José María Moreno: "Hay gente armada vestida de civil y no sabemos cuáles son sus intenciones"
Este Policía Nacional español se encuentra atrapado con su mujer en Ucrania e intenta contactar con la embajada.
Sexto día de guerra con Rusia. La situación en Ucrania es, simplemente, “estremecedora”. Son palabras de José María Moreno, un Policía Nacional español que se encuentra en Odesa, una ciudad al suroeste del país en la orilla del Mar Negro, cerca de la frontera con Moldavia. De momento, no ha logrado regresar a España, pese a que tenía los billetes de avión para hacerlo el sábado pasado.
Por suerte, ha explicado en una videollamada este martes, la ciudad está bien defendida de momento, aunque resulta casi imposible salir de ella. Si ni siquiera pensó en cruzar la frontera polaca, para lo que tendría que atravesar todo el país, mucho menos fácil le resultaría entrar en Moldavia. “Las carreteras están bloqueadas o hay enfrentamientos en ellas. La frontera está colapsada, hay 40 kilómetros de atascos o gente durmiendo al raso para poder llegar”, explica.
José María está acompañado por su mujer, natural de Ucrania, y evidentemente no valora “la idea de dejarla atrás”. Ambos se encuentran con un problema más a la hora de abandonar Ucrania. Sandra es reservista, tiene formación militar. “Sería una traba por si intentan dejarla en Ucrania para luchar, con la nacionalidad española habría sido muy sencillo”.
De momento, la única esperanza, indica, “es que haya un corredor libre para ir hacia Moldavia. Y que sea seguro el camino. Esperamos que pronto se despejen estos caminos o carreteras, pero esta guerra puede durar días o incluso años, depende incluso del resto del mundo, no es un conflicto fácil de solucionar”.
Por ahora, la pareja está en casa de la familia de Sandra, y utilizan como refugio el sótano, además de los que hay a lo largo de la ciudad. José María se está poniendo en contacto también con otros españoles que estén en su misma situación, es decir, que no hayan podido contactar con la embajada o el consulado, con el fin de recabar esa información y que llegue al gabinete de crisis.
En esta labor le está ayudando su hermano, Daniel, desde Elche, y el sindicato JUPOL. Todo se les complicó al no estar inscritos como residentes en Ucrania, ya que solo estaban para pasar unos días.
Los supermercados en Odesa estaban hasta ayer bastante abastecidos, aunque este martes comienzan a faltar productos como lácteos o carne: “Mañana comprobaremos si es por escasez o por el toque de queda”.
El interior de la ciudad, detalla el policía, parece tranquilo, pero pueden escuchar explosiones y empiezan a materializarse los primeros problemas. “Hay toque de queda, pero empieza a ser peligroso estar en la calle, hay gente armada vestida de civil y no sabemos cuáles son sus intenciones”, relata.
“El pueblo ucraniano es muy fuerte, ha sufrido muchas invasiones a lo largo de la historia, resiste y no pierde el ánimo, o lo intenta. En el supermercado siguen haciendo bromas, incluso”, explica.
Odesa es, este martes, una ciudad que de momento está resistiendo, en la que suenan las sirenas, que está cercada y rodeada por barricadas militares. “Está bien defendida, pero salir ahora mismo es imposible. Está bloqueada”, lamenta. Porque le resulta imposible saber por cuánto tiempo.