Visto para sentencia el juicio sobre la caja B del PP
El extesorero insiste en que sus papeles son ciertos y que se pagaron sobresueldos.
La Audiencia Nacional ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio sobre el presunto pago de la reforma de la sede del PP en la calle Génova con la supuesta caja B que manejaba el principal acusado, Luis Bárcenas, que ha defendido la veracidad de esos pagos y de todos los apuntes que anotó en sus “papeles”.
El presidente del tribunal que ha juzgado estos hechos, José Antonio Mora Alarcón, ha declarado el juicio visto para sentencia, ocho años después de que en febrero de 2013 salieran a la luz esos famosos papeles.
Lo ha hecho una vez que los cinco acusados que se han sentado en el banquillo hayan renunciado a hacer uso de su derecho a la última palabra. Bárcenas lo hizo ayer anticipadamente por escrito para evitar su traslado desde prisión.
Han sido casi treinta jornadas en las que la Fiscalía, la Abogacía del Estado y las cuatro acusaciones populares se han afanado en demostrar la veracidad de los apuntes del extesorero del PP en referencia a la reforma con dinero B de la sede y a la compra de una serie de acciones de Libertad Digital.
Lo han hecho frente a la oposición de las defensas, incluido el abogado del PP, que figura en la causa como responsable civil subsidiario, y quien, como el resto, ha restado toda credibilidad a esa supuesta contabilidadque únicamente atribuyen a Bárcenas y a la que ha calificado de “cortina de humo” con la que ocultar el origen de su fortuna en Suiza, cuando se supo que llegó a acumular 48 millones de euros.
La colaboración de Bárcenas
Bárcenas, en prisión por el caso Gürtel, ha reconocido por su parte esos pagos en b y otros en forma de sobresueldos a exdirigentes del PP que también han formado parte de este juicio, en el que dos expresidentes del Gobierno -José María Aznar y Mariano Rajoy-, varios exministros y cuatro ex secretarios generales del PP han testificado y han negado haber recibido dinero negro.
Esa disposición a colaborar de Bárcenas quedó plasmada poco antes del inicio del juicio en forma de carta a la Fiscalía Anticorrupción, donde reconocía irregularidades en la financiación del PP y revelaba por primera vez que Rajoy destruyó copias de la contabilidad b en una trituradora de papel.
El extestorero ha justificado en todo momento su decisión de cooperar con la Justicia en la culpa que siente por la entrada en prisión de su mujer, Rosalía Iglesias, condenada también por Gürtel.
Pero la Fiscalía, que pronto negó haber alcanzado ningún pacto con el extesorero, se ha mostrado escéptica ante estas nuevas revelaciones y ha rechazado pedir que se le apliquen atenuantes como la de cooperación por las “dudas” que concitan sus distintas versiones, que deben ser corroboradas con otras pruebas.
Fruto de esa labor de contraste, la Fiscalía ha dado credibilidad a algunos de esos apuntes y ha considerado acreditado el pago en negro de la reforma de la sede por el que pide cinco años de prisión para Bárcenas, año y medio para el exgerente del PP Cristóbal Páez; y dos años y medio para los dos socios de la empresa Unifica que hizo las obras, Gonzalo Urquijo y Belén García.
La quinta acusada, la empleada de Unifica Laura Montero, a la que no acusaba el fiscal, ha quedado fuera del procedimiento al desistir las acusaciones populares seguir dirigiéndose contra ella, lo que ha provocado que su defensa les reclame el pago de las costas, a lo que también se ha sumado el abogado del PP que considera vulnerado el derecho al honor del partido por culpa de la “temeraria” acción de las representaciones populares.