Jornada laboral de 32 horas en España: ¿Realidad o quimera?
Una enmienda de Más País reabre el debate sobre la reducción de ocho horas de trabajo a la semana.
Ir a la oficina de lunes a jueves y descansar de viernes a domingo. ¿Se imaginan? La pandemia del coronavirus ha cambiado la forma de trabajar. Al igual que muchos empleados se han visto obligados a trabajar desde casa, hay diferentes voces que empiezan a reclamar una reducción de la jornada laboral.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, animó en mayo a las empresas a adoptar una jornada laboral de cuatro días para reactivar la economía. Este país ya contaba con una de las experiencias piloto de más éxito en este terreno. La decisión de la compañía de testamentos Perpetual Guardian de limitar la jornada de lunes a jueves a sus 240 trabajadores sin tocar los sueldos sirvió para aumentar la productividad.
Varios meses después, el debate ha vuelto a ponerse sobre la mesa gracias a una enmienda presentada por Más País - Equo para incluir en los presupuestos de 2021 un proyecto de ayudas a las empresas para implantar una jornada laboral de 4 días y 32 horas semanales. Su líder, Iñigo Errejón, apunta a una mayor productividad y una vida mejor: “No es libre quien no tiene tiempo”. Con todo, los expertos creen que “el cambio no se puede hacer de un día para otro”, aunque “hay que avanzar hacia esa reducción”, apunta Carlos Gutiérrez, secretario de juventud y nuevas realidades del trabajo del sindicato Comisiones Obreras (CCOO).
La enmienda proponía subvencionar a las compañías que redujeran la jornada sin tocar los sueldos mediante una inversión de 50 millones de euros. El Gobierno dijo no, a pesar de que la Generalitat Valenciana, gobernada por el PSOE y Compromís, ha aprobado una línea de ayudas directas a las empresas para que adapten su jornada sin tocar sueldos.
Pese a este rechazo, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, se ha mostrado a favor de la iniciativa. “Siempre hemos sido partidarios de la reducción de la jornada laboral”, aseguró en una entrevista en TVE. El también líder de Unidas Podemos señaló que el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que dirige Yolanda Díaz, lo estaba estudiando y lo abordaría con los sindicatos y los empresarios en el marco del diálogo social.
Reducir la jornada para repartir el trabajo y conciliar
La idea de implantar una jornada laboral de 32 horas semanales ya figuraba en el programa electoral con el que Más País se presentó a las últimas elecciones generales y es una iniciativa defendida por otros partidos verdes en la Unión Europea. Podemos también propuso en su momento reducirla a 34 horas.
La formación ecologista considera que una jornada laboral de cuatro días sería beneficiosa para la creación de empleo, ya que se reparte el trabajo. “Hay que abandonar una mentalidad obsoleta que se fija solo en el número de horas trabajadas. La clave para la generación de riqueza es la productividad. En 1850, en España trabajábamos 11 horas de media, y en 2015, trabajábamos ocho horas. Hoy la riqueza es ocho veces mayor. Más riqueza trabajando menos”, aseguró Errejón.
Una reducción de la jornada promovería, además, la conciliación. “Aristóteles ya decía que solo puede pensar quien tiene tiempo. La democracia requiere que la gente común tenga tiempo. La vida no puede ser ir de casa al trabajo y del trabajo a casa”, afirmó Errejón tras hacer una defensa de “ralentizar el ritmo para vivir mejor”.
El hecho de que los trabajadores únicamente tuvieran que acudir cuatro días a su puesto sería beneficioso para el planeta. “Es una medida verde porque al reducir los desplazamientos, también reducimos las emisiones de gases de efectivo invernadero. Vidas más tranquilas son también vidas menos contaminantes”, aseguró Errejón.
Cien años de la jornada laboral de 40 horas
Los sindicatos defienden desde hace años la reducción de la jornada laboral. Precisamente, el año pasado se cumplió un siglo de que España instaurara la jornada de 40 horas. “Es necesario abrir el debate sobre la reducción de la jornada laboral, es una reivindicación del movimiento sindical. Si se hace queremos que se incluya en el Estatuto de los Trabajadores y que la aplicación sea generalizada”, defiende Carlos Gutiérrez, secretario de juventud y nuevas realidades del trabajo del sindicato Comisiones Obreras (CCOO).
Este dirigente sindical considera que una reducción de la jornada laboral no puede hacerse de la noche a la mañana. “A lo mejor es necesario generalizar la jornada laboral de 37 horas y que las 32 horas sea un horizonte”, apunta.
“Si reduces de golpe a cuatro días, no se produce un aumento de productividad”, coincide José Canseco, socio y director de la consultora The Human Touch y profesor de recursos humanos en la EAE Business School.
La jornada laboral española no puede superar las 40 horas semanales, según el Estatuto de los Trabajadores. Sin embargo, los españoles pasan mucho tiempo en la oficina: trabajan 1.686 horas al año, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Muy por encima de lo que los empleados de Alemania (1.386 horas) o Países Bajos (1.434 horas).
“España es uno de los países donde más horas se trabajan. Los incrementos de la productividad en las últimas décadas pueden ayudan. Está demostrado que si trabajan menos horas, los trabajadores son más productivos”, señala Gutiérrez.
Los eternos problemas de la economía española
La implantación de una jornada laboral de cuatro días semanales en España no resulta sencilla. Los expertos señalan que existen múltiples factores que dificultan una adopción generalizada de esta medida como el alto nivel de desempleo. “Actualmente debemos estar en una tasa de paro del 20% si se suman los ERTE. Algo sucede para que tengamos siempre el doble que la media europea”, señala Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas.
La crisis económica provocada por la pandemia tampoco ayuda. “Con un 40% de empresas en pérdidas y con riesgo de quiebra según el Banco de España, una reducción de jornada solo sería viable con un recorte de salarios del 20%. Esto no lo aceptarían los trabajadores y los sindicatos”, señala gráficamente el economista José Carlos Díez, profesor de economía en la Universidad de Alcalá de Henares.
Uno de los problemas endémicos de la economía español que supone una traba para la adopción de esta medida es el tamaño del tejido productivo. Más de nueve de cada 10 empresas tienen entre 0 y 10 asalariados. “No es lo mismo Alemania o Reino Unido que España. El tamaño de la compañías es un corsé”, apunta José Canseco, socio y director de la consultora The Human Touch y profesor de recursos humanos en la EAE Business School.
Además, estas compañías son las que concentran la mayor parte de los puestos de trabajo. Las pequeñas y medianas empresas suponen el 72% del empleo en España, frente a una media del 66% en la UE, según los datos de la agencia europea de estadística Eurostat.
Este tamaño del tejido productivo lastra la productividad. Las grandes empresas tiene más capacidad para ajustar los costes, negociar con los proveedores, diversificar, exportar y acceder a financiación, lo que le permite innovar. “España se caracteriza por tener un productividad muy baja porque tenemos muchas pymes y pocas empresas medianas y grandes”, señala Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas.
El teletrabajo también era visto con reticencia por muchos empresarios y, a raíz del coronavirus, se impuso para uno de cada tres trabajadores. El hecho de que muchas compañías hayan optado por el trabajo a distancia puede servir como revulsivo para algunas de ellas se planteen reducir la jornada.
“No es extensible a todas las empresas, en servicios es más sencillo. Hay compañías que ya trabajaban muy poco los viernes, estas tienen más fácil la reducción de jornada. A nosotros nos han llamado cinco empresas porque quieren implantar esa reducción de jornada”, señala Canseco.
La tecnología, clave
Los expertos creen que primero debe incrementarse la productividad de la economía española para después abrir el melón de la jornada laboral. “Las mejoras de eficiencia y productividad tienen que ir por delante”, asegura Canseco.
La tecnología desempeñarça un papel fundamental en ese debate. “A medio plazo la tecnología se debería traducir en una mayor productividad y el debate sobre la reducción de la jornada laboral se abrirá. Esto pasará en los países con más productividad y con una baja tasa de paro. En España, primero tenemos que incorporar la tecnología y la productividad”, señala Díez.
Los expertos recuerdan que una reducción de la jornada laboral con el mantenimiento de los salarios aumentaría los costes laborales. “Si España tuviera una gran productividad, podría hacer experimentos. No conozco ningún ejemplo en el que haya funcionado el reparto de trabajo. Nosotros tenemos un problema que son los grandes costes laborales. Los impuestos sobre el factor trabajo, la Seguridad Social, son muy elevados”, afirma Pich.
A pesar de las reticencias todos coinciden en que el debate de la reducción de la jornada llegará en los próximos años. “La propia evolución natural del mercado laboral hace que en los últimos 100 años se haya ido reduciendo la jornada”, apunta Canseco.
¿Tardará muchos años en implementarse?