Jordi Sevilla: "Iglesias es el principal culpable de que no hubiera un Gobierno de Sánchez"
Las confesiones del exministro sobre las negociaciones con Podemos y Ciudadanos
El 4 de marzo del año pasado el Congreso tumbaba la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Segundo 'no' en 48 horas. Han pasado doce meses. El primer candidato en la historia de la democracia que no lo lograba. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Quiénes lo impidieron? ¿En qué falló?
El exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla vivió aquel apasionante episodio de la política española en primera persona. Era el principal asesor económico del secretario general del PSOE y uno de los encargados de Sánchez para negociar con el resto de partidos la investidura.
Todas sus vivencias y reflexiones toma ahora cuerpo en el libro Vetos, pinzas y errores. ¿Por qué no fue posible un Gobierno del cambio?, publicado por Deusto. Y lo tiene claro, según ha confesado en un encuentro con periodistas para hablar de la obra. El principal "culpable" de que no hubiera un Ejecutivo presidido por Sánchez fue el líder de Podemos, Pablo Iglesias."No tengo ninguna duda al respecto ni él tampoco ni al parecer Errejón porque lo dice en la ponencia de Vistalegre II", ha sentenciado.
LOS SEIS "PORTAZOS" DE IGLESIAS
En el propio libro relata los "seis portazos" que dio Iglesias a ese posible Gobierno de Sánchez. El primero, comenta en la obra, se produjo la misma noche electoral del 20-D cuando puso "como línea roja en toda la negociación la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña". Luego llegarían el intento de imposición de un Gobierno en el que el líder de Podemos sería el "vicepresidente", la negación a negociar mientras hubiera diálogo con Ciudadanos y que solo acudieran a dos reuniones de la "mesa a cuatro". El quinto portazo fueron, a juicio de Sevilla, las expresiones sobre la "cal viva" en el Congreso y el sexto fue el "paripé" del documento final presentado por Podemos y la ruptura "unilateral" del diálogo al día siguiente.
Ese malestar de Sevilla con Iglesias se hace evidente en un pasaje concreto sobre una de las reuniones. El exministro escribe: "Había barajado la idea de negarme a saludar a Pablo Iglesias, quien, en un gesto diferencial con el resto de líderes, iba a encabezar la delegación de Podemos, sustituyendo a Errejón en esa tarea". "La razón de mis dudas sobre si saludarlo o no radicaba en los comentarios despectivos que sobre mí había efectuado durante algún debate en la campaña (su célebre referencia a una presunta multinacional "House Water Watch Cooper" con la que pretendió desprestigiarme) y, sobre todo, en el debate de investidura, donde de nuevo centró en mí una parte de los insultos", relata. Al final decidió darle la mano sin mayores entusiasmo.
Estas palabras no han pasado desapercibidas para el propio líder de Podemos. En su cuenta de Twitter, ha señalado este martes que lo que "dice últimamente Sevilla se entiende bien si tenemos en cuenta donde milita ahora. Así opera la trama". El mensaje va acompañado de una noticia del fichaje del exministro por el BBVA.
Sevilla ha contestado ante los periodistas y ha indicado que este tuit está "a la altura política e intelectual del personaje". "Como si yo ahora me invento que hay una trama de profesores universitarios que no han sido capaces de ser titulares ni catedráticos que han montado esto para tener poder. Sería absurdo, absolutamente tan absurdo como lo que está comentando ahora", ha apreciado.
"Me sigue escociendo que en marzo de 2016 hubo la posibilidad de un Gobierno de cambio y alguien dijo que no", ha afirmado.
EL PSOE Y LAS PRIMARIAS: "LOS TRES CANDIDATOS SON MAGNÍFICOS"
El libro llega justo en pleno proceso de primarias en el PSOE. El exministro no piensa participar en la campaña de ninguno de los candidatos. "Estoy fuera de la política partidista, dejé hace diez años de ser ministro y ocho diputado". Ahora ha vuelto al sector privado y piensa quedarse allí. En este sentido, insiste: "Estaba en el sector privado. Hice una puerta giratoria del sector privado al PSOE. Dije que no volvía a la política, sino a la campaña presidencial de Sánchez. Es una etapa cerrada".
"No sé quién va a ganar las primarias. No tengo ningún temor a quien gane. Los tres son magníficos candidatos", ha aseverado Sevilla, que tampoco piensa avalar a ninguno de los tres aspirantes -Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López-. No quiere desvelar su voto, pero dice que ya lo sabe. Asimismo, cree que el ganador deberá "recuperar equipos y la línea política para recuperar seis millones de votos". ¿Y le gusta las propuestas económicas que han presentado ya Sánchez, López y la gestora? "Las tres caben dentro del programa electoral que yo hice", reflexiona.
Un año que refleja en su libro y que sigue pesando todos los días en la política. Sevilla cree que la gestión de esa abstención es "complicada" porque la tendencia de Mariano Rajoy es intentar "hacer copartícipe" del Gobierno al PSOE. En este punto, ha mostrado a los periodistas su intuición de que el presidente "está poniendo las bases" para un adelanto electoral. Esto se ha visto, en su opinión, en el manejo del tema de los estibadores: "Peor no se puede gestionar". Según Sevilla, el jefe del Ejecutivo se está "cargando de argumentos" para echar la culpa a otros y decir que los demás "son tan irresponsables que le obligan a ello".
Y ahí está Rajoy en La Moncloa. Lo que provoca, como arranca el libro, "desgarro" a Sevilla. Un proceso que ha afectado de lleno al propio PSOE. Como él mismo confiesa, unos creían que el "mal menor" era la abstención y otros ir a terceras elecciones. Negociaciones y líos internos. Uno de esos momentos fue la intervención de Felipe González en la Cadena Ser en la que dijo sentirse "engañado" al haberle dicho el exsecretario general que se iba a abstener. "Unas declaraciones incendiarias", las califica en el libro Sevilla, "que se convirtieron en el disparo de salida de la operación Sánchez".
Esa abstención, ha recordado, se barajó en el equipo de Sánchez y, de hecho, le encargaron a Sevilla y a José Enrique Serrano un documento sobre condiciones para una eventual negociación con el PP sobre la abstención. En su conversación con los periodistas, Sevilla ha declarado: "Lo de Felipe. Es verdad que contemplamos durante un tiempo la opción de la abstención. No conozco las conversaciones privadas entre Pedro y Felipe. Cambiamos de opinión de manera razonada. No queríamos el abrazo del oso con la oferta de Rajoy. A lo mejor sobre ese cambio no le llamó. No tengo la impresión de que haya habido engaño, sino un cambio de posición público, conocido y explicado".
Una historia de errores también. El propio Sevilla reconoce varios durante ese periodo de tiempo. Uno de ellos fue "precipitar el acuerdo público con Ciudadanos", a pesar de que era evidente que Podemos no tenía voluntad de llegar a un error. Otro fue "un error de cálculo", ya que "jamás" pensaron que "la lógica pugna entre las opciones política del 'no es no' y la abstención pudieran llegar tan lejos como para tener las repercusiones que tuvieron en el seno del propio PSOE". Y agrega: "El tercero fue un error en la gestión del conflicto interno en el PSOE, en el cual se confundieron de manera interesada por todas las partes las diferencias políticas con la pugna por el poder orgánico".
Otro de los mitos que desmonta Sevilla es que él no vivió personalmente las supuestas "presiones" contra el Gobierno de Sánchez de poderes fácticos. "Hablé con casi todos los empresarios del Ibex 35, eso no significa que me presionaran ni me yo hiciera caso", asiente.
Sevilla ya se ha liberado de ese año en este libro, ha volcado todo lo que vio y lo que sintió. Y se queja amargamente estos días de la "partitocracia" que impera en España. Y de cara a estos meses descarta que, a pesar de la actual situación, haya una escisión en el PSOE. Todavía cree que se puede salir unido del próximo congreso.