Karl Lagerfeld y el fin de una era: la importancia de su muerte
Cada vez que muere una figura relevante en la moda, o en cualquier otra industria como la música, el cine o las artes plásticas, se suele decir que es el fin de una era. A menudo es una exageración, no lo es tras el fallecimiento de Karl Lagerlfeld. El diseñador alemán, director creativo de Chanel desde hacía más de tres décadas, murió este martes en un hospital de París a los 85 años.
Con él se cierra un importantísimo capítulo de la historia de la moda, especialmente del siglo XX, ya que Valentino Garavani, el último superviviente de su especie que recordaba su amistad con el alemán en un emotivo post en Instagram, lleva diez años retirado. En el caso de Lagerfeld no han sido pocas las veces en las que se intentó buscar sustituto al káiser para hacerse cargo de la casa francesa: Haider Ackerman, Alber Elbaz, Hedi Slimane...
Al final ha pasado lo que muchos intuíamos y Lagerlfeld ha resistido en su puesto hasta el último día. Una rareza en una industria que vive en un constante juego de las sillas, donde desde hace unos años los contratos apenas duran tres años. "Las ideas llegan mientras estás trabajando", dijo tras una presentación de Fendi.
En 1983 se hizo cargo de Chanel, revitalizándola y convirtiéndola en la marca más grande del mundo. La tarea no era fácil y la sombra de Gabrielle Chanel, alargada. Sin embargo Lagerfeld consiguió hacer de la maison una firma moderna gracias a su talento, a su impecable ojo para el marketing y también a su valentía. Con respeto, pero sin miedo, anticipando lo que harían después Tom Ford en Gucci y John Galliano en Dior.
Como apunta Vanessa Friedman, jefa de moda de The New York Times, en su obituario, al contrario que Balenciaga o la propia Chanel, no revolucionó la moda presentando una nueva silueta, sino cambiando las normas.
Entendió la modernidad como pocos y lo demostró hasta el final de su carrera, donde supo entender las necesidades de la moda en la era de Instagram. Cada desfile de Chanel se fotografiaba hasta la saciedad, gracias en parte a los decorados que montaba para cada colección en el Grand Palais de París.
Convirtió el pabellón en un jardín, un supermercado, una playa o un casino, construyó dentro una torre Eiffel y un cohete y nos regaló altas dosis de fantasía, de esa que a veces parece estar reservada solo a la alta costura. Por no hablar de la colección con motivo del 90º aniversario de Fendi que presentó sobre la Fontana di Trevi en Roma.
Antes de llegar a Chanel, Lagerfeld ya había pasado por Balmain y Chloé —durante 25 años—, y trabajaba para Fendi desde 1965. En la casa italiana modernizó las pieles, seña de identidad de la firma romana, y cambió el mercado del lujo. No tuvo pelos en la lengua para defender su producción, acusando a los críticos de ser "infantiles".
Su verborrea también fue protagonista durante toda su carrera, y a pesar de que muchas declaraciones escocían, dentro de la industria solo se escuchan palabras de respeto y admiración, tanto a su persona como a su trabajo. Lo cierto es que sus frases célebres formaban parte de su personaje y algunas han quedado ya para las historia. Para muestra un ejemplo: "Los pantalones de chándal son una señal de derrota. Has perdido el control de tu vida y te has ido a comprar un chándal". Aunque luego se sumara a la moda del athleisure en más de una ocasión.
Lo cierto es que la curiosidad innata de Lagerfeld hizo que se atreviera con todo: escribió varios libros, diseñó una colección cápsula para H&M y llevó la alta costura a las televisiones con documentales como Signé Chanel o más recientemente7 días antes, que se puede ver ahora mismo en Netflix. El alemán era de alguna forma la cara visible de la moda: puede no interesarte, pero es probable que sepas quién es.
Quizás su faceta más prolífica además de la de diseñador haya sido la de fotógrafo, más desconocida pero igualmente aplaudida. Muchas de las campañas de Chanel llevan su firma y también se encargó de algunas portadas de revistas especializadas o de fotografiar a algunos de los rostros más poderosos del sector, como a su gran amiga Anna Wintour.
Se abre un antes y después tras la muerte de Lagerfeld en el mundo de la moda y en concreto en Chanel. Por ahora la firma ya ha anunciado que será Virginie Viard, su mano derecha, la que tome las riendas de la maison. Toca mirar al futuro, pero será difícil no seguir disfrutando con el pasado.