José Sacristán, Goya de honor 2022
El actor, de 84 años, será reconocido con el galardón de la Academia de Cine.
El actor José Sacristán recibirá el Goya de Honor 2022, según ha anunciado la Academia de cine este lunes. Tal y como se puede leer en un comunicado emitido por la academia, el veterano intérprete será galardonado por “representarnos de forma única en tantos títulos inolvidables que forman parte de nuestra memoria íntima”.
Sacristán, que recibió este año el Premio Nacional de Cinematografía, lleva más de sesenta años “jugando con responsabilidad” en cine, teatro y televisión. El intérprete recogerá el galardón el próximo 12 de febrero en la gala de los Goya que se celebrará en el Palau de les Arts de Valencia con motivo del cierre del Año Berlanga.
“Mi carrera ha sido el gozo del crío que ha visto cumplido su propósito, el de hacer creer a la gente que era el estudiante, el pregonero, el recluta, el emigrante, el abogado, el médico… y que la gente se lo creyera. Y la suerte de que en todo este recorrido mis mejores amigos y la gente más querida para mi, al margen de mi familia, está en la profesión. ¡Qué más puedo pedir!”, declaró el actor al recibir la noticia, según recoge la Academia de Cine.
La Junta Directiva de la Academia ha querido reconocerle “por ser un modelo de entrega, pasión, ética y profesionalidad para todos los cineastas jóvenes. Por ser el rostro y la voz del cine español de las últimas seis décadas”. Además, han destacado que ha sabido “adelantar desde el reflejo que nos ha devuelto en la pantalla algunos de los grandes cambios que hemos vivido en nuestro cine y en nuestra sociedad”.
El prolífico intérprete ha pasado por prácticamente todos los géneros y formatos, aunque su época dorada fue en los años 70, conocido como “actor fetiche de la Transición”. En esa etapa participó en películas como Vente a Alemania, Pepe (1971), Lo verde empieza en los Pirineos (1973), Un hombre llamado Flor de Otoño (1978), La vaquilla (1985) o La familia y uno más (1965) con la que se inició en el cine.
Llegó a probar en el mundo del teatro, concretamente en 1960 con Los ojos que vieron la muerte, a la que siguió Julio César (1964). Incluso llegó a introducirse en el mundo del musical con El hombre de la Mancha (1997) o My fair lady en 2001, junto a Paloma San Basilio.
A pesar de su gran carrera en el cine y el teatro, Sacristán admite la “suerte” que tiene y la inestabilidad de la profesión. “Sería un miserable si me quejase porque nunca me ha faltado trabajo. En ocasiones, lo que ganaba no era suficiente para cubrir mis obligaciones, pero ese era mi problema. Me lo he currado, pero hay un factor suerte que me ha acompañado. Reconozco y agradezco el privilegio, no se me escapa”, señala.