Trudeau ha ganado las elecciones, pero Canadá está ahora más dividida que nunca
El medio ambiente es uno de los asuntos clave en esta división.
Hace algo más de una semana, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau criticó a sus rivales conservadores por haber realizado “una de las campañas más sucias y deplorables” de la historia del país. Este lunes, el líder del Partido Liberal consiguió finalmente suficientes escaños para pactar un gobierno en minoría.
“De costa a costa, los canadienses han rechazado la división y la negatividad”, dijo a la multitud en el Palacio de Congresos de Montreal, que hizo las veces de sede del Partido Liberal durante la noche electoral. “Han rechazado los recortes y la austeridad y han votado a favor de un gobierno con una agenda progresista dispuesto a adoptar medidas firmes contra el cambio climático”.
Los canadienses le concedieron al Partido Liberal un segundo mandato para continuar el trabajo que empezaron en 2015, pero ha surgido una notable división. Los liberales han perdido muchos escaños en Alberta y Saskatchewan, lo que ha llevado a Trudeau a dirigirse específicamente a los votantes de esas ciudades.
“A los canadienses de Alberta y Saskatchewan, sabed que sois una parte esencial de nuestro gran país. He oído vuestra frustración y quiero estar ahí para apoyaros. Trabajemos todos juntos para volver a unir a nuestro país”, lanzó el líder de los liberales.
El medio ambiente ha sido uno de los asuntos que más ha diferenciado a los liberales de los conservadores en campaña. Los conservadores consiguieron más escaños en la región de las Praderas, donde su oposición al plan climático de Trudeau tuvo buena acogida entre los votantes.
Sin embargo, el plan climático es justo el motivo que llevó a tantos jóvenes a aplaudir a Trudeau el lunes por la noche en Montreal.
Jóvenes como Chip Smith, estudiante de Historia y Ciencias Políticas en la Universidad McGill, acabaron con la voz tomada de tanto celebrar el resultado electoral. Como voluntario en la campaña del liberal Steven Guilbeault, asegura que ha escuchado a muchísima gente preocupada por el medio ambiente cuando estuvo haciendo propaganda electoral puerta por puerta en Montreal.
“También sucedió con la marcha por el clima con Greta Thunberg”, señala Smith, para quien estas elecciones han sido su primera participación en unas generales. “Creo que la gente sabe que es un problema grave y se lo toma en serio, sobre todo los votantes más jóvenes”, sostiene. Smith pegó un salto de alegría cuando anunciaron la victoria de Guilbeault, un reconocido defensor del medio ambiente.
Sus amigos Nahidura Rahman y Nayeem Chowdhury también estaban entre la alegre multitud con pines de Team Trudeau en el abrigo. Son estudiantes internacionales de Bangladés y esperan poder votar en Canadá en las próximas elecciones.
Rahman considera que el Partido Liberal prioriza los asuntos correctos. “Luchan por los mayores y también por los niños, eso es lo más importante. Si quieres progresar como país, tienes que centrar tus esfuerzos en la juventud y en los niños”.
El lunes por la noche, el Partido Liberal consiguió 156 escaños, 21 menos de los que tenía cuando se disolvió el Parlamento el pasado mes. Pese a haber perdido la mayoría absoluta del primer mandato, el resultado fue un alivio para los liberales tras una frenética campaña de 40 días.
En precampaña, Trudeau aseguró que no iba a “utilizar asuntos divisivos” en campaña. Dos meses después de ese compromiso, los liberales han cambiado de parecer.
Ralph Goodale (que acaba de perder su escaño) tuiteó un vídeo de Andrew Scheer, el líder del Partido Conservador, oponiéndose al matrimonio homosexual en la Cámara de los Comunes en 2005. El líder de la oposición dijo entonces que a las parejas homosexuales les faltaba un “rasgo inherente” para casarse, que describió como el compromiso con la “procreación natural de los hijos”.
Era el preludio de cómo iba a desarrollarse la campaña liberal durante los primeros días. Las cuentas de Twitter de los miembros más destacados del Partido Liberal se convirtieron en calendarios de adviento con vídeos publicados con la intención de humillar a los candidatos conservadores antes de cada una de las paradas de Scheer en su campaña por todo el país.
Las candidatas liberales Maryam Monsef y Melanie Joly utilizaron sus cuentas para recordar al electorado que la conservadora Justina McCaffrey era amiga de Faith Goldy, una famosa partidaria del nacionalismo blanco que fue expulsada de Facebook por violar sus normas de “odio organizado”. Otros liberales, como Carolyn Bennett, presionaron a los conservadores por contar con candidatos contrarios al aborto.
Esa estrategia llegó a su fin de forma abrupta a la semana de empezar la campaña cuando la revista Time publicó una foto de Trudeau con la cara pintada de negro para el anuario de 2001 de una escuela privada de Vancouver en la que ejercía de profesor con 29 años.
Salieron a la luz más incidentes, incluido un vídeo de un joven Trudeau pintado de negro “un día de disfraces” en el lugar donde trabajaba como monitor de rafting en los años 90 en Quebec.
“Lo que hice y las decisiones que tomé le dolieron a muchas personas de las que yo me consideraba aliado. Soy un aliado, pero esto es algo de lo que me arrepiento profundamente y que nunca debería haber hecho”, declaró Trudeau ante los periodistas al día siguiente.
Trudeau explicó que cuando se convirtió en diputado por el distrito de Papineau, representando “la extraordinaria diversidad” de la comunidad, descubrió que maquillarse de negro es ofensivo. Tenía 37 años.
La profesora de Sociología de la Universidad de Queen (Canadá) Sarita Srivastava considera que el uso del maquillaje racista forma parte ahora del legado de Trudeau y que ahora se le ve mucho menos progresista que cuando llegó al poder. Cuando su partido presentó su programa a finales de septiembre, tenía medidas “menos orientadas al cambio y mucho más conservadoras”, explica.
“Creo que el incidente del maquillaje racista puede debilitar tanto su credibilidad como su posición por haber sido considerado un líder progresista anteriormente”, comenta.
Srivastava señala que el nuevo programa estaba más centrado en ayudar a la clase media en comparación con el de 2015, que esbozaba su visión de Canadá. “Su historial con el cambio climático es contradictorio”, indica. Sus críticos señalan la ironía del gobierno liberal de construir el sistema de oleoductos Trans Mountain, que recorre 1150 kilómetros desde Alberta hasta la costa de la Columbia Británica, al mismo tiempo que se declaran defensores del medio ambiente.
El gobierno en minoría al que aspiran tras los resultados del lunes marca una recuperación significativa para un partido que se enfrentó a una campaña mejor financiada de los conservadores y al desgaste que supuso la humillación mundial del maquillaje racista.
Trudeau trajo consigo su equipaje a la campaña, incluida una promesa electoral rota, dos informes que lo señalan como violador de leyes éticas y el lastre de un escándalo político por interferencia en la justicia. Y ha habido víctimas políticas.
Varios candidatos liberales de Montreal vieron cómo dos de sus compañeros veteranos, Ralph Goodale y Amarjeet Sohi, eran superados por los candidatos conservadores. El liberal Marc Miller, que fue reelegido en su distrito de Quebec, mostró su decepción al enterarse de estas derrotas.
“Les ha prestado un inmenso servicio a los canadienses”, declaró Miller sobre las tres décadas que estuvo Goodale en la Cámara de los Comunes. “Conoce bien la política, pero los canadienses han votado otra cosa esta noche”. Sobre Sohi, que fue derrotado en Ottawa por Tim Uppal, dijo: “Ahora mismo me lamento por la pérdida de un amigo en este grupo”.
Los conservadores utilizaron tácticas turbias para acabar con la mayoría cómoda de los liberales.
Semanas antes, los conservadores resucitaron el rumor ya desacreditado de que Trudeau dejó su trabajo de profesor en un instituto de Vancouver por un escándalo sexual en 2001.
La tensión entre los liberales y los conservadores aumentó durante la última semana de campaña. Ambos partidos han recurrido a la desinformación a su favor, los liberales afirmando que los conservadores querían armas en las calles y los conservadores, que la coalición entre el Partido Liberal y el Nuevo Partido Democrático subiría radicalmente los impuestos.
Al parecer, el mensaje no cuajó.
La diputada liberal Emmanuella Lambropoulos sostiene que los votantes se han dado cuenta de que el país “no estaba en el mal camino”, como afirmaban las demás campañas. “La negatividad solamente atrae negatividad, nada más”, dijo poco después de que Trudeau terminara su discurso.
En el tramo final de la campaña, Barack Obama mandó su apoyo a Trudeau y pidió el voto para que su amigo saliera reelegido.
Me enorgullece haber trabajado con Justin Trudeau cuando fui presidente. Es un líder trabajador y eficaz que aborda problemas importantes como el cambio climático. El mundo necesita su liderazgo progresista ahora y espero que nuestros vecinos le apoyen durante otra legislatura.
El discurso que dio Trudeau para los televidentes desde Montreal comenzó al poco de empezar a hablar el conservador Andrew Scheer en Regina. El líder conservador, por su parte, empezó su discurso cuando el líder del Nuevo Partido Democrático Jagmeet Singh aún estaba dando el suyo en Burnaby.
La campaña electoral ya ha terminado, pero la división sigue siendo evidente.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Canadá y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.