Iván Ferreiro: "No me importaría hacer una canción sobre el rey o Aznar"

Iván Ferreiro: "No me importaría hacer una canción sobre el rey o Aznar"

El artista gallego habla de su nuevo trabajo 'Cena Recalentada', de libertad de expresión, de feminismo y de derechos de autor.

Iván Ferreiro lleva cerca de 30 años en la música. Sin embargo, en su último trabajo ha querido retrotraerse mucho más y ha viajado a cuando tenía 13 años, cuando a pesar de vivir en una situación cómoda, le encantaba escuchar las letras pesimistas de Golpes Bajos, en las que "todo era una mierda". Entonces su realidad era otra: el Iván adolescente iba a un colegio laico y moderno y ya sabía que tenía que respetar a sus compañeras.

El paso del tiempo le ha enseñado que no estaba todo hecho en materia de feminismo y que, aunque él viviese en el agnosticismo, la religión presionaba mucho en la España de los 80. Y Golpes Bajos era la mejor banda sonora para ese escenario.

A este grupo gallego le rinde homenaje en su nuevo trabajo, Cena recalentada, con el que quiere salirse del molde de cantautor y desvincularse de la etiqueta de intenso y pesimista. Ferreiro pretende reírse de todo e incluso le encantaría pasar de sus grandes éxitos: sueña con no cantar Turnedo en uno de sus conciertos. Lo que va a cantar ahora son sus versiones de Malos tiempos para la lírica, No mires a los ojos de la gente o La Reclusa, temas llenos de referencias religiosas, que hoy no se sabe si pasarían el filtro de la censura.

Parece la canción de Golpes Bajos Malos tiempos para la lírica está más de actualidad que nunca.

Estamos en los mejores [tiempos para la lírica]. Es muy bonito utilizar la frase y a la gente le gusta mucho, pero creo que estamos en unos buenos tiempos. Hay mucha gente escribiendo y contando cosas. Además, creo que es el momento adecuado para hacerlo, que te pueden meter hasta en la cárcel por ello. Eso me parece mucho más interesante.

Al final, si lo piensas, está guay que no haya problemas en la sociedad, pero esos problemas de la vida están para ser cantados. Si un músico o alguien que haga algo creativo lo hace, ahora tiene que demostrar que va hasta el final con lo que cree.

Aunque tengamos un problema a veces con la libertad de expresión, y que haya ciertos jueces o ciertas cosas que no están funcionando, la respuesta de todos nosotros debería ser decir lo que nosotros queramos. Cuando te dicen que no puedes decir lo que quieres, hay que decirlo. Hay gente que tiene problemas por haberse cagado en Dios, pero ¿cuánta gente se ha cagado en Dios en las últimas semanas a propósito para reivindicarlo? Igual no es un buen momento social, pero lírica hay de sobra (risas).

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De hecho, algunas de las canciones de Golpes Bajos que versionas podrían pasarlo mal ahora con el tema de la religión...

El rollo religioso y católico de Golpes, que habla del Pater Noster como una pesadilla, siempre es opresivo. Precisamente recuerdo así los 80, no en mi caso, pero sí que tenía familia del Opus Dei y amigos en colegios religiosos, porque el Opus estaba muy metido en Galicia. Ahora no sé cómo será, pero entonces sí había esa presión con los que iban a coles de curas y tal.

Yo siempre he ido a uno mixto y laico y no sé muy bien cómo funcionaba eso, pero sé que era así. Recuerdo que oyendo a Golpes, me acordaba de mis amigos que iban a estos coles y sí que había ese aplastamiento de la personalidad.

¿Se podrían publicar hoy?

Claro que podrían traerse hoy día, de hecho para mí hay dos canciones que son bastante flipantes porque creo que se adelantan a su tiempo. Por ejemplo, La Reclusa, que habla abiertamente de un maltratador, y me acuerdo de haberlo entendido perfectamente entonces. No creo que sea una canción que haga apología de la violencia de género, por mucho que el protagonista sea un gran hijo de puta. El tema es muy potente porque se ve el horror de lo que significa todo eso. Además creo que es todo como cabrón: la armonía es dificilísima, la melodía es jodida...

La otra es La Virgen Loca, que al final es una mujer jodida por el patriarcado, que solo se dedica a cuidar niños, que tiene miedo de que Dios se enfade con ella.

Es el momento adecuado para escribir, te pueden meter hasta en la cárcel por ello"

¿Dirías que estás inmerso en la causa feminista?

Nací en los 70 y me eduqué en el feminismo, acababa de llegar la democracia, y nos metieron en eso. Aunque no se hablaba de micromachismos y quedaba mucho por hacer, la sensación que me daba a mí es que estaba todo arreglado. Creo que ese ha sido el fallo. Uno se va dando cuenta con los años de que no, que el problema es que precisamente pensábamos que había desaparecido, dijimos: "Venga va, somos todos iguales, guay, ya está".

Ahora mismo estoy con las mujeres. Lo único que puedo hacer como hombre en el feminismo es callarme, escuchar, atender y ayudar en lo que pueda. Allí están mis compañeras dando guerra y a mí me tienen para que las ayude. En la música, necesitamos que haya más mujeres tocando. Pero también me da la sensación de que no hay más porque el machismo actúa antes de que lleguen allí. En mi época en locales de ensayo en Vigo había dos grupos con chicas y no más: era un campo de nabos. Pero es una cosa que me interesa, por ejemplo, porque ¿por qué en música clásica hay muchas más mujeres?

¿Hay más o menos libertad que en los años 80?

Hay menos en muchos ámbitos y más en otros. Creo que la sensación de libertad era más grande que la que tenemos ahora, aunque seguramente hoy sea mayor. Es como cuando llevas mucho tiempo sin salir de fiesta, hacerlo se convierte en más libertinaje, como pasarse de la raya. Daba la sensación de que eran más libres: todo era posible.

El fallo que tuvimos en el feminismo es que pensábamos que el machismo había desaparecido"

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¿Llegarías a autocensurarte?

No sé muy bien de qué va eso, yo no me corto, ni he puesto nunca límites de ningún tipo. La única autocensura que he tenido ha sido a nivel sentimental: no contar algo íntimo que pueda hacer daño a la otra persona. Nunca me he limitado por algo político, sino porque sientes algo sobre alguien y te planteas: "¿Necesito que esta persona sufra oyendo esta canción?". Pero es sobre gente que conozco, no de desconocidos.

No me importaría hacer un tema sobre el rey o Aznar. Mi posición siempre va a ser estar un poco en contra de todos, al menos de una forma artística. Decirle a todos los que quieran mandar sobre mí o sobre alguien: "Voy en contra de todos vosotros". Eso no quita a que luego en mi vida pueda llevarme bien con unos o con otros, pero debo poder decir lo que quiera sobre cualquiera, sin miedo.

¿Estás más conectado a la actualidad que antes de Casa? ¿Te has reconciliado con las redes sociales?

Sí, un poco, pero he dejado de seguir en redes sociales a todo el que mete ruido, me interesan más los que hablan de ciencia, de música o de cocina. La actualidad la sigo por píldoras: me pongo el telediario hasta que me saturo y tengo ganas de salir a la calle a acabar con todo. Ahora trato de mirarlo todo desde otro prisma, desde que mi capacidad de hacer algo es muy pequeña. Estoy en ese punto que lo que no quiero es estar enfadado, estoy agotado de estarlo y de la gente que está así. Estoy hasta las narices de los enfados porque es una mierda. Por eso estoy cansado de esos conflictos en Twitter, me aburren.

YouTube y Google me deben mucho dinero"

Ahora en Twitter también hay que tener cuidado con lo que se dice.

Nos estamos convirtiendo en nuestros propios censores. Cometemos un error al ver cómo ejercemos nuestros derechos: que se rían de ti no debería ser delito nunca. Me preocupan los límites en lo que es el humor, la música, el cine... Sobre todo cuando ves que están cargando la mano en otros sitios como los debates, las entrevistas y demás. Luego un tío hace un monólogo y no se puede reír de cualquier cosa. Deberíamos poder reírnos de todo, aunque sea cruel.

Ahora mismo vivo con mucho humor y todo me hace bastante gracia: el telediario me parece un delirio en el que van pasando cosas paralelas.

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¿Se podría recuperar el espíritu de la movida de Vigo?

La creatividad y la vida cultural en Galicia ha seguido creciendo. También entiendo que ha cambiado la forma de consumir y los estilos. Tengo un hijo de 18 y otro de 16 y hay otra música, otro lenguaje. Estoy en otra generación y comprendo que los ritmos ahora con Internet son otros. En la España ochentera existían las tribus urbanas, tenías unos amigos que escuchaban la misma música que tú y eras parte de ellos: una forma de definir quién eras, pero a su vez era una cagada. Si eras punky no podías escuchar heavy, y si eras rocker no podías escuchar soul. Era un poco palmada, porque estabas perdiéndotelo todo.

También era una España que venía de la mierda, era un franquismo aburrido y, de repente, puedes teñirte el pelo de colores y salir por la noche, eso era molón y transgresor. Ahora a un chaval de 25 años, ni le va ni le viene.

Además, los jóvenes han empezado a escuchar la música mejor de lo que la escuchaba yo. Veo a mis hijos y a gente de su edad que escucha de todo con menos prejuicios. A mí si me gustaban The Cure, no escuchaba Michael Jackson o a Prince. Ellos escuchan desde Izal a C. Tangana, pasando por Rosalía, Arkano o Sidecars. Y gozándoselo con todos que es lo lógico. Hay suficientes cosas de puta madre como para elegir una sola revolución. Creo que la única revolución posible es la feminista para solucionar las cosas y si hay otras, no nos enteramos. Ya no vas a ver todo lo que pasa en las noticias, eso no va a pasar.

La única autocensura que he tenido ha sido a nivel sentimental"

Este año has vuelto a cantaren gallego con el tema de Fariña, ¿cómo fue la experiencia?

Me llamaron para la sintonía y vi el primer capítulo. Y creo que elegí bien. Aunque el secuestro me vino fatal porque en un principio la cabecera iba a ser con unos créditos, unas infografías... Y ahí estaba el minuto de canción que yo había mezclado cada vez de una forma para cada capítulo. Con el secuestro, Antena 3 quiso adelantar el estreno y no les dio tiempo a hacer esa cabecera y me da rabia porque tenía mi minuto de música currada y con diez mezclas diferentes y no pudo entrar por el secuestro de los cojones. Me repercutió a nivel económico: menos derechos de autor (risas).

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¿Crees que la nueva legislación de copyright protege al artista o lo perjudica?

Tienen que ir a muerte con eso. Les diría a los de Wikipedia que cierren la puta boca, que han hecho una puta campaña en contra de esa ley. Considero que YouTube y Google me deben mucho dinero y lo que me gustaría que los periodistas dijeseis eso: que estas plataformas ganan una pasta y nosotros vemos de eso una auténtica basura. Si cobro un céntimo por Spotify, tendría que cobrar dos por YouTube, pero es la mitad. Tienen que soltar parte de los millones que tienen a los autores y los creadores, pero esto no tiene que afectar a los consumidores.

Nunca he estado ni estaré de acuerdo con 'todo gratis'. Cada uno tiene acceso a Internet, hay muchas formas de tener la música y cada uno tiene la suya. Que a mí hoy en día alguien me diga que le timan las compañías o que los músicos hacemos algo, me da la risa. Tienes todo gratis desde el día que sale el disco: en YouTube, en Spotify, donde te dé la puta gana si no quieres pagar.

La gente tiene una idea equivocada de los derechos de autor, espero que edurezcan mucho la situación y estoy muy a favor de esa ley.

Estoy con las mujeres. Lo único que puedo hacer como hombre en el feminismo es callarme, escuchar y atender, ayudar en lo que pueda"

El miércoles pasado arrancó OT 2018 acaba de empezar, ¿sigues ese tipo de programas?

En la edición anterior me lo pasé muy bien y disfruté todo el programa. A ver esta qué tal. Por ejemplo, Amaia me parece maravillosa: canta increíble y estaría encantado de trabajar con ella en un futuro. Es la bomba. También me caen bien Alfred y Roi, pero me caían medio bien los del OT de antes.

El formato me da un poco de pena, porque algunos se creen que van a conseguir el éxito como músicos y después no. Pero en esta última edición lo vi mejor porque eran chavales preparados que sabían de música, eran más cultos que en otras ediciones. Me lo pasé muy guay.

¿Estás trabajando en algo nuevo?

Amaro [su hermano] y yo estamos preparando canciones nuevas, que a lo mejor las lanzamos bajo otro nombre, con un proyecto nuevo, al que queremos sumar a algunos amigos. Por ejemplo, Leiva estará, quizás en una canción, y otros muchos. Serán canciones totalmente distintas, mucho menos íntimas e intensas y más electrónicas. Es algo totalmente distinto, por ejemplo, a lo que hice en Confesiones de un artista de mierda.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es