'Juego de Tronos' triunfa pero no brilla en los Emmy de las sorpresas
Se ha convertido en la ficción televisiva con más premios de la historia, un total de 59 Emmys a lo largo de sus ocho temporadas.
Juego de Tronos partía como la gran favorita de los Premios Emmy 2019 al llegar a la ceremonia con el récord del mayor número de nominaciones para una única serie, pero no cumplió sus expectativas de hacer historia en una repartida noche, repleta de sorpresas.
La ficción de HBO se llevó este domingo el premio a la Mejor serie dramática, pero no consiguió el preciado galardón para ninguno de sus intérpretes protagonistas, por lo se quedó a las puertas de batir la marca histórica de la ficción con más reconocimientos en una única edición de los Emmy.
No obstante, la superproducción de HBO basada en las novelas de George R.R. Martin se despidió por todo lo alto en la 71ª edición de los premios de la Academia de la Televisión, celebrada en el Teatro Microsoft de Los Angeles y en la que Fleabag y su creadora/protagonista Phoebe Waller-Bridge se alzaron como las otras triunfadoras de la noche.
Juego de Tronos lideró esta edición con 12 galardones, por delante de la miniserie Chernobyl (10), La maravillosa Sra. Maisel (8), Free solo (7) y Fleabag (6).
La serie habría necesitado uno más para igualar el récord de la ficción con más premios en una misma noche, pero la derrota de sus protagonistas Kit Harington y de Emilia Clarke en la categoría a Mejor actor y actriz de drama impidió que lograse hacer historia.
Así, tanto Harington como Clarke abandonaron sus papeles sin recibir ningún Emmy en toda su carrera, a pesar de que la producción para la que han trabajado en los últimos 10 años es, desde hace años, la ficción televisiva con más premios de la historia, un total de 59 conseguidos a lo largo de sus ocho temporadas.
A mitad de la gala, el reparto de Juego de Tronos apareció reunido para recibir una gran ovación, con Peter Dinklage, Lena Headey, Emilia Clarke, Kit Harington, Sophie Turner, Maisie Williams, Nikolaj Coster-Waldau, Alfie Allen, Gwendoline Christie y Carice van Houten sobre el escenario.
La otra gran ovación de la noche, y repetida, fue la que recibió la británica Phoebe Waller-Bridge, creadora, guionista y protagonista de la surrealista y rompedora Fleabag, la serie galardonada como la Mejor comedia.
Waller-Bridge, pluriempleada en Fleabag, arrasó en estos premios, pues también se llevó la estatuilla a Mejor actriz de comedia al dar la sorpresa e imponerse a la gran favorita Julia Louis-Dreyfus, que había ganado seis Emmy anteriormente por su papel en Veep y perdió la oportunidad de ser la intérprete con más Emmy de la historia.
“Esto se está volviendo ridículo”, dijo Waller-Bridge totalmente sorprendida y emocionada, quien subió por tercera vez al escenario para recoger el premio al Mejor guión.
El otro triunfador de la noche fue Billy Porter, quien hizo historia al convertirse en el primer hombre abiertamente gay en ganar el Emmy al Mejor actor dramático por su papel en Pose.
“Tengo el derecho, tú tienes el derecho, todos tenemos el derecho”, dijo un Porter emocionado que dedicó el premio “a todos aquellos que le hicieron sentir que valía incluso cuando él no era capaz de creer en sí mismo”.
Las reivindicaciones por la visibilidad de la comunidad LGTBIQ+ ocuparon gran parte de la ceremonia, que vio a la estrella del transformismo RuPaul invitar a que la gente se registre para votar en las próximas elecciones, tras recoger el premio al mejor reality televisivo, y las protagonistas de Pose brillar en la pasarela y agradecer la visibilidad de las personas transexuales en la pequeña pantalla.
En este contexto, el momento más viral de la noche fue para Michelle Williams, que ganó el Emmy a la Mejor actriz de una serie limitada por Fosse/Verdon y aprovechó su discurso para exigir de manera muy contundente a la industria audiovisual que pague de modo equitativo a las mujeres, especialmente a las pertenecientes a minorías.
“Cuando pedí clases de baile, escuché ‘sí’. Cuando pedí más lecciones de canto, escuché ‘sí’. Todas estas cosas requieren esfuerzo y cuestan más dinero, pero mis jefes nunca presumieron saber mejor que yo lo que necesito para hacer mi trabajo”, explicó.
“Así que, la próxima vez que una mujer, especialmente una mujer de color, porque ella gana 52 centavos en comparación con el dólar que se lleva su compañero hombre blanco, te diga lo que necesita para hacer su trabajo, escúchala, créela, porque un día quizá se ponga delante de ti y te diga ‘gracias’ por permitirle que triunfara por su entorno de trabajo y no pese a él”, finalizó.