J.K Rowling se suma a los 150 intelectuales que firman un manifiesto por la libertad de expresión
La escritora, acusada de transfobia, se ha sumado a otros autores como Margaret Atwood o Noam Chomsky en la petición.
En mitad de las acusaciones por transfobia, J.K Rowling se ha sumado a un manifiesto de una serie de intelectuales por la libertad de expresión. En el escrito denuncian la “restricción del debate” que se está produciendo actualmente en muchos los ámbitos políticos y culturales.
Entre los firmantes se encuentran, además de Rowling, nombres como Noam Chomsky, Gloria Steinem, Margaret Atwood o Wynton Marsalis. Todos ellos expresaron preocupación por la “intolerancia hacia las perspectivas opuestas, la moda de la humillación pública y el ostracismo” que está ganando fuerza en EEUU, y no solo entre los conservadores, también en el lado más progresista del espectro político.
Los firmantes, que publicaron la carta en la revista Harper’s, aplauden el “necesario ajuste de cuentas” que se está produciendo tras las protestas antirracistas y las demandas de igualdad e inclusión, pero también denuncian que eso “ha intensificado una nueva serie de actitudes morales y compromisos políticos” que debilitan el debate público.
“El libre intercambio de información e ideas, que son el sustento vital de una sociedad liberal, está cada día volviéndose más estrecho. Aunque esperábamos esto de la derecha radical, lo censurador se está extendiendo más ampliamente en nuestra cultura: la intolerancia hacia las perspectivas opuestas, la moda de la humillación pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver asuntos complejos de política en una certitud moral cegadora”, escribieron.
Los intelectuales señalan que cada vez es más frecuente escuchar llamadas a imponer “represalias rápidas y duras en respuesta a lo que se percibe como transgresiones del discurso y el pensamiento”, y sostienen que lo “perturbador” es que los líderes institucionales están dando castigos desproporcionados en lugar de reformas meditadas”
“Los editores son despedidos por publicar piezas controvertidas, los libros son retirados por supuesta falta de autenticidad, se prohíbe a los periodistas escribir de ciertos temas, los profesores son investigados por citar trabajos de literatura en clase, un investigador es despedido por divulgar estudios académicos revisados, y los jefes de las organizaciones son cesados por lo que a veces solo son errores torpes”, explicaron.
Los firmantes destacaron que las “fuerzas de la intolerancia están ganando fuerza en todo el mundo y tienen un aliado poderoso en (el presidente de EE.UU.) Donald Trump, que representa una amenaza para la democracia”, pero matizan que “no se debe permitir que la resistencia se convierta en su propia especie de dogma o presión, que los demagogos de la derecha ya explotan”.
En ese sentido, recordaron que la restricción del debate, ya sea por parte de un gobierno represivo o una sociedad intolerante, perjudica a quienes tienen menos poder y reducen la capacidad de participación democrática.
“La manera de vencer a las malas ideas es exponiendo, argumentando y convenciendo, no intentando silenciar o apartando. Rechazamos cualquier falsa elección entre justicia y libertad, que no pueden existir la una sin la otra. Como escritores necesitamos una cultura que nos deje espacio para experimentar, tomar riesgos e incluso cometer errores”, sostuvieron.
Por último, los intelectuales, entre los que también firman Francis Fukuyama, Salman Rushdie o Fareed Zakaria, enarbolaron la necesidad de proteger la posibilidad de “discrepar de buena fe sin (enfrentar) duras consecuencias profesionales”.