Joaquín Reyes ('Camera Café, la película'): "Un mal drama cuela, una mala comedia, no"
El humorista, guionista y actor del largometraje que adapta la serie cree que el género merece estar mejor valorado.
Málaga-. Han pasado más de 12 años desde que Camera Café dejara de emitirse en Telecinco. Ocupó el acces prime time durante cuatro años, seguida por una media de más de tres millones de espectadores.
Tuvo un total de 530 capítulos emitidos, de entre cuatro y seis minutos de duración, grabados con una cámara fija que pareció conquistar a público y entendidos: ganó la Antena de Oro, el premio al Mejor programa de Televisión otorgado por Punto Radio y varios de sus intérpretes fueron reconocidos por su trabajo con el Fotogramas de Plata o la Unión de Actores.
En 2022, el cine ha querido recuperar el éxito de los sketches con Camera Café, la película, coguionizada por el humorista Joaquín Reyes, cuyas primeras imágenes se han proyectado este domingo en el Festival de Málaga.
Se trata del primer largometraje capitaneado por Ernesto Sevilla, que comenzó a dirigir sus primeros sketches en La hora chanante, y llegó “algo acojonado” al set de Camera Café, la película porque la mayoría, que parecía poseída por sus personajes, no le conocía. El film, esta vez coproducción de Atresmedia Cine, llegará a las salas el 25 de marzo.
¿Han querido arrastrar el éxito de la serie para dar un pelotazo en taquilla? ¿Cómo se adaptan capítulos de menos de diez minutos a la gran pantalla? ¿Debería estar la comedia mejor valorada por la crítica? Joaquín Reyes tiene respuestas (rápidas) para todas estas cuestiones y algunas más.
¿Qué aporta esta película? Se ha partido de una serie con unos capítulos muy cortos y se ha convertido en un largometraje.
Ese era uno de los retos, que una tira diaria, con un formato muy definido de cámara fija, en esa máquina de café, derivara en una película que aportara algo más sin perder la esencia. Los personajes de la serie no dejaban de ser estereotipos y, bueno, ahí estaba también el reto, el de hacer crecer a los personajes, contar cosas de la oficina, esa oficina que era un mar de fondo de la que no se sabía nada. Hacer trascender la serie y contar una historia.
¿En qué se mantiene esa esencia de la serie de la que hablas y cómo han crecido los personajes en la película?
Son muy divertidos y eran un gran material para hacer una historia, los personajes. Nosotros pensamos en todo momento que el protagonista de la historia fuera Jesús [Arturo Valls], el prota de la peli, un personaje ideal para contar una historia de superación, y Julián [Carlos Chamarro], su amigo, es una especie de escudero. Luego también hay un villano.
Es decir, ¿la película tiene moraleja?
Sí, tiene un mensaje, aunque su función es divertir, pero si queríamos que la historia importara al público y afectara a los personajes, no podía contar una historia vacía, sino una historia que en algún momento emocionara al público.
En la serie veíamos a esos personajes hablar de sus compañeros de oficina. ¿Es un reflejo de la vida real, o no somos así de cotillas?
Sí, claro, el éxito de la serie precisamente es que hacía humor con lo cotidiano, y esos personajes que eran muy caricaturescos no dejaban de representar a personas reconocibles. Muchas veces nos podíamos identificar con los personajes o identificar a compañeros nuestros. Al final, la serie tenía mucho que ver con cómo es la vida, cómo nos relacionamos, lo chismosos que somos, pero en la peli además los personajes debían crecer para verlos en muchas más situaciones. Teníamos que ver lo que en muchos casos ellos se dedicaban a contar.
¿La comedia española sigue estando mal vista en el cine (profesionalmente hablando)?
Al público le gusta nuestra comedia, me da la sensación de que debería estar mejor valorada por la crítica y los premios. Esto no solo pasa en España. Siempre está entre lo más visto.
Como dices, los títulos que más triunfan en cartelera son las comedias españolas y eso no se reconoce en los premios. ¿Habría que valorar más quién o qué lleva a la gente al cine?
Claro, eso está en el debe. Estamos celebrando el centenario de José Luis López Vázquez que brilló en la comedia, aunque fue capaz de hacer otras muchas cosas. Estamos influenciados por esa gente. Nuestra vocación y pretensión es que la gente se divierta, y en nuestro caso queremos hacer una comedia diferente, con otros referentes, pero sobre todo para hacer reír.
Siempre se ha dicho, históricamente, que en el cine lo más complicado es hacer reír.
Sí, porque el drama tiene otros resortes. Un mal drama cuela, una mala comedia, no. Cuando un chiste no te hace reír o hay cosas muy manidas, la gente dice ‘qué malo es esto’. Un drama que tiene trampa cuela, quiero decir, el drama admite más trampa.
¿Camera Café, la película está tirando de nostalgia? ¿Eso es también una trampa?
Está claro que estamos recuperando una serie del pasado con componente de nostalgia, pero hemos dado una vuelta al formato. Obviamente no hay cámara fija, sería como una peli de dogma.
Es decir, estáis arrastrando el éxito de una serie.
Es una comedia bastante moderna, que está hecha ahora con la pretensión de utilizar recursos modernos. Hay guiños a otros géneros, es una adaptación, como casi todo. Desde luego, nuestra intención, además de divertir, es que fuera una película que gustara a los fans y que reconocieran a sus personajes y el lenguaje y los diálogos, que reconocieran su serie favorita en la película.
¿Qué has echado de menos respecto a la serie?
A algunos compañeros de los que hacíamos la serie. Soy guionista también de la película, si no me gustara a mí, mal iríamos. Es la primera peli como director de mi amigo Ernesto Sevilla, tiene muchas referencias, es un gran cinéfalo. ¡Uy, he dicho cinéfalo! Eso lo dijo Rappel en la tele.
¿Ha habido algún handicap?
La película nos hacía muchísima ilusión, pero tenía varios: adaptar una serie de éxito con un formato muy especial, hacer una película coral, recrear la oficina y los personajes... y todo eso hacía que tuviese su dificultad.
Como tantas veces, en este caso también eres guionista y a la vez actor (en una película en la que has escrito). Tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas...
Es una forma de darme los papeles sabes, escribirlos yo (ríe). Pero aquí tengo un papel muy pequeño. Me tuve que poner una peluca, no me preguntes por qué no pude hacerlo con mi pelo, qué tristeza, han pasado 18 años (ríe). Pero es impresionante lo bien que están los compañeros.