Las claves del juicio por la muerte de George Floyd
Qué pasó, quién lo hizo y qué ha supuesto el caso en la historia reciente de EEUU.
“No puedo respirar”. Fueron sus últimas palabras y, de inmediato, se convirtieron en el grito de medio país: George Floyd, asesinado presuntamente por un policía en Minneapolis, se convirtió con su agonía en un símbolo de la violencia policial contra los negros en su país, EEUU, en un icono de la desigualdad de trato, de la brutalidad contra quien se sale del supremacismo blanco, de la injusticia y la arbitrariedad.
Este lunes comienzan las deliberaciones del juicio contra el agente, ya no más en activo, que acabó con su vida. Mientras habla la corte, miles de personas se manifiestan por las calles de su ciudad, en Minnesota, para recordar a Floyd y protestar contra el ataque de que fue víctima.
¿Pero qué fue lo que pasó? ¿A quién se acusa? ¿Cómo una muerte se convirtió en bandera para toda una comunidad y en un recordatorio de lo que nunca debe volver a ocurrir?
George Perry Floyd Jr., un afroamericano de 46 años, murió el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis (estado de Minnesota) después de que, presuntamente, un agente de policía le asfixiara.
La víctima no tenía armas, estaba esposado y tumbado sobre el suelo boca abajo y el agente le apretó la rodilla contra el cuello durante ocho minutos y 46 segundos. “No puedo respirar, no puedo respirar”, se escucha suplicar a la víctima, mientras los viandantes protestan y exigen, sin éxito, al agente que pare. A veces articula unos dolorosos “Mamá” y “Por favor”.
Un hombre que pasaba por la zona lo grabó todo y lo publicó en Facebook. Así pudo saber el mundo lo que había pasado. E indignarse, claro.
La Policía de Minneapolis emitió un comunicado pocas horas después de su muerte en el que explicaba que dos agentes acudieron al número 3700 de la Chicago Avenue South por una denuncia de falsificación de documento. El sospechoso era la víctima, Floyd, quien, según el texto oficial, estaba sentado dentro de un coche y “bajo los efectos” del alcohol o de otras sustancias estimulantes o que alteraban su comportamiento.
Los policías le ordenaron que saliera del vehículo y, después de que accediera a hacerlo, “ofreció resistencia física”, dice la versión oficial. “Los agentes fueron capaces de esposar al sospechoso y advirtieron que parecía sufrir problemas médicos”, se explica en el documento, en el que se añade que fue entonces cuando llamaron a una ambulancia. Fue trasladado a un hospital, donde falleció sin posibilidad de ser reanimado.
A quién se juzga y por qué
Las palabras de aquel comunicado no se parecen demasiado a lo que se ve en el vídeo. De ahí el escándalo que se formó de inmediato. ¿Resistencia violenta? No parece. ¿Alterado? Tampoco. La Fiscalía del condado de Hennepin presentó entonces un recurso contra Derek Chauvin, el policía que se encarama sobre Floyd. La presión popular hizo que fuera expulsado del cuerpo y que se le abriese una investigación interna.
El fiscal constataba que el uniformado mantuvo su rodilla sobre el cuello del fallecido durante ocho minutos y 46 segundos. Por eso lo acusaba de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario en segundo grado. “La Policía sabe que este tipo de contención sobre una persona tendida en el suelo es inherentemente peligrosa”, afirma.
Su dossier confirma que los eventos que llevaron a la muerte de Floyd comenzaron después de que la Policía acudiera a atender, efectivamente, una queja sobre un billete falso de 20 dólares en un comercio local, usado supuestamente por el fallecido. Luego se pudo producir un forcejeo entre Floyd y los agentes. La víctima no quería entrar en el coche de Policía, esa fue su resistencia, y se enzarzó con los agentes antes de tirarse al suelo. Chauvin procedió entonces a colocar su rodilla en el cuello y en la cabeza de Floyd. Lo asfixió.
Otros tres policías, Thomas Lane, Tou Thao y J. Alexander Kueng, fueron despedidos del cuerpo por estar presentes durante la agresión y no intervenir para evitarla. Aunque el fiscal quiso procesarlos a todos en el mismo bloque también, al final sólo Chauvin se sentará desde hoy en el banquillo de los acusados, con la posibilidad de ser procesado por dos delitos: homicidio no intencional u homicidio accidental. Puede haber una demora adicional en la celebración del juicio si se estudian nuevos cargos, que está revisando una corte menor. De demostrarse su culpabilidad, podría pasar hasta 40 años de prisión. Él se sigue declarando no culpable.
Sus demás colegas irán a juicio en agosto. El motivo de esta separación de vistas: las distintas implicaciones de los agentes y las medidas de control por el coronavirus, que implican más distancia en la sala.
El juicio se podrá seguir por televisión. La selección del jurado que actuará en el caso de Chauvin está programada para comenzar este lunes, y las declaraciones de apertura en el proceso serán el 29 de marzo. El agente, en estos momentos, está libre bajo fianza de un millón de dólares que nadie sabe bien cómo logró conseguir.
A la calle
Desde el mismo día en el que se produjeron los hechos, la muerte de Floyd generó una oleada de protestas que arrancó primero en Mineapolis, la ciudad más poblada del estado de Minesota, para después extenderse por todo el país.
La comunidad negra consideraba que se trataba de un nuevo episodio de brutalidad policial contra los afroamericanos, el último de una larga lista que abarca varias décadas, pero no uno más: tan evidentes y sangrantes eran las imágenes. El “no puedo respirar” se imprimió en carteles, camisetas y hasta sirvió de estribillo para canciones reivindicativas.
Siete días después se aquella mjerte, hasta 75 ciudades estadounidenses ardían ya en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, unos altercados acompañados de actos de vandalismo como quema de vehículos y mobiliario urbano, rotura de escaparates de comercios o saqueo de tiendas que sirvieron de excusa al entonces presidente, el republicano Donald Trump, para denostar al movimiento Black Lives Matter. Dijo que tras los disturbios estaba la extrema izquierda, grupos como el movimiento Antifa, a quien calificó de “organización terrorista”.
Su nombre apareció ya siempre en todas las protestas por violencia policial contra minorías en EEUU -demasiado frecuentes aún- y sirvió para azuzar el debate en la campaña de las elecciones del pasado 3 de noviembre, que ganó el demócrata Joe Biden, quien sí acudió en su momento a misas y al funeral en su honor, arropando a la familia.
Ayer mismo, con ramos de flores y carteles de Black Lives Matter, cientos de manifestantes marcharon por el centro de Minneapolis, exigiendo justicia para Floyd y otras víctimas de la violencia policial. Durante el evento de unas dos horas, seis voluntarios, algunos de los cuales eran amigos de Floyd, llevaron un ataúd blanco cubierto con docenas de rosas frescas, seguidos por una multitud pacífica, al compás de canciones de Bob Marley, Prince y Sam Cooke, indica el diario local The Star. Los manifestantes se sentaron en la calle por unos minutos de silencio, mientras la abogada y activista Nekima Levy Armstrong leía una lista de todas las personas asesinadas por la policía en Minnesota desde 1984.
El temor es a que, nuevamente, las protestas se vuelvan violentas y se produzcan incidentes.
La petición de la familia
Los allegados del fallecido han pedido una condena para el agente, sin medias tintas. ”(Chauvin) sacó el alma del cuerpo de mi hermano, mientras suplicaba por su mamá. Ningún hombre tendría que hacer eso. Necesito justicia para George; necesitamos una condena”, dijo el hermano del fallecido, Philonise Floyd, en la vigilia organizada este domingo en la iglesia baptista Greater Friendship Missionary, situada en el sur de Mineápolis.
Además, Philonise, que estaba acompañado por varios familiares, reclamó en su discurso que el sistema judicial en Estados Unidos sea igual para blancos y afroamericanos. “No debería haber dos sistemas de justicia. No debería ser uno para Estados Unidos Blancos y otro para Estados Unidos Negros. Somos uno”, insistió un emocionado Philonise, que recibió un fuerte aplauso del centenar de personas congregadas en esa iglesia.
Los nuevos pasos
Justo la pasada semana, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el proyecto de ley que propone una reforma policial para evitar la violencia en las detenciones y que lleva el nombre de George Floyd.
La Ley de Justicia en la Policía de George Floyd salió adelante en la Cámara de Representantes, liderada por los demócratas, con 220 votos a favor y 212 en contra. Este proyecto ya fue aprobado en verano de 2020, pero no logró pasar en el Senado, de mayoría republicana entonces.
El texto tiene como objetivo fortalecer la responsabilidad de la Policía y frenar a través de un registro nacional que agentes problemáticos se trasladen de departamentos, así como busca paliar prácticas policiales violentas como los estrangulamientos durante sus intervenciones.