James Rhodes demandará a Girauta y Tertsch por los insultos recibidos tras el anuncio de 'Campofrío'
El eurodiputado de Vox responde llamando al músico "tonadillera victimista y amamantado del poder".
El pianista británico afincado en España James Rhodes se ha cansado de los insultos e improperios que ha recibido en las últimas horas por parte de Juan Carlos Girauta, exportavoz de Ciudadanos en el Congreso, y del eurodiputado ultraderechista y expresentador de Telemadrid, Hermann Tertsch.
Por esa razón, Rhodes, a través de sus abogados, ha anunciado “acciones tanto civiles como penales” contra ambos por la “cantidad y gravedad de ataques” que “han vertido los últimos días” sobre el pianista.
Todo por la aparición de este en el anuncio navideño de Campofrío, que sirvió a Girauta para tildarle de “siniestro tipo” y “un personaje incontrolado y violento que amenaza con violencia física al líder del tercer partido de España”.
“Pese a ser inglés, desconoce la ironía, juzga a los políticos por sus características físicas y utiliza discapacitados para sus supuestas bromas”, dijo Girauta, compartiendo pantallazos de tuits de Rhodes en los que comparaba al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con un enano.
Después, el propio Girauta compartía una foto de un mono tocando un piano.
Tertsch, a quien no se le conocía por su afición al companaje, anunció a bombo y platillo tras la presencia de Rhodes en el anuncio de Campofrío que “con su pan se lo coman” y que estas Navidades comenzaría su “alejamiento definitivo de la marca”.
Líneas antes, había llamado “gentuza” a Buenafuentes (sic) y a Rhodes.
Al conocer las acciones que pretende poner en marcha el pianista, Tertsch ha reaccionado llamándole “mezcla de tonadillera victimista y amamantado del poder”. “Está bien que tenga jeta para buscarse la vida porque con el piano y esos dedos pasaría hambre. El pícaro de Albión”, ha añadido el eurodiputado ultra.
El propio Rhodes ya adelantó estas medidas legales en un comunicado en el que acusaba a ambos de realizar “ataques personales que utilizan el abuso sexual infantil como munición y contribuyen a culpar a la víctima, a la vergüenza y al culto al secreto que rodea a la violencia sexual”. “La xenofobia también cruza la línea”, aseguró el músico.