El genial discurso de José Sacristán: "Más de 60 años sin dejar de jugar"
El veterano intérprete ha recogido este lunes el Premio Nacional de Cinematografía.
El actor José Sacristán ha recibido este lunes el Premio Nacional de Cinematografía 2021 de la mano del ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta. El ministro ha aprovechado el galardón para rendir homenaje a una generación de “actores, de teatro de cine, de zarzuela o cantantes” que tuvieron que marcharse de sus pueblos para labrarse una carrera.
Sacristán, por su parte, ha dado un emotivo discurso en el que ha dejado claro que lleva “más de 60 años jugando” a ser actor y citando al escritor Luis Landero y a su vez al filósofo Friedrich Nietzsche recalcando que “no hay mayor seriedad que la del niño cuando juega”.
“Yo me ataba unas cuantas plumas de gallina en la cabeza y me plantaba desafiante delante de mi abuela. ‘¡Virgen Santa, un indio!’, gritaba mi abuela. ‘Se lo ha creído’, decía yo. Cuando tuve noticia de la concesión de este premio, volví a oír el grito de mi abuela. ‘Se lo han creído’, me dije. Se han creído que era el estudiante, el pregonero, el de los globos, el recluta, el emigrante, el abogado, el ingeniero, el médico, el asesino... Se lo han creído, ¡qué suerte!”, ha empezado diciendo el veterano intérprete.
“Más de 60 años sin dejar de jugar. En serio, con la más estricta y rigurosa seriedad he llegado hasta aquí haciendo camino al andar. Aprendiendo sobre la marcha, quiero decir. Trabajando, estudiando, investigando, curioseando, mirando con tanta certeza como inquietud, con tanto arrojo como temor como suele ser habitual en el ánimo de los que nos dedicamos a esto”, ha continuado diciendo.
Para despedirse, el intérprete ha recordado unas palabras de Miguel de Cervantes, en homenaje al cineasta Mario Camus, fallecido este sábado a los 86 años. “Si pudiera sacar mi corazón y ponerlo ante vuestros ojos, quitara el trabajo a mi lengua de decir lo que apenas se puede pensar”, ha concluido.
Tras su discurso, el propio Sacristán ha tenido que pedir a los asistentes que dejaran de aplaudirle gesticulando e indicando “ya está, ya está”.