Juegos, tradiciones, bromas

Juegos, tradiciones, bromas

¿De verdad tienen gracia los cánticos que hemos oído esta semana?

Foto del Colegio Mayor Elías Ahúja.Europa Press News via Getty Images

Es un juego. Es una tradición. Es una broma. Llevamos días escuchando estos argumentos para quitar importancia a lo ocurrido en el Colegio Mayor Elías Ahuja, y, sinceramente, este tipo de consideraciones convierten en algo mucho más serio lo que podría ser una mera falta particular merecedora de una seria sanción. Intentan usarlos como atenuantes, pero en realidad están describiendo agravantes del suceso. ¿De verdad tienen gracia los cánticos que hemos oído esta semana? ¿Ustedes saben la función social que tienen las tradiciones, se creen que son gratuitas y no representan la cristalización de la cultura, las subculturas, la ideología y las subideologías de un determinado grupo? ¿Se creen que los juegos son irrelevantes, que no cumplen una función normativa, que no son ensayos de entrenamiento para la vida real?

¿Ustedes saben la función social que tienen las tradiciones, se creen que son gratuitas y no representan la cristalización de la cultura, las subculturas, la ideología y las subideologías de un determinado grupo?

Si gritar “putas ninfómanas, salid de vuestras madrigueras como conejas” no pasara de ser el desbarre de un grupo puntual de adolescentes cocidos, entonces sólo estaríamos ante un gravísimo problema disciplinario al que se enfrentaría el Colegio Mayor Elías Ahuja, poco merecedor de ocupar la primera página de los periódicos. Sin embargo, cada declaración que intenta exculparles nos deja más y más preocupados —“sólo es una costumbre que hay entre ambos colegios mayores; si estos niños son católicos y encantadores…”; ¡niños! ¡les llaman niños!—. Porque si gritar “putas ninfómanas, salid de vuestras madrigueras como conejas” es un juego, una tradición, una broma, entonces sí que tenemos un problema social de primer orden que justificaría detener las rotativas —en el caso de que sigan existiendo rotativas—.

Desasosiega pensar que en colegios mayores —¡que dicen de sí mismos estar destinados a formar a las élites, ay, mamina!— se celebran ritos de paso cuya finalidad es vincular el sexo a la violencia, hasta el punto de que no quede claro si se está canalizando las tendencias sexuales a través de la violencia o las tendencias violentas a través del sexo. A nadie se le escapa el valor de los ritos de paso para anular las conciencias de los más dubitativos ante la presión del grupo, y fundir a la fratria en una hermandad basada en la celebración de una complicidad impune. La asociación entre el sexo y la violencia es y debe seguir siendo incomprensible para una persona bien socializada. Que un zoólogo pueda explicar sin problema la conducta de los primates que se asomaban a las ventanas el otro día, se debe simplemente a que en el reino animal el mal suele ser más fácilmente explicable que el bien.

Que un zoólogo pueda explicar sin problema la conducta de los primates que se asomaban a las ventanas el otro día, se debe simplemente a que en el reino animal el mal suele ser más fácilmente explicable que el bien

“Es injusto culpar a estos niños con los que nos llevamos tan bien” dicen las niñas del colegio de enfrente. “Lo único que ha ocurrido es algo cándido e inocente: la manifestación del machismo más arrogante y descarado convertido en una institución social sólida como un puño y a la vez tan disuelta en el aire que ni nos damos cuenta de que la estamos respirando. ¿Quién puede ver maldad alguna en ello?”, están diciendo en el fondo. Cada petición de contextualizar lo ocurrido como forma de restarle gravedad al hecho lo que hace es sumársela al contexto, tanto más cuanto más amplio sea éste. Los pájaros que descansaban a dos kilómetros a la redonda salieron huyendo ante el tono extremadamente violento del grito del muecín que llamaba a la capea a la congregación de fieles. Las que iban a ser folladas al parecer reían.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.