Juan Verde, asesor de Biden: "Es factible una guerra civil en EEUU, aunque poco probable"
La crispación social que vive el país se agudiza con la autoproclamación como ganador de Donald Trump.
Ha hecho lo esperado. Y lo temido. El hasta ahora presidente estadounidense, Donald Trump, se ha autoproclamado vencedor de las elecciones del 3 de noviembre, a pesar de los millones de votos que aún faltan por recontar, comprometiendo aún más la situación que vive el país.
“Ha hecho exactamente lo que dijo que iba a hacer. Cantar victoria solamente analizando el voto presencial”, explica el actual asesor de campaña del candidato Joe Biden, Juan Verde, y quien ya trabajara con anterioridad para Barack Obama, Hillary Clinton o Al Gore, entre muchos otros.
“El nivel de polarización, de división y de inestabilidad social y racial hacen posible una guerra civil. Es factible, pero las instituciones americanas siguen siendo muy fuertes y eso lo hace poco probable”, asegura.
“Lejos de fomentar la reconciliación, lo que busca Trump es dividir más al país”, comenta. “Está dispuesto a decir lo que tenga que decir con tal de ganar. Es capaz de, en pleno debate presidencial, pedir a los grupos más racistas de EEUU que esperen órdenes”, añade.
Camino a la Corte Suprema
“Ahora, a pesar de que solo conoce los resultados del voto presencial se proclama presidente, pero lo cierto es que millones de demócratas utilizaron la opción del voto por correo porque estamos en plena pandemia. Aun así, él lleva meses diciendo que le iban a robar las elecciones, poniendo en duda el voto por correo sin justificación alguna. Un método que se usa desde hace más de cien años, que se estableció durante la guerra para que los soldados en el frente pudiesen votar también”, explica.
“Jamás ha habido el más mínimo indicio de corrupción electoral en esta herramienta, nunca se ha puesto en tela de juicio, y este señor, de la noche a la mañana, dice que esto no es constitucional y amenaza con llevarlo a los tribunales. Algo que potencialmente podría terminar en la Corte Suprema”, reconoce.
Precisamente esta estrategia es la que el magnate lleva tiempo diseñando. La confirmación de la nueva jueza conservadora Amy Coney Barrett a escasos días de los comicios no ha sido casual.
Con su nombramiento, los republicanos se aseguran una amplia mayoría de magistrados fieles que les respaldan en el tribunal de mayor rango de Estados Unidos, frente a los tres progresistas
Tensión y crispación social
“Este movimiento ya se vio en 2000 cuando se ignoró por completo el voto popular y la Corte Suprema anuló el proceso de recuento”, recuerda Verde.
“Es de manual de dictador. Lleva a cabo un continuo ataque a los valores democráticos del país como la la libertad de prensa, utiliza las instituciones públicas con fines políticos, ataca a sus adversarios y, en definitiva, hace lo que hacen los dictadores: culpar a las minorías, alimentar el odio y desacreditar a los inmigrantes. Es verdaderamente preocupante”.
Ahora, a falta de esclarecer los votos que faltan por recontar, el mayor temor se centra en lo que ocurrirá hasta el día 8 de diciembre -los 35 días de plazo para entregar los resultados-.
“El ambiente que se puede crear con este cuestionamiento por parte de Trump puede generar confusión y jugar con la psicología de la gente al hablar de fraude”, apunta Carlota García Encina, investigadora principal de EEUU y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano.
Al clima de tensión social que ya reina en el país se añade todavía más crispación. “Si bien, es importante recordar que la democracia estadounidense se ha caracterizado por traslados pacíficos de poder entre presidentes. Claros ejemplos fueron el agradecimiento sincero de Reagan (republicano) a Carter (demócrata) o Clinton y George Bush padre. Todos ellos ensalzaron esta virtud del sistema político del país”, explica Juan Ignacio Güenechea, coordinador del Hispanic Council.
De momento, los estadounidenses se acuestan sin presidente y el mundo entero contiene la respiración.