formar gobierno será la ultraderechista Giorgia Meloni. El FdL, el partido de Meloni, fue el más votado, con el 26,2 % de los sufragios -en los anteriores comicios, en 2018, obtuvo un 4,3 %- ; la Liga de Mateo Salvini suma alrededor del 9 % y Forza Italia, la formación que encabeza Silvio Berlusconi, un 8,3 %, los peores resultados de su historia.

Suecia

Suecia dio un nuevo paso hacia la formación de un gobierno de derecha después de que la primera ministra socialdemócrata, Magdalena Andersson, formalizase su dimisión este 15 de septiembre, tras reconocer la derrota en las elecciones legislativas de cuatro días antes. El recuento final de la Autoridad Electoral certificó la victoria del bloque de derecha, que se impuso al centroizquierda por siete décimas o tres escaños (49,5 % y 176 por 48,8 % y 173), con lo que el líder conservador, Ulf Kristersson, tiene el encargo de formar gobierno. En Suecia la extrema derecha está representada por Demócratas de Suecia (DS), que se ha convertido en la segunda formación del país, por detrás del Partido Socialdemócrata y adelantando al Partido Moderado (conservador), con el 19,1 %.

Francia

La extrema derecha en Francia está representada por la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, partido que obtuvo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de abril el 41,46% de los votos frente al triunfo, con el 58,54%, de su contrincante Emmanuel Macron, lo que supuso casi 8 puntos más de representación que en 2017, con un resultado inédito para esta formación. Los comicios legislativos a la Asamblea Nacional de junio otorgaron a esta formación un resultado histórico con 89 diputados, frente a los 8 que tenía, lo que supuso que conformaran por primera vez grupo parlamentario.

  Marine Le Pen, el pasado abril, tras perder las elecciones presidenciales, en su cuartel general de París. Xinhua News Agency via Getty Images

Finlandia

En Finlandia la extrema derecha está representada por Verdaderos Finlandeses, que en las legislativas de abril de 2019 se quedaron a dos décimas de ganar las elecciones con un diputado menos que los socialdemócratas.

Países Bajos

Las elecciones de marzo de 2021 relegaron a una tercera posición al Partido por la Libertad de Geert Wilders, que perdió tres escaños respecto a las elecciones anteriores y el Foro de la Democracia pasó de dos a ocho escaños. En marzo de 2019, el Foro para la Democracia liderado por el ultraderechista Thierry Baudet, arrebató la mayoría en el Senado holandés al partido del primer ministro, Mark Rutte, al irrumpir con los mismos escaños que el partido gobernante.

Bélgica

En Bélgica Interés Flamenco se convirtió en marzo de 2019 en el segundo partido más votado tanto en las elecciones federales (donde subieron de 3 a 18 escaños) como en las europeas.

Austria

Austria contaba desde diciembre de 2017 con el único Gobierno de Europa Occidental en el que se sentaba un partido ultraderechista, tras el pacto cerrado entre el Partido Popular (ÖVP) y los ultranacionalistas eurocríticos del FPÖ, hasta que en mayo de 2019 los ministros de este partido anunciaron su salida de la coalición en protesta por la destitución del responsable de Interior por un escándalo de corrupción.

Hungría 

Hungría, donde gobierna el ultranacionalista Viktor Orbán desde 2010, aseguró en marzo de 2021 que estaba negociando crear un nuevo grupo en el Parlamento Europeo con formaciones de extrema derecha de Italia y Polonia, tras abandonar el Partido Popular Europeo (PPE).

  El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, recibe a su homólogo húngaro, Viktor Orban, en una visita de éste a Varsovia, en mayo de 2018. NurPhoto via Getty Images

Alemania

En Alemania, tras los comicios de septiembre de 2021 que acabaron con la era Merkel, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo representación parlamentaria, con un 5,7 %, medio punto por debajo de sus resultados de 2017.

Y España

En España irrumpió por primera vez la ultraderecha con Vox tras los comicios autonómicos del 2 de diciembre de 2018 en Andalucía donde esta formación logró 12 diputados. Desde abril de 2022 esta formación forma parte del Gobierno de coalición con el Partido Popular en Castilla-León con un vicepresidente y tres consejerías. En las generales anticipadas de abril de 2019 Vox obtuvo 24 diputados en el Congreso, si bien en las elecciones de noviembre de 2019 se convirtió en uno de los protagonistas, con 52 parlamentarios, un resultado inédito para la extrema derecha en España.