La historia detrás del único sí 'forastero' a Pedro Sánchez
Las confesiones de José María Mazón (PRC) sobre la sesión de investidura.
Jueves mediodía. Se levanta de su asiento y grita ‘sí’. Suena una voz desde el gallinero del salón de plenos del Congreso de los Diputados. 124 veces se escuchó esa palabra durante la votación de la investidura de Pedro Sánchez. 123 por parte de señorías del PSOE. Y un único voto afirmativo que no era del puño y la rosa. Nombre y apellido: José María Mazón. Partido: el PRC (la formación cántabra de Miguel Ángel Revilla).
Y de este tórrido verano de 2019 -¡flashback!- a 1995. Hace 24 años, Mazón no militaba en ningún partido y en su mente menos se le pasaba pensar que sería el primer diputado del PRC en su historia más de dos décadas después.
Aquel año, como confiesa en una conversación con El HuffPost, recibió la llamada de Miguel Ángel Revilla. Ni se conocían, el hoy diputado era funcionario del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado y se encontró con la oferta de ser director general de Carreteras de Cantabria. No pudo rechazarla, siempre tuvo vocación de servicio público y sintió que era el momento de hacer las cosas en vez de criticar lo que hacían los políticos.
Vuelta al 2019. La noche del 28-A el PRC consigue uno de sus grande hitos: por primera vez entra en el Congreso de los Diputados. Pura emoción en su cara y en la de Revilla. Su defensa de Cantabria, directa al Palacio de la Carrera de San Jerónimo. A la vez se van desarrollando las negociaciones al Gobierno autonómico, donde hoy cogobiernan regionalistas y socialistas a nivel regional.
Paralelamente se fragua la alianza para la investidura de Sánchez: Mazón y el ministro de Fomento y ‘número tres’ del PSOE, José Luis Ábalos, se estrecharon las manos el 13 de junio de este año. Había pacto. Entre lo acordado, potenciar las conexiones ferroviarias entre Palencia y Santander con el fin de que en 2024 la conexión en tren se reduzca a tres horas.
“Hay que empezar de nuevo, pero no darlo por finiquitado”
Apenas han pasado 24 horas desde la investidura fallida de Sánchez. Y Mazón reflexiona: “Hay que comenzar de nuevo, pero no hay que darlo por finiquitado”. “Viene un mes de agosto en el que se pueden hacer muchas cosas con más tranquilidad”. Él sigue instalado en el ‘sí’ a Sánchez, no ve motivos para cambiar de voto si hay un nuevo intento antes del 23 de septiembre.
Su voto, señala, tenía dos objetivos. El primero es “defender los intereses de Cantabria” a través del acuerdo del PSOE y el segundo, “colaborar con la gobernabilidad de España”. Y se reivindica: “Hemos sido el único voto claro, con las ideas claras desde el primer momento”. “Desde el principio queríamos Gobierno”, insiste.
“¿Por qué hemos apoyado? La principal razón es porque no hay otra alternativa. Está clarísimo que Sánchez tiene que ser el próximo presidente del Gobierno a la vista de los resultados. La otra alternativa que hay es repetir elecciones y creo que no la desea nadie”, reflexiona durante la conversación.
Y hace también otro análisis fríamente, donde sale a relucir su alma de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y de ex consejero de Obras Públicas: “Tenemos muchos inversores internacionales pendientes de si hay seguridad política y jurídica, pero ante la incertidumbre algunos no están convencidos”. Va a algo más concreto: “Por ejemplo, los operadores ferroviarios, que son inversores que aportarían cientos de millones de euros en un sector que todo el mundo pide que se modernice. También con las obras, la energía y el cambio climático”.
De la generación del 51, Mazón ha vivido esta histórica semana en su escaño en el gallinero, junto al resto de diputados del Grupo Mixto. Está sentado junto a los parlamentarios de Bildu, y al otro lado del pasillo hay señorías del PSOE. “Es interesante ver a los líderes nacionales y diputados conocidos en persona. Cuando estás en la tribuna, no es que me impresione, porque soy una persona muy tranquila, pero ves de cerca a los políticos que solo veías cuando venían de visita a la comunidad”.
“Es una buena experiencia, no es lo mismo verlo en directo que en televisión”, señala sobre su presencia en el Hemiciclo. Ahora son días de incertidumbre, pero insiste en que no pretende modificar el acuerdo con los socialistas: “No queremos aprovecharnos ni ceder. Lo que está escrito está bien escrito. Yo no estoy parado, me he reunido esta semana con la presidenta de Adif. No abandono nuestro objetivo”.
Mirando a los próximos dos meses, reflexiona que una de las opciones sería un Gobierno en solitario del PSOE, “que se podría hacer con un programa mínimo acordado incluso con la oposición”. Otra opción es “retomar” ese Ejecutivo de coalición con UP “con las dificultades que tiene tener ministros de Podemos en el Consejo”. Está también la opción “remontísima” de un acuerdo con Cs, “que daría mucha estabilidad, pero tal y como está Ciudadanos, pues es difícil”. “La deriva de Rivera es incomprensible para la mayoría de españoles”, prosigue, y acto seguido se fija en Pablo Casado: “Con el PP es más difícil”.
Pensamientos que surgen tras estas jornadas de investidura. El primer discurso de objetivos y de programa de Sánchez, confiesa, “estuvo bien, no aportó nada bueno, pero se confirma que estamos más o menos de acuerdo en esas cuestiones”. “Bastante correcto”, añade.
¿Y las palabras de la oposición? “Discursos bastantes esperados”, y pone el acento: “Hombre, el de Vox fue verdaderamente incendiario”. “Y al de Rivera le faltó moderación, no se puede demonizar al PSOE de esta manero, incluso con el lenguaje de la banda”, apostilla Mazón. Y lanza esta ironía: “Menos mal que no nos aludió a nosotros, porque le hubiera perjudicado mucho, le hubiera quitado mucha autoridad a sus argumentos”. “Casado hizo su papel. Y en ERC he visto un tono conciliador, en la línea de abandonar la carrera del unilateralismo”, describe, para luego indicar que los independentista, Bildu y PNV “al final se abstienen, no quieren a la derecha, pero luego no se mojan”.
A pesar de ser el único partido que apoyó a Sánchez, no cruzó ninguna palabra con Sánchez en los pasillos -más allá de las intervenciones en la tribuna-. Sí charló varias veces fuera de los discursos con el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura. También comentaba algunas escenas con miembros del Grupo Mixto como Laura Borràs (Junts), Ana Oramas (CC), Joan Baldoví (Compromís) y diputados de Bildu -aunque no eran reflexiones políticas sino expresiones más coloquiales-.
La semana que viene le toca volver a Madrid para cuestiones de organización del Congreso. Algo que no pensaba mientras era aquel estudiante contrario al franquismo. “Progresista”, así se define Mazón cuando se le pide su ideología. “Pero cuando gobiernas te das cuenta de que no es lo mismo predicar que dar trigo, no se puede arreglar el mundo solo leyendo libros. En este momento me mantengo en una posición parecida, pero más realista desde el punto de vista de la economía”, desgrana.
“Pero no me gusta definirme, mejor los de fuera. Todos vivimos un poco engañados de nosotros mismos”, confiesa antes de despedirse. Mazón, el único diputado no socialista que le dijo sí a Pedro Sánchez.