Liam Cunningham (Sir Davos): "'Juego de Tronos' tuvo el final más feliz que podría haber tenido"
La exposición oficial de la serie llega a Madrid y mantiene vivo el fenómeno.
Han pasado más de cinco meses y los fans de Juego de tronos siguen debatiendo sobre el final de las serie. Solo hay una cosa en la que están todos de acuerdo: se han quedado huérfanos. Pero que la producción de HBO echara el cierre y coronara a Bran Stark tras ocho temporadas no quiere decir que el universo creado por George R.R. Martin vaya a desaparecer.
Lo han dejado claro los actores Isaac Hempstead y Liam Cunningham y la diseñadora de vestuario de la serie, Michele Clapton, que han visitado Madrid este jueves para inaugurar la exposición oficial sobre la serie. Se puede visitar a partir del sábado 26 de octubre en el recinto ferial de Ifema.
“No es una serie que va a desaparecer. Se ha ganado un hueco en la historia de televisión”, explica Hempstead-Wright, que dio vida a Bran Stark durante diez años, en un encuentro con los medios en el que estaba El HuffPost Life. Liam Cunningham, que interpretó a Sir Davos, cree que la serie seguirá durante años “en el corazón y la mente” de los seguidores de Juego de Tronos. Ambos coinciden en que la muestra de Madrid es una forma de volver a vivir el rodaje de la longeva producción.
Ellos son las caras conocidas de la serie, pero la protagonista de la muestra es Michele Clapton, diseñadora de vestuario. La exposición es un recorrido por lo sus momentos más emblemáticos, en el que brillan los trajes creados por Clapton y su equipo. “Son un poco como mis hijos”, bromea la figurinista. El vestido de novia de Margaery Tyrell, con cientos de flores cosidas a mano, la armadura de Joffrey Baratheon o el abrigo blanco con el que Daenerys Targaryen llega a Invernalia son algunas de las joyas que los visitantes podrán apreciar con todo detalle. Un trabajo de artesanía y precisión.
Es la primera vez que se puedan ver trajes, armas o decorados de la última temporada. Una temporada criticada duramente por parte de los espectadores, especialmente por su final, del que los actores dicen estar satisfechos.
“Estaba claro que iba a haber gente que no iba a estar contenta, pero tampoco lo estuvieron con el final de Los Soprano”, declara Cunningham, que insiste en que cuando preguntan a los críticos cómo lo habrían mejorado “no tienen ni idea”. “Creo que tuvo el final más feliz que podría haber tenido. Si lo piensas los Stark terminan bien parados, los Lannister desaparecen, los Targaryen y su locura acaban extinguidos y en el consejo hay gente buena. Es un cierre bastante feliz para un lugar que había sufrido básicamente un genocidio hasta casi ese último momento”, sentencia el actor.
Sobre otra de las grandes polémicas de las últimas temporadas, la diferencia entre los libros de George R.R. Martin y la serie, Hempstead-Wright y Cunningham hacen suyo el dicho de que las comparaciones son odiosas. “Lo mejor es que vamos a tener dos finales para Juego de tronos”, sentencia el primero. “Una de las mejores cosas de la serie es que hizo que la gente quisiera leerse los libros y George R.R. Martin tiene muchísimo público no solo por su talento sino también gracias a la serie”, insiste el actor que dio vida a Sir Davos.
En las diez salas que forman la exposición, fans y curiosos podrán hacer un recorrido por las ocho temporadas de Juego de tronos. No faltan los huevos de dragón de Daenerys, varias espadas utilizadas durante el rodaje y, por supuesto, el famoso trono de hierro, que se ha colado en la muestra por partida doble: por un lado, en el salón del trono; y por otro, apartado para poder hacerse y jugar a ser el rey de Poniente.
Pero sin duda las grandes estrellas de la exposición son los trajes diseñados por Michele Clapton. El primero en llamar la atención es el ya mencionado vestido de novia de Margaery Tyrell, en la sala que emula Desembarco del Rey. Tras este, y según se va avanzando en la muestra, se encuentran las principales prendas utilizadas por todos los protagonistas de la serie.
La chaqueta de plumas de Jon Nieve acapara las miradas en el Castillo Negro y la seda del vestido de Elaria Sand hace lo propio en el pequeño repaso a las familias de los Siete Reinos. Es poderoso el despliegue de trajes de Daeneys Targaryen, pero merece mención aparte el vestido en cuerno negro que lució Cersei Lannister cuando subió al trono.
No solo de vestuario vive la exposición, también dedica una gran parte a interactuar con el visitante. Además de sentarse en el trono de hierro, los más seguidores de la serie pueden “escaparse” de los caminantes blancos más allá del muro y entrar en la Sala de Rostros. Allí pueden fotografiarse y dejar su cara entre los muchos rostros que Arya Stark utilizaba para camuflarse. El invierno ya ha llegado a Madrid.