¡Joder con la 'rentrée' literaria!
Se reanuda el partido de la literatura
Desde el punto de vista editorial, julio es un mes casi muerto... y agosto es un mes que apesta a cadáver. Las novedades editoriales regresan a partir de septiembre y son tantas que cuesta asimilarlas. Por tanto, solo mencionaré unas pocas obras. Veamos qué puede merecer la pena y qué no.
Ivu'ivu
Antes de dejarse llevar por las novedades, recordemos que hay libros recientes de altísima calidad. Por ejemplo, la estadounidense Hanya Yanagihara se ha marcado dos novelones: Tan poca vida (el más famoso) y su debut literario, La gente en los árboles. Este último es tan recomendable como aquel que la ha encumbrado en el Olimpo de las Letras. Trata de un médico y de un antropólogo que encuentran en una tribu de la Micronesia algo cercano a la inmortalidad (el argumento recuerda un poco a El imperio de Yegorov de Manuel Moyano). La novela se lee como una etnografía de Lévi-Strauss, pero en realidad trata sobre la soledad y la pedofilia. ¡La pedofilia! ¿Quería lecturas perturbadoras? Pues tome dos tazas (si se le antoja la tercera, Un polvo en condicionesde Irvine Welsh verá la luz con la editorial Anagrama).
Vayamos a la rentrée propiamente dicha
Las librerías ya han recibido la primera descarga de novedades. Por ejemplo, Hippie de Paulo Coelho. Ni se les ocurra arrimarse a ese libro. Dicho esto, no se pierdan la entrevista que le hicieron a modo de "promoción" (a modo de "condena" sería más apropiado). Me lo pasé tan bien que felicitaría, si la conociera, a la entrevistadora Virginia Drake por ese gamberreo involuntario (aunque lo mismo da si fue premeditado).
Llegará Eduardo Mendoza con un libro cuya portada está inspirada en el gato del dibujante Robert Crumb. Esto ya tiene su gracia (una gracia saludable, no como lo de Coelho, que tiene más que ver con la vergüenza ajena).
En el apartado lírico, tendremos la poesía reunida de Roberto Bolaño. Asumámoslo: Bolaño es admirable, pero tener todos los años algo supuestamente inédito de él resulta más sospechoso que las últimas publicaciones de Tolkien (para los tolkienianos despistados: editaron Beren y Lúthien como si fuera una obra autónoma).
Sara Mesa e Isaac Rosa son los representantes de una generación literaria mucho menos talludita que la de Reverte o Marías. Les deseo mucha suerte a los primeros (no tanta a los otros dos).
Por último, se avecina un montón de novedades que en realidad no lo son (reediciones, retapados, reimpresiones, etcétera) y ni rastro de autores que merecen mejor fortuna en nuestro mercado literario: Dave Eggers, Jonathan Lethem o Michael Chabon, entre otros. ¿Dónde están las editoriales y sus traductores cuando se les necesita?
En definitiva, que tengan una buena reincorporación al mundillo cultural y no sufran por la paradoja de la elección (a más libros, más frustración por lo que no vamos a leer jamás). ¡Joder con la rentrée literaria de 2018!