Juan Luis Arsuaga: "Los últimos hallazgos tumban el relato 'europeo' de la evolución humana"
El paleoantropólogo, referencia mundial en su campo, participó en el hallazgo de unos fósiles que podría "clarificar" el proceso evolutivo.
Un paso, o dos, más cerca de comprender el origen del ser humano. El hallazgo de unos fósiles pertenecientes a un humano primitivo, de ascendencia neandertal, que vivió al menos hasta hace 130.000 años en el yacimiento de Nesher Ramla (Israel) ha abierto nuevas vías al conocimiento antropológico.
Pocas horas después saltaba otra noticia no menos rupturista: científicos chinos presentaban en sociedad su estudio sobre una nueva especie humana conocida como ‘Homo Longi’ u ‘Hombre Dragón’.
No es una revolución, pero sí un punto de no retorno por lo que supone, señala a El HuffPost el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, doctor en Ciencias Biológicas y catedrático de Paleontología por la UCM y codirector de Atapuerca. Una eminencia en el sector que ha participado, junto con otros investigadores españoles y equipos israelíes, en el trabajo publicado en la revista Science y que ha sido portada en los grandes medios.
Apunta que, gracias al descubrimiento en Israel, se sabe que la evolución de neandertales y sapiens fue en paralelo, pero no tan independiente como se creía hasta ahora. Y que, junto al trabajo en China, abre los ojos contra una “visión europea” de la evolución humana: los neandertales no solo provienen del llamado Viejo Continente.
“No es poca cosa”, comenta entre risas Arsuaga.
¿Qué significa, en su opinión, el hallazgo en Nesher Ramla?
Es un paso muy importante porque clarifica parte de la evolución humana. Los autores del estudio tenemos interpretaciones diversas de cómo encajan estos fósiles en la historia. La mía es que este hallazgo completa el cuadro de la evolución humana en Israel, un territorio pequeño pero de gran importancia.
Con los fósiles, una bóveda alta craneal y una mandíbula de características neandertales ambas, vemos que hay una alternancia de poblaciones de linaje Neandertal (existente hace entre 230.000 y 40.000 años) y Sapiens, lo que implica intercambio genético, relaciones sexuales entre ambos.
Se suma a un importante número de proyectos recientes en la zona que permiten ‘dibujar’ un mapa de la evolución. Situados en los últimos 200.000 años tendríamos un fósil de tipo sapiens hace 185.000 años; los de ahora, datados sobre 130.000 años y de tipo neandertal; más adelante —100.000 años— existen fósiles de linaje sapiens; en el periodo 70-50.000 años encontramos otros de origen neandertal y, desde hace 50.000 se encuentran solo de sapiens, que ya se extiende en todo el mundo.
Hay una alternancia neandertal-sapiens que significa que la zona de Israel es un corredor que conecta África con Eurasia y en ese corredor se han encontrado y convivido o reemplazado unos y otros, aunque de estar los dos juntos a la par no hay pruebas concluyentes aún.
¿Qué ha cambiado en el conocimiento del origen del ser humano?
Es una aportación importante, si bien es exagerado decir que cambia por completo lo que sabemos de la evolución humana. Es fundamental conocer el papel del Levante (Oriente Medio) como corredor para conocer la historia de los neandertales y de los sapiens.
Lo que ahora sabemos mejor es cómo han sido esos contactos, esas dos evoluciones. Los neandertales en Europa y Eurasia y los sapiens en África y Asia se veían como evoluciones paralelas pero independientes. Este trabajo nos lleva a pensar que no han sido tan independientes, sino que ha habido intercambio de genes. Y no es poca novedad (risas).
¿Es la respuesta a la tesis de que los neandertales no vienen de Europa?
Diría que el estudio es la respuesta a que no solo vienen de Europa, sino que su cuna ocupa un área mucho mayor. Los fósiles más antiguos de neandertal son los de la Sima de los Huesos [enclave situado en Atapuerca, Burgos y que data de alrededor de 455-440.000 años atrás], pero ya no podemos decir que se dieron solo en Europa y que luego se expandieron por Asia.
Hasta ahora teníamos un relato europeo y es exagerado decir eso de que solo vienen ‘de aquí o de allí’. En otros yacimientos de Israel, como los de la Cueva de Qesem, se da muestra de que unos neandertales arcaicos, con las raíces genéticas en un periodo de más de 300.000 años atrás ya había poblaciones parecidas a las de Atapuerca.
¿Lo calificaría como especie propia? ¿Qué ocurre con la recién descubierta especie china?
El estudio y la pregunta nos remiten a si los fósiles hallados en la Sima de los Huesos son otra especie propia, porque son del mismo tipo. Hablamos de los antepasados de los neandertales, ya que aún no lo son pero van en la línea de ese linaje. Si merecen un nombre propio de especie o subespecie habrá que definirlo pronto, pero el hallazgo favorece que se cree una categoría propia.
De momento, en un consenso temporal, le llamamos ‘Homo de Nesher Ramla’, pero es un debate que debería quedar resuelto en no mucho tiempo, dos-tres años, estimo.
Es algo parecido a lo ocurrido en China. Un artículo en The Investigation habla de una especie de ‘presapiens’ y los científicos chinos le han bautizado como ‘Homo Longi’ u ‘Hombre Dragón’. Yo siempre he defendido que esta raza de sapiens primitivos merecían una denominación científica propia.
¿Cómo puede cambiar Nesher Ramla las investigaciones presentes o futuras sobre los orígenes del hombre?
Lo más importante es que clarifica el panorama, después de varias investigaciones importantes en los últimos años. Ya sabíamos que no solo hubo flujo de genes de neandertal a sapiens (y por ello todos los humanos tenemos casi un 3% de neandertales), sino que también hubo de sapiens a neandertal.
Nesher Ramla lo que hace es que marca que esos contactos sexuales, ese intercambio, debió de darse en esta región de Israel. Los neandertales tenían un adn mitocondrial que no se tenía en la Sima de los Huesos, o sea recibieron una influencia genética posterior.