Kylian Mbappé, la sensación del Mundial de Rusia 2018
La FIFA le ha concedido la distinción al Mejor Jugador Joven del torneo.
Francia conquistó el planeta fútbol. Ha cumplido los pronósticos que la ubicaban en la pequeña baraja de candidatos y se ha consagrado como campeona del Mundial de Rusia-2018, su segunda estrella después de 20 años, con una generación joven con cuerda para rato.
Kylian Mbappé, ese muchachito de 19 años, ha cerrado su segunda temporada y media como profesional nada menos que envuelto en una aura de estrella del futuro, y así se lo ha reconocido la FIFA con la distinción al Mejor Jugador Joven del torneo.
El del París Saint-Germain se graduó de astro en Rusia, y muy seguramente el destino lo elegirá para ser el sucesor de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, cuando las más grandes luminarias del fútbol de los últimos 10 años se acercan al ocaso de sus carreras.
Francia nunca había conocido a un fenómeno como éste, así de joven, incluso más que Thierry Henry y sus 20 años cuando los Bleus ganaron como anfitriones el Mundial-1998.
Su presentación en los octavos de final contra Argentina (4-3) ya había impresionado al mundo.
Ese esprint de guepardo (una velocidad media de 32,4 km/h) que llevó al penal que le cometieron y que anotó Griezmann y su doblete ante la Albiceleste, fueron su sello de calidad en Rusia. Y rubricó el show nada menos que con el título mundial.
Aplausos a Antoine Griezmann
Pero al lado de Mbappé también se consagró Antoine Griezmann, el cerebral delantero galo, el abanderado de los Bleus, el hombre de las ideas, y a quien Didier Deschamps había entregado las llaves para que fuera el conductor.
'Grizou', de 27 años, se felicitó porque esta nueva generación bleu refleja "la Francia que queremos, con diversos orígenes pero todos unidos por esta camiseta, por el gallo (símbolo nacional) y por todo el país".
El del Atlético de Madrid terminó con cuatro goles y dos asistencias, segundo máximo goleador de la Copa con 4 goles, compartiendo ese honor con el belga Romelu Lukaku, Mbappé, Cristiano Ronaldo y Denis Cheryshev, a solo dos del inglés Harry Kane.
Pero el arquitecto de toda esta nueva revolución francesa es Didier Deschamps, al que ya no podrán mirar en ese país como un simple mortal con buena suerte.
El capitán de los galos que alzó el trofeo de campeón del mundo en el Stade de France hace 20 años logró ahora como seleccionador levantar un proyecto futbolístico con un plantel joven, pero con millas suficientes en el escenario europeo.
Por eso aparecieron hombres como Samuel Umtiti (23), Raphael Varane (25), Lucas Hernández (21), Benjamin Pavard (21), Paul Pogba (25), y, sin duda, el genio de Mbappé.
Francia cuenta con "grandes individualidades, pero en el alto nivel el talento no es suficiente sino tienes fuerza mental para superar las dificultades", destacó Deschamps, a los que siempre les repitió en cada partido, y en cada entrenamiento, "¡no rendirse nunca!".
El segundo título de Francia le permitió a Deschamps igualar una marca histórica que sólo estaba en poder del brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer. El 'Lobo' fue campeón mundial como jugador en Suecia-1958 y Chile-1962, y en México-1970 lo hizo como entrenador.
Beckenbauer, a su vez, fue campeón como jugador en Alemania-1974 y dirigió a la Mannschaft que se tituló en Italia-1990. Deschamps fue el capitán de Francia en 1998 y ahora el DT campeón en Rusia-2018.
¿Qué viene para Francia? Después de la lección aprendida en la Eurocopa-2016, cuando perdió la final con la Portugal de Cristiano Ronaldo, muchos se plantearon en ese país si esta joven generación podría ser capaz de darle un nuevo título mundial.
Cumplieron. Definitivamente. Nada que reprocharle a este talentoso combinado bleu, con mucha cuerda para rato cuando muy lejos en el horizonte se ve Catar-2022.
Francia los espera el lunes en París para descorchar el champán.