Jennifer Lawrence reaparece y reconoce los dos traumas que la han marcado
La actriz es portada del nuevo número de 'Vanity Fair'.
En lo más alto de su carrera, Jennifer Lawrence decidió tomarse un respiro fuera del mundo del cine y alejada de los focos que la perseguían por ser una de las estrellas del momento. Ahora, la oscarizada actriz regresa a la pantalla con Don’t look up, donde comparte cartel con Leonardo DiCaprio y Meryl Streep.
La vida de Lawrence ha cambiado. Casada con el galerista Cooke Maroney y embarazada de su primer hijo, la actriz disfruta de placeres mundanos como ir al supermercado con su marido. Lo cuenta en una entrevista con la revista Vanity Fair, ocupando la portada del último número de la publicación.
“No tenía vida. Así que decidí que debería ir a por una”, confiesa en las páginas del reportaje. El escrutinio al que ha estado sometida la intérprete se recrudeció en 2014 cuando se filtraron unas fotos íntimas de Lawrence desnuda después de que alguien hackeara su cuenta de iCloud.
“Cualquier puede ver mi cuerpo desnudo sin mi consentimiento a cualquier hora del día”, se lamenta la actriz en la entrevista en Vanity Fair. “Mi trauma existirá para siempre”, revela sobre el impacto que le causó esa experiencia.
Por ese motivo, entre otros muchos, quiere proteger al máximo la privacidad de su bebé. Lawrence ha llevado siempre la discreción al máximo en su vida personal.
Por si aquella tormenta no fuera lo suficientemente traumática, Lawrence se enfrentó en el verano de 2017 a otra dramática circunstancia que cambió su vida: un accidente de avión. La actriz viajaba desde su estado natal de Kentucky hacia Nueva York cuando uno de los motores del aparato dejó de funcionar y se vieron obligados a hacer una aterrizaje de emergencia con un único motor en Buffalo, antes del destino, mientras bomberos y ambulancias esperaban al avión en la pista.
“Lo único que quedó en el asiento fue mi esqueleto”, confesó Lawrence a la publicación sobre los sentimientos y el miedo que vivió entonces. ”Íbamos a morir todos. Empecé a dejar pequeños mensajes de voz mentales a familia, sabes, ’He tenido una vida maravillosa, lo siento”, recuerda la intérprete.
La protagonista de El lado bueno de las cosas también reconoce que se sintió “culpable”, especialmente porque viajaba con su perro. “Aquí está esta pequeña cosa que no pidió ser parte de nada de esto”, relata en el reportaje.
Cuando Lawrence vio a las ambulancias y a los bomberos en la pista admite que comenzó a rezar “a una especie de Dios”. “Pensé, dios mío, ¿quizás sobrevivamos a esto? Seré víctima de quemaduras, será doloroso pero quizás sobrevivamos”, rememora la actriz.